4 coches que ocultan muy bien el cero parentesco que hay entre ellos
Mientras que la industria del automóvil evoluciona, los seguidores acérrimos de esta no lo hacen tanto. Es por ello que se han dado casos donde el nombre de un coche no tiene parentesco alguno con la realidad final. En los últimos años esto se ha extendido en el caso de los motores. Donde los Mercedes AMG anuncian en su nombre 63, en realidad montan motores de 2.0 y 4.0 litros.
Pese a ello seguimos hablando del mismo coche. Sin embargo, en el caso de los 4 protagonistas de estas líneas, su nombre es lo único que los ata a otro modelo de la gama ya que en esencia, no guarda relación alguna. ¿Estrategia de marketing? Exactamente, marketing en su máxima expresión.
BMW Serie 2 y Serie 2 GranCoupe
Hace casi 10 años que BMW decidió que sus modelos de corte deportivo serían los números pares y los más prácticos serían impares. Nacieron así los Serie 2 y Serie 4 como reemplazos de los Serie 1 Coupé y Serie 3 Coupé. Todo muy sencillo y ordenado, pero que pierde toda razón de ser cuando bajo el nombre de Serie 2 hay hasta 3 modelos diferentes.
El modelo principal es el Coupé, y se basa en la plataforma CLAR que también usa el BMW Serie 3. Gracias a ella presume de ser un deportivo de tracción trasera y poder montar motores de hasta 6 cilindros en línea. Hasta ahí todo bien. Todo bien hasta que llegaron los Serie 2 GranCoupe y anterior a este, el Active Tourer.
Mientras que el primero podría pasar por una simple variante de cuatro puertas del coupé, no podías estar más equivocado si pensabas esto. Visualmente son dos líneas de estilo completamente diferentes, y bajo la carrocería tampoco comparten ni un tornillo, basándose en la plataforma F44 que usa el BMW Serie 1 e incluso el MINI.
¿Cómo es la plataforma F44?
Mucho más barata de fabricar, de tracción delantera (con posibilidad de tracción total) y limitada a motores de 3 y 4 cilindros colocados en posición transversal. ¿Qué pasa con el Active Tourer? Un monovolumen con el mismo nombre que un Coupé pata negra, sin palabras.
Lancia Delta y Delta S4
En plena explosión del Grupo B del Mundial de Rallyes Lancia decidió sustituir el desfasado 037 con un nuevo modelo. El resultado sería el Lancia Delta S4, el primer tracción total de la marca en esta modalidad. Articulado sobre un chasis tubular de acero y un motor central diseñado al límite de la reglamentación.
Siguiendo la normativa de la F IA se tuvieron que fabricar 200 unidades para calle, las cuales con el Delta original compartían tan solo el nombre. Toda la carrocería de fibra, el motor, el chasis, todo era nuevo y diferente a lo utilizado en el Delta y su variante deportiva, el mítico Integrale.
Peugeot y su 205 T16 no entran en esta lista porque su modelo, muy similar en concepto al Delta S4, si que mantenía la estructura central del modelo de calle, pudiendo decir sin tapujos que había cierto parentesco con el 205 convencional.
Ford Escort y Escort Cosworth
Algo similar ocurre en el caso del Ford Escort y su explosivo Cosworth. Visualmente mostraba mejoras respecto a otros deportivos de la gama como el XR3i y el RS2000, pero se diferenciaba por sus nuevos paragolpes, pasos de rueda ensanchados y un enorme alerón trasero que sentaría cátedra.
Pero lo más importante del Cosworth era su tren motriz. Dinámicamente su tracción total y sus 227 CV lo convirtieron en un misil de la década de los 90, lo que pocos saben es que bajo su carrocería no se esconde un Escort mejorado. Ford colocó la carrocería sobre la plataforma del antiguo Ford Sierra Cosworth, de ahí que el motor pasase a ser longitudinal.
Había más parentesco entre un Sierra 4×4 y un Escort Cosworth que entre éste y un Escort normal.
Mercedes 190SL y 300SL
En los cincuenta Mercedes sorprendió con el primer superdeportivo, el Mercedes 300SL también conocido como alas de gaviota. Esta característica fue una solución técnica a la imposibilidad de usar puertas normales debido al chasis tubular utilizado. Este robaba mucho espacio en los estribos y complicaba la entrada y salida al habitáculo.
También se lanzaría una variante descapotable del 300SL, con techo de lona y ahora sí, puertas convencionales. La solución fue modificar el chasis en su paso por los estribos para reducirlo en altura y anchura. Sin embargo, la marca también empezaría a vender el 190SL, que a simple vista parecía idéntico que el 300SL.
Para el común de los mortales la diferencia entre uno y otro era el paso de un motor de 6 cilindros a un pequeño cuatro cilindros de apenas 105 CV de potencia. Pese a las similitudes estéticas, eran dos coches con cero parentesco entre ellos, ya que el pequeño 190Sl se basaba en el W121 sedán y no en el chasis de tubos de acero del modelo original.