Infiniti Q50, las berlinas siguen vivas
Qué difícil es ser berlina en los tiempos que corren… Todo el mundo quiere presumir de SUV en su garaje, y no será por la falta de buenos candidatos entre las berlinas premium. A pesar de la bajada en ventas, puedes encontrar vehículos brillantes como este Infiniti Q50.
Coches como el Jaguar XE, el Lexus IS o el Volvo S60 llevan años luchando contra los que, hasta ahora, son los preferidos en toda Europa: BMW Serie 3, Audi A4 y Mercedes Clase C. Son los más vendidos y todo apunta a que va a seguir siendo así por mucho que se esmeren los demás.
Diseño exterior del Infiniti Q50
La seriedad y la elegancia dominan las líneas del Infiniti Q50, con un aspecto robusto y sin grandes alardes de diseño. Tampoco cuenta con una cara deportiva como un Serie 3, pero la primera impresión que trasmite es muy buena, con mucho empaque y estilo.
El morro es la parte más llamativa del coche, con unos pilotos de mirada desafiante y una gran parrilla con la forma típica de todos los modelos de la marca. El capó dibuja una curvatura notable, lo que le da más dinamismo al frontal.
De perfil cumple con lo que se espera de un coche de este tipo: tres volúmenes perfectamente diferenciados y una distancia entre ejes generosa. Los 4,79 centímetros de longitud que tiene el japonés no parecen excesivos para la imagen de ‘coche grande’ que transmite el Q50.
La parte trasera también es muy atractiva y elegante, con unos pilotos horizontales que aumentan la sensación de anchura del coche, unidos por una bonita banda cromada con el nombre de la marca. El conjunto estético está muy conseguido, veamos si cumple en el resto de facetas…
Diseño interior
El lujo según lo entienden los japoneses siempre es peculiar, es muy diferente al europeo, donde reina el minimalismo y las líneas sencillas cargadas de tecnología, pero en el Q50 no me termina de convencer.
Quizás, en Infiniti se han quedado en la anterior generación de diseño, con formas muy reconocibles para ser un coche moderno y al que parece que solo le han incluido más pantallas.
El salpicadero tiene dos enormes pantallas situadas una encima de la otra. En mi opinión, esta disposición es un lío y no sabes a cuál mirar, ya que ambas tienen muchas funciones y cuesta amoldarse a ellas más de lo esperado.
La calidad de todos los componentes es notable, rápidamente sientes que estás en un coche bien hecho en el que los detalles se han tenido en cuenta. Puedes encontrar numerosas superficies de cuero por todo el habitáculo y los ajustes de todas las piezas es exquisito.
Detrás no hay todo el espacio que debería para su longitud. El espacio para las rodillas es correcto, pero se queda a años luz de un Volkswagen Passat o un Mazda 6, es más parecido a un Mercedes Clase C. El maletero, al tratarse de un coche híbrido, se ve reducido frente a rivales que no cuentan con este sistema y se queda en 400 litros, una cifra muy baja.
Motor y dinámica
Hasta este mismo año estaba disponible con un motor diésel de origen Mercedes de 2.2 litros y 170 CV de potencia pero, siguiendo la tendencia actual, se ha dejado de fabricar el motor de gasóleo y solo queda disponible con el sistema híbrido.
Éste es el coche híbrido más barato que puedes comprar con una potencia similar. Es de los pocos con este tipo de configuración que tienen entre ceja y ceja la potencia en vez del consumo, y eso se nota desde el primer momento.
Para conseguir los 364 CV de los que hace gala cuenta con un motor atmosférico gasolina de 3.5 litros al que le acompaña un motor eléctrico. Las prestaciones son correctas hasta que el motor de combustión pasa de 3 000 rpm, en ese momento se convierte en una berlina muy deportiva, capaz de pegarte la espalda al asiento.
Pasa de 0 a 100 km/h en 5,1 segundos y alcanza los 250 km/h, todo a través de una caja automática de siete velocidades que, sin ser la más rápida, cumple con su cometido. El consumo puede ser moderado si conduces de forma tranquila, con medias de entre 7-7,5 l/100 km, pero si sacas a la luz el poderío del motor pronto verás pasar de 10 l/100 km el contador.
Dinámicamente es lo suficientemente estable y firme como para domar tanta potencia, aunque los 1 750 kilogramos de peso le restan rapidez de reacción. La suspensión es bastante firme, pero no compromete el silencio y la comodidad interior del Infiniti Q50.
Precio y conclusión
Parte de 48 750 euros, un precio muy bajo para una berlina premium híbrida de esta potencia pero, con todo y con ello, no encuentra los suficientes compradores como para ser un contrincante de peso para los alemanes.
El Infiniti Q50 hace muchas cosas bien y es capaz de hacerte disfrutar con su potencia, pero hoy día el que quiere gastarse casi 50 000 euros en un coche le vienen a la mente modelos como el Audi Q5, BMW X3… Las berlinas tienen la batalla casi perdida.