¿Qué es la Gumball 3000?
Parece casi una locura imaginar una carrera de coches lujosos cuyos excéntricos dueños compiten por pura diversión; más allá de la ciencia ficción, esta competencia existe y se llama Gumball 3000. Evidentemente, es algo muy diferente a la Formula 1, o el rustico Campeonato Mundial de Rally.
En la Gumball 3000 seguro que podremos ver modelos como el BMW M5, Citroen 2CV o incluso, un Rolls Royce Phantom. Se trata de automóviles deportivos que casi nadie puede pagar, pero que a todos nos gusta ver en movimiento.
Es una carrera muy especial, con gran encanto para pilotos y asistentes; en ella compiten automóviles de marcas de lujo, que no es fácil ver en otros eventos. Todo un espectáculo para los sentidos.
Origen de Gumball 3000
Todo comenzó en la década de los 70’s, en Estados Unidos. Fue en ese momento en el que el gobierno planeaba imponer un límite de velocidad de 90 km/h.
El objetivo: reducir el consumo de combustible. Para demostrar lo poco práctico de esta normativa, el periodista especializado en automovilismo Brock Yates se planteó ir de Nueva York a California en tiempo récord.
Fueron 41 horas de recorrido y el periodista demostró que era imposible pillar a los infractores por este tipo de violaciones. Más tarde, la hazaña de Yates se convirtió en una carrera en parejas llamada Cannonball Run; aquí los tiempos de llegada se acortaron a 33 horas.
De esta anecdótica competición nació precisamente el Gumball 3000. El 1999 fue el primer año de su celebración: la salida tradicional se hace en Ocean Drive (Miami) y culmina en Ibiza, España. Son 5 000 kilómetros completados en siete días, aunque a veces las rutas y destinos cambian.
Carrera solo para ricos
El problema es que recorrer las autopistas de Miami, Atlanta, Nueva York, Edimburgo, Londres, París y finalmente Ibiza, cuesta mucho dinero. La inscripción asciende a 40 000 €, aunque sus participantes han declarado gastar más de 100 000 € en el trayecto; al evento solo entran personas realmente adineradas.
La competición supone una experiencia lujosa y divertida para los competidores. Conciertos especiales, visitas a museos, fiestas y participaciones especiales en carreras reales, forman parte del plan.
Cada año supone una experiencia diferente. Por ejemplo, la edición del año 2008 tuvo una parada final en Pekín mientras se celebraban los Juegos Olímpicos. Y por supuesto, lo normal es ver competir a famosos como David Hasselhoff, o el ya fallecido Paul Walker, de The Fast and the Furious.
El problema de las leyes de tráfico
Al no tratarse de una carrera oficial, el Gumball 3000 no cuenta con permisos especiales. Sus competidores conducen por calles y autopistas, y deben cuidarse de infligir las leyes de tráfico de cada país. Claro que los competidores no siempre respetan los límites de velocidad, ni el resto de las reglas.
De hecho, en el 2005, Paul Walker y Adrien Brody fueron multados en la autopista que va de París a Barcelona. Tiempo después, durante la edición del 2014, se registraron 45 participantes sancionados en la misma vía. En el evento hay excesos, coches de lujo y amantes de la velocidad con mucho efectivo.
Pero como todos los competidores son adinerados, simplemente pagan las multas para poder continuar con la diversión. Claro que también hay espacio para las organizaciones sin fines de lucro, la filantropía y los espectadores.
Algunos ganadores de la competición
Los primeros ganadores de la competencia fueron Luke Craft & Dylan Murray, en el año 1999. En el año 2001, Kim Schmitz fue el ganador del primer lugar; para quienes no le conocen, ‘Kimble’ es un empresario y hacker de origen fines-alemán, creador de Megaupload.
El ex ciclista Miguel Ángel Serrano ganó en la edición del 2007, haciendo pareja con Javier Millán. Son muchas las anécdotas que pueden contarse de esta extravagante experiencia solo apta para millonarios.
Entre las anécdotas más conocidas, por ejemplo en el año 2016 participo un automóvil que era una réplica exacta del batmovil del videojuego Batman: Arkham Knight.
La organización del Gumball 3000 fue creada por Maximillion Cooper, diseñador y piloto. Para el año 2012, el evento estaba valorado en 200 millones de dólares según la revista Forbes.
El rally de los millonarios es ilegal, excéntrico y lleno de caprichos, pero cuenta con fama, patrocinadores y mucho dinero. Revistas de motor y prensa social, y automotores están a la espera de nuevas ocurrencias y coches que ver en futuras ediciones.