
¿Sabías que cada cierto tiempo es necesario hacer una breve pausa para poner el coche a punto? Para algunos, esto equivale a llevarlo al taller una o dos veces al año para que le hagan una revisión, mientras que para…
Con la llegada del invierno la función del líquido anticongelante se hace aún más importante, por ello es necesario saber cuál de todos los tipos es el más indicado para nuestro vehículo.
El sistema de refrigeración es uno de los componentes más importantes de un coche, y de él depende en altísima medida el correcto funcionamiento del motor. Cómo elegir un anticongelante adecuado para cada vehículo es una de las dudas más frecuentes de propietarios y conductores.
Para elegir un anticongelante correctamente, lo primero que debe consultarse es el propio manual del vehículo. Allí el fabricante apunta las características específicas con las que debe contar el producto y recomienda cuál es el ideal.
Si todavía existiesen dudas, es preferible acudir a un especialista antes de comprar cualquiera al azar. Es importante tener en cuenta que hay factores que no deberían pasarse por alto; uno de ellos y de los más importantes es el clima.
El líquido refrigerante recomendado no solo debe mantener el motor a una temperatura “fresca”, lejos de los tan temidos recalentamientos, también debe “velar” por mantener los mismos parámetros durante los inviernos más crudos. Y todo esto sin que se congele durante las noches o en medio de una gran nevada.
Esta es otra duda muy frecuente. Hay quienes señalan que tiempo atrás, antes que la industria química desarrollase estos útiles líquidos, los automóviles llevaban agua dentro de sus sistemas de refrigeración sin mayores inconvenientes.
En esencia, el agua cumple la misma función que cualquier refrigerante. Sin embargo, debe tomarse en cuenta que al elegir un anticongelante el vehículo está más protegido. Esto se debe a que:
Agua desmineralizada: los minerales que vienen incluidos en el agua en su estado natural, resultan altamente corrosivos tanto para el motor, como para todo el sistema de tuberías.
Etilenglicol: este es un componente químico con altas propiedades anticongelantes. Es de uso común, no solo dentro de los sistemas de refrigeración en la industria automotriz moderna, también como difusor de calor y para evitar la formación de hielo en las turbinas y fuselaje de los aviones comerciales.
Anticorrosivos: la gran mayoría de los anticongelantes disponibles en el mercado cuentan con compuestos desarrollados para cuidar la vida de los materiales, como aluminio o plásticos.
Para mantener el motor a 90°C –la temperatura ideal para el buen funcionamiento de un coche– los anticongelantes no necesitan de ningún tipo de colorantes. Sin embargo, aunque algunas marcas los emplean como parte de sus estrategias de marketing y para diferenciarse de sus competidores, lo cierto es que estos compuestos cumplen otra función de vital importancia.
El etilenglicol –elemento primordial de estos productos– es un líquido incoloro y transparente, de consistencia apenas más espesa que el agua; es también altamente tóxico. En dosis bajas puede provocar náuseas, dificultades en el habla y hasta convulsiones. Si la ingesta es elevada, puede llegar a ser fatal.
Para evitar intoxicaciones accidentales, a la mayoría de las fórmulas que incluyen este compuesto se les empezó a añadir colorantes que, además, resultan poco “apetitosos” de ser ingeridos.