Lotus Elise: el pequeño roadster inglés
El modelo Elise, desarrollado por Lotus, tiene su origen en el año 1994. En aquella época, la compañía británica quería ofrecer un modelo que les permitiese recuperar su sitio en el mercado.
Las dificultades que Lotus atravesaba tras la desaparición de su equipo de Formula 1 motivaron la aparición del Lotus Elise
Tras varios retrasos, el Lotus Elise es lanzado en 1996. Este modelo fascina a su público por su excelente comportamiento en carretera y divertida conducción, a pesar de su escasa potencia por aquel entonces. Solo 120 CV, pero para nada más que 675 kilos.
El exterior y la conducción del Lotus Elise
Si algo caracteriza al Lotus Elise son sus reducidas dimensiones y su ligereza, además de su aspecto deportivo. Este modelo cumple con las cuatro premisas principales de la marca británica: ofrecer un vehículo liviano, de conducción divertida, cómodo y con gran maniobrabilidad.
La posición central-trasera-transversal del motor dota al Elise de un reparto de pesos 40/60, lo que favorece la tracción de las ruedas traseras y la eficacia en frenadas; también cuenta con un bajo momento polar de inercia, lo que le ayuda a virar con facilidad, si bien puede ser delicado al límite de adhrencia para manos inexpertas con tanto peso por detrás de la espalda.
Su chasis es una magnífica obra de ingeniería. Construido con aluminio extruido y pegado con adhesivos epóxicos se ha logrado una estructura rígida y ligera sobre la que asentar un carrocería de fibra de vidrio. La base del vehículo pesa solo entre 65 y 70 kilos, y sobre ella se monta el chasis completo, con los materiales proporcionados por Hydro Aluminium.
En el año 2002 se lanzó la segunda generación del Lotus Elise, con cambios en el exterior respecto al serie 1. Este nuevo modelo incorporaba un chasis aún más ligero. Dentro de esta nueva serie, el Elise ha ido evolucionando a través de distintas variantes, que han permitido mejorar más y más el modelo.
Con un peso en vacío que llega a los 798 kilos en su versión más liviana, el Elise ofrece al usuario un roadster de lo más ligero, que goza de una conducción ágil y divertida. A esta baja masa se suma el hecho de que su batalla o distancia entre ejes es cortísima.
Su zona frontal monta unos faros muy estrechos y alargados sobre tomas de aire con rejillas. En el centro del morro está la calandra frontal, con la misma geometría que las entradas bajo las luces.
Los retrovisores son uno de los elementos más llamativos, debido a sus pequeñas dimensiones. Esto aporta un toque estético interesante, aunque pone en duda la seguridad ante puntos ciegos.
En el lateral detacan unas formas curvadas y unas grandes llantas de cinco radios. Finalmente, la parte trasera incorpora unos faros de diseño similar a los delanteros y unos bajos en U invertida que escoltan al escape con forma trapezoidal.
El diseño interior del Elise
Dentro del Lotus Elise puede encontrarse un habitáculo atractivo y espartano, de estética ligeramente futurista. El volante multifunción tiene tres radios que nacen del logo de una parte central adornada con el símbolo de la marca británica. Tras él, puede verse una pantalla que aporta la información necesaria para la conducción.
Entre los asientos se encuentra una palanca de cambio de marchas –con tacto mecánico y preciso– acabada en aluminio, junto a costuras rojas rodeando el pellejo del pomo. Su diseño anguloso incrementa la estética futurista del interior.
El diseño general del habitáculo combina elementos metalizados, como en la separación de los asientos o el volante, con partes de tela en dos colores, uno de ellos negro. Más allá de la palanca, los llamativos adornos con detalles rojos pueden encontrarse en otros elementos, como en el volante o en el centro del salpicadero.
La propulsión del Lotus Elise
En lugar de montar un V8 o un sistema de propulsión híbrido, Lotus proporciona a su modelo tope de gama –Elise Cup 250– un motor de cuatro cilindros de 1,8 litros sobrealimentado con compresor volumétrico: 246 CV a 7 200 rpm y un par máximo de 250 Nm. Cifras explosivas para mover a este roadster de solo 884 kilos.
Su aceleración permite al Elise completar el 0-100 km/h en solo 4,3 segundos, con una velocidad máxima de 248 km/h. Todo el sistema se gobierna con un cambio manual de seis marchas, de tacto mecánico y con unos recorridos cortos y precisos.
Si se pretende es disfrutar de él solo en carreteras reviradas y no en los circuitos, sería más que suficiente optar por el modelo básico –Elise Sport– de 1,6 litros y 136 CV, pues con 829 kilogramos –798 kilos la versión aligerada Club Racer (CR)– acelera de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos.
El precio del Lotus Elise
Comprado en Inglaterra, el Lotus Elise Cup 250 puede adquirirse por unas 46 500 libras, que supondrían unos 53 000 euros al cambio. No es un mal precio dadas las prestaciones, la exclusividad y el diseño estético tan cuidado y atractivo. El Elise Sport básico parte de las 29 900 libras (unos 34 000 euros).
Con ese modelo, Lotus ofrece una interesante opción al mercado de los roadster, gobernado por vehículos como el Mazda MX-5 o el FIAT/Abarth 124 Spider, con los que guarda mayor relación por dimensiones y ligereza. También están el BMW Z4 o el Mercedes SLC, que son bólidos más grandes y confortables, pero que pierden en sensaciones.
Este pequeño deportivo goza de un rendimiento sobresaliente en carreteras de curvas o en circuitos, con un tacto de mandos muy visceral. Su diseño se ha hecho tan famoso que incluso puede encontrarse en el mundo de los videojuegos, como su imitación en Grand Theft Auto 5.