
El futuro coche autónomo de Apple, conocido como el iCar, se ha convertido en un proyecto de interés prioritario para el imperio tecnológico liderado por Tim Cook. Tiene como misión posicionarse en un mercado donde Google y Tesla parecen haber…
Esta tecnología eliminar el factor humano, lo que a priori resultaría en la erradicación de los accidentes, propios de las distracciones de las personas
Con el desarrollo tecnológico agigantado a lo largo de la última década las industrias automovilísticas han puesto la mira y sus objetivos en la conducción autónoma. Un fenómeno que hasta hace no mucho resultaba inalcanzable, hoy es una realidad que está cada vez más cerca.
Los coches con conducción autónoma son aquellos que prescinden de la persona humana para circular. Es decir, que se encarga de imitar las capacidades humanas y adaptan la conducción al entorno que lo rodea.
En el mercado automovilístico ya existen modelos con características especiales que permiten su circulación de manera autónoma. Es algo verdaderamente fascinante para algunos, pero no tanto para otros.
Los expertos indican que la introducción de la conducción autónoma traerá múltiples beneficios a la sociedad en general. Los dos pilares fundamentales en los que se apoya esta idea y que representan las dos grandes ventajas de la conducción autónoma son:
Dentro de esta modalidad de conducción, existen dos tipos de conducción: semi-autónoma y completamente autónoma. Se sabe que los coches completamente autónomos no se encontrarán en el mercado hasta dentro de unos 10 años.
Dentro de la conducción autónoma hay distintos niveles, que se dan de acuerdo a participación que tiene la persona en la conducción del coche.
Los coches de conducción autónoma presentan muchas más ventajas que inconvenientes. Sin embargo, hay algunos inconvenientes, desventajas que resultan importantes sobre todo en el momento de su incorporación en el mercado.
Uno de los principales problemas es el coste que supondrán este tipo de vehículos. Al inicio, serán solo unos pocos los que tendrán el privilegio a acceder a ellos; con el tiempo, se irán abaratando los costes y habrá opciones asequibles.
Otro problema de introducir los coches de conducción autónoma es la contaminación. Realmente, este sería un problema si no hubiera lugar para estacionar y el coche se quedara dando vueltas; el vehículo podría terminar generando más problemas de contaminación, a no ser que sean eléctricos o híbridos.
Por último, este tipo de coches necesitan satélites para funcionar. Este es un inconveniente ya que, con el uso de satélites, los datos y localizaciones de las personas estarían disponible para terceros. Frente a esto, se estaría en una situación de invasión a la privacidad que las empresas deberán manejar.
El futuro de la movilidad estará marcado por la automatización del automóvil. Como todas las grandes innovaciones, tendrá un gran impacto en la sociedad.
De cualquier manera, aún faltan varios años para que ese día llegue. Mientras tanto, las empresas ya se encuentran creando, probando e innovando en el mundo de la conducción autónoma.