La Targa Florio, la peligrosa carrera por carreteras sicilianas
Recientemente os hablamos de la carrera hacia las nubes, más conocida como Pikes Peak. Además de esta, hay muchas otras carreras de alto nivel cuya repercusión es muy reducida, tanto que su existencia solo consta para unos pocos aficionados. La Targa Florio es una de ellas, y es de las más longevas.
Por si fuera poco, la cancelación en los años 50 de otra gran carrera, la Mille Miglia de la que próximamente hablaremos, otorgó a la Targa Florio un extra de protagonismo en Italia durante 20 años. Actualmente, la carrera es más bien un rally de clásicos, un bello homenaje a la competición real que fue originalmente.
Los números de la Targa Florio
Esta maravillosa carrera disputada en las carreteras de montaña y pueblos de Sicilia comenzó en 1906, con un trazado de 146 kilómetros, el cual se utilizaría hasta mediados de siglo. Entre tanta edición, hubo alguna que modificó el recorrido, ya fuese menor –108 km– o mayor, con una vuelta a la isla completa.
En las dos ediciones más largas, el recorrido comprendía la isla entera, con una longitud total de unos 1 000 kilómetros por vuelta.
En sus inicios, los ganadores eran fabricantes ya olvidados como Itala o SPA, aunque ya figuraban nombres como Fiat y Peugeot entre otros. Los franceses se conformarían con una sola victoria en 1919, mientras que los italianos, jugando en casa, se hicieron con las ediciones de 1907, 1921 y 1957.
Éxitos secundarios, o al menos empañados por el de los más grandes de la prueba. Estos son Porsche, Alfa Romeo y Ferrari. Entre los tres suman 28 victorias, casi la mitad de todas las ediciones contando las no-oficiales post-1973.
Porsche, rey de la Targa Florio
Solo una victoria separa a Alfa Romeo y Porsche, con 10 para los italianos y 11 para los alemanes, lo que les otorga el mérito de ser el fabricante más exitoso de la Targa Florio en los 71 años que se celebró. El primer éxito se dio en 1956, con un Porsche 550 Spyder conducido por Umberto Maglioli.
El piloto italiano cruzaría la meta tras 7:54 horas de carrera y 10 vueltas en un trazado que desde 1951 se redujo a unos ‘modestos’ 72 kilómetros. No fue la primera victoria de este pequeño deportivo de 135 CV de potencia. Un año antes ya se consagró ganando la Panamericana, disputada en México.
Tras esta primera victoria en Sicilia vendrían 10 más, y llegaría a ganar cuatro ediciones consecutivamente –1966 a 1969– con prototipos cada vez más preparados y capaces. Una clara muestra de la evolución de los coches participantes es que Porsche marcó un récord de velocidad media con 128 km/h, en carreteras de montaña.
Como se suele decir, todo lo bueno tiene su fin, y el de la Targa Florio se coció a fuego lento. Un repunte en accidentes y una seguridad cada vez más precaria para pilotos y espectadores firmó sentencia para la prueba en 1973, aunque de forma extra-oficial se corrió hasta 1977.
Herencia de la Targa Florio
A día de hoy solo quedan dos recuerdos de lo que fue la Targa Florio originalmente. Por un lado, tenemos el desfile anual que se realiza por las mismas carreteras por las que se solía correr. Una procesión de coches clásicos de todo tipo, en la que podemos encontrar incluso viejos participantes de la prueba.
El otro recuerdo que tenemos nos lleva de nuevo hasta Porsche. Desde 1966, su deportivo 911 goza de una carrocería que combina lo mejor de un descapotable y un cupé, al que se le nombró como Targa en homenaje a la carrera italiana.
Tal fue el éxito de este que todo los coches de este tipo se les conoce como Targa, sean Porsche o no, como el nuevo Mazda MX5 RF, la versión Targa del respetado roadster japonés y que sustituye a la versión de techo rígido convencional de la pasada generación.