
Las averías siempre llegan cuando menos te lo esperas, pero hay indicios que nos ayudan a prevenirlas y debemos prestarles…
Los daños en el sistema eléctrico son la causa más común por la que un coche se queda parado, y gracias a la tecnología de la que disponen los automóviles hoy en día, el panel de control muchas veces avisa al conductor qué es exactamente lo que está fallando, a través de una luz de alarma
El sistema eléctrico es uno de los sistemas más importantes de un coche. Su objetivo es proporcionar energía suficiente para el momento en que el auto la necesite. Sus tres funciones principales son:
Es la fuente de electricidad del automóvil, la encargada de acumular la energía que necesitan los componentes eléctricos del coche para funcionar. También es la causa más común de problemas eléctricos.
Cuando la batería se descarga, causa varios problemas al coche. Esta descarga puede tener varios motivos: un componente defectuoso, un cable suelto, dejar encendidas las luces o la radio durante largos periodos, etc.
La solución puede venir de cargar la batería directamente o conectarla a otra batería, con ayuda de unas pinzas. Cuando el coche está encendido, automáticamente se comienza a recargar la batería porque se pone en funcionamiento el alternador que la carga.
Si la batería falla porque simplemente está vieja, la solución pasa por cambiarla. Una batería dura unos tres años, en los casos en que el automóvil tiene poco uso diario.
Es el dispositivo encargado de recargar la batería. Si tiene un desperfecto, la batería se descarga con rapidez; cuando lo que falla no es el alternador, sino la correa de éste, el fallo es muy similar. Por esto, cuando el motor esté frío, se recomienda revisar la correa para verificar que se encuentre en óptimas condiciones.
Los fusibles son dispositivos que se usan para proteger dispositivos electrónicos que están alojados en su interior; un fallo en el fusible afecta a la operatividad del vehículo.
Todo el sistema eléctrico del automóvil se conecta mediante cables y fusibles. Si por alguna razón la corriente aumentara hasta el grado de arruinar el dispositivo electrónico, el fusible se quema para cortar el paso de energía eléctrica y así evitar una sobrecarga.
En el coche hay muchos fusibles para proteger los distintos componentes electrónicos de posibles subidas de tensión; en el caso de que haya habido una subida de tensión, los fusibles van a estar rotos o quemados.
Para los casos de fallos eléctricos y otras averías semejantes, lo recomendable es llevar siempre un juego de repuesto de fusibles en el coche.
Junto a su cableado, las bujías son las responsables de que el motor arranque. Si las bujías o sus conexiones no funcionan, el coche no arranca; si funcionan, pero mal, se afecta el ciclo de combustión del motor. Este fallo, en la práctica, es uno de los más fáciles de solucionar.
Durante las revisiones, el sistema eléctrico es al que menos se le suele prestar atención. Aquí veremos algunas recomendaciones para disminuir al mínimo los posibles fallos: