McLaren 675LT, el canto del cisne de los McLaren 'Gen 1'
Anteriormente os hemos hablado del McLaren MP4-12C y su sucesor, el 650S. Ambos fueron los coches que situaron a McLaren Automotive en el mapa, y a modo de despedida prepararon la mejor versión de todas: el McLaren 675LT.
Su nombre no es casualidad. Se trata de un homenaje a los turismos que ganaron las 24 Horas de Le Mans en los años 90. Estos estaban basados en el mítico McLaren F1, que en sus últimas versiones de competición fue renovado por el F1 Long Tail (LT), más largo y aerodinámico.
El McLaren 675LT es el canto del cisne de la primera generación de deportivos de McLaren Automotive, y muestra la cara más agresiva y enfocada al circuito de la gama Super Series. En 2017 sería sustituido por el McLaren 720S. Su producción se limitaría a 500 unidades Coupé y otras tantas en formato Spider.
Especial mención al trabajo realizado por el departamento McLaren MSO, encargados de desarrollar una limitada tirada de 25 unidades basadas en el 675LT. Se apodó McLaren 688 HS, y aumentaba su potencia en 13 CV al mismo tiempo que reducía su masa en 40 kilos gracias al uso intensivo de la fibra de carbono.
El 688 HS contaba con alerón trasero fijo, un frontal renovado y faldones laterales revisados para conseguir un mejor rendimiento aerodinámico.
El McLaren 675LT en cifras
Quizás lo más importante de este deportivo es su actualizado propulsor. Partiendo del mismo V8 3.8 –M838T– que comparte el resto de la gama, la potencia se aumentó hasta los 675 CV y 700 Nm de par. Estas mejoras fueron posibles gracias a unas bielas más ligeras, escape de titanio y una nueva bomba de combustible.
En cuanto a rendimiento, firma un 0-100 km/h y 0-200 km/h en 2,9 y 7,9 segundos respectivamente, así como una velocidad punta de 330 km/h. Con estas prestaciones dejaba atrás a su principal rival, el Ferrari 488 GTB.
Las mejoras no se centraron en la mecánica del coche, sino que fueron mucho más allá. La anchura entre ejes aumentaba en 20 mm y la suspensión se endurecía un 27 y 63% en el eje delantero y trasero respectivamente. Además, el renovado alerón posterior es capaz de generar hasta un 40% más de carga aerodinámica.
La transmisión automática de siete velocidades y doble embrague se mejoró y redujo el tiempo entre cambios.
Para mantener a raya semejante rendimiento hay que tener un buen sistema de frenado y unos buenos ‘zapatos’ para minimizar la perdida de agarre. Para ello se instalaron discos de freno carbocerámicos de 394 mm con pinzas de 6 pistones delante y de 380 mm con pinzas de 4 pistones detrás.
En cuanto a las ruedas, había disponible tres diseños de llanta, siempre en 19 pulgadas delante y 20 detrás, calzados con neumáticos Pirelli P-Zero Trofeo R –casi de carreras– en medida 235/35 delante y 305/30 en el eje trasero. Como curiosidad, las llantas eran 800 gramos más ligeras que las que montaba el McLaren P1.
Si aún necesitabas más, la marca ofrecía de manera opcional el paquete Club Sport Professional Pack. Este paquete añadía más fibra de carbono y detalles en color naranja McLaren, además de barras antivuelco de titanio, y arneses de cuatro puntos que se unen a los asientos baquets heredados del P1.
Aerodinámica y diseño se dan la mano
El trabajo realizado en el exterior del McLaren 675LT poco tiene que ver con lo común. Aquí todos los cambios se han efectuado con la premisa de extraer el mayor rendimiento posible del coche. Por ello, el frontal se presenta con un nuevo paragolpes con splitter de fibra de carbono.
Más desapercibido pasan los nuevos retrovisores, esculpidos para obtener menor resistencia al aire. A su vez, el extra de refrigeración que exige el motor mejorado ha contribuido a aumentar considerablemente la toma de aire lateral.
La zaga se presenta con un enorme difusor completamente renovado acompañado de una nueva parrilla superior, donde se mantienen los minimalistas pilotos y las salidas de escapes, ahora esféricas. Al mismo tiempo, el alerón retráctil aumenta su tamaño en un 50% para optimizar su impacto con el flujo de aire.