Grandes fracasos de los últimos años de las marcas de coches
mEl lanzamiento de un coche al mercado supone una inversión considerable para las compañías automovilísticas. Existe una larga lista de marcas de coches que encabezan desastres financieros.
¿Por qué algunas marcas de coche fracasan en el mercado?
La ruina también alcanza a los fabricantes de coches cuando, después de años de investigación e inversión, un modelo simplemente no se vende.
Algunos informes, como el de Bernstein Research en 2013, han informado sobre algunas firmas que cerraron sus puertas; hay muchos casos de errores imperdonables por el implacable sistema del mercado.
El automovilístico es un sector altamente competitivo. El liderazgo en las ventas requiere de un extremo estudio de costos y beneficios. Algunas marcas de coches, como el tristemente célebre Bugatti Veyron, de Volkswagen, significaron inversiones tan altas que las ventas no lograron amortizarlas.
Las marcas de coches menos rentables en Europa de los últimos tiempos
Fiat Stilo
Se trató de un automóvil ideado para ser el sucesor del Bravo y el Tipo, dos modelos que tuvieron mucho éxito en Italia. Sin embargo, el nuevo modelo no alcanzó a derribar a la competencia, liderada por Volkswagen, más puntualmente al VW Golf. El resultado fue un bajo porcentaje de ventas, que casi lleva a la ruina a la marca.
Volkswagen Phaeton
En este caso, se trata de un modelo de berlina de alta gama pensada para ejecutivos de alto nivel adquisitivo. La inversión multimillonaria destinada a su desarrollo implicó un rotundo fracaso. La firma había previsto ventas de 50 000 Phaeton anuales; en contraste, en 11 años apenas si superaron los 71 ooo vendidos.
Mercedes Clase A
Si bien es un coche de larga presencia en el mercado, su caso fue paradigmático. Este vehículo, lanzado en 1995, tuvo la particularidad de ser muy avanzado a nivel tecnológico, con un modelo de monovolumen compacto novedoso para su época. El inconveniente estaba en los neumáticos y la suspensión.
El defecto fue detectado después de realizada ‘la prueba del alce’, que consiste en un juego con el volante donde el coche debería mantener el equilibrio. Al fallar en esta prueba, Mercedes-Benz retiró uno por uno los coches vendidos y por vender del mercado. La solución fue exitosa: reparó la anomalía y el público volvió a confiar.
Jaguar X-Type
Bajo una alianza con Ford, la firma legendaria incursionó en un nuevo terreno de modelo y mercado. El concepto conjugaba distintas propuestas ‘clase C’, de Mercedes, BMW y Audi.
Aunque todo parecía ir bien, lo barato de la producción acabó saliendo caro a la compañía. El fracaso de ventas fue tan estrepitoso que la marca volvió a terreno conocido con el XF.
Peugeot 1007
El inconveniente de este modelo era su valor excesivo. La propuesta basada casi por completo en un sistema eléctrico, no resultaba funcional al segmento de mercado donde pudo posicionarse como coche único de un hogar.
Las puertas correderas del 1007 pudieron ser prácticas, aunque dificultaban el acceso al interior. Tras este modelo fallido, la firma del león no volvió a plantear ninguna alternativa superadora.
Citroën M35
Una peculiaridad de las marcas de coches francesas es el gusto por la innovación. En este caso, que data de 1967 y se realizó junto a la alemana NSU, la propuesta fue prácticamente un experimento sobre ruedas.
El problema del M35 no era su motor rotativo, el mismo que usara el Ami 6, sino la suspensión neumática. En números, de cinco mil unidades anuales planteadas en un inicio, sólo se alcanzaron a producir 250 de prueba, hasta dar de baja al proyecto.
Renault Wind
Poco se supo de este modelo de carrocería compacta lanzado en 2010. El talón de Aquiles que presentaba este coche era su techo descapotable. Saliendo del paradigma de la lona retráctil o los sistemas metálicos convencionales, la firma apostó por un techo pivotante.
La nulidad en ventas fue casi arrolladora, el público optó por opciones similares como el Peugeot 207 o Micra. Hoy en día, prácticamente ni los expertos conocen la historia del efímero Wind.