
Para conducir un coche eléctrico en invierno hay que poner algunas atenciones especiales. Ciertas precauciones técnicas y de conducción son…
Durante la estación fría el número de accidentes aumenta, así que debemos extremar precauciones no solo en el manejo del vehículo, sino en su correcto equipamiento; el montaje de cadenas o neumáticos de invierno, por ejemplo, son dos elementos fundamentales
Pese a que el número de coches que circulan por autopistas y carreteras durante la estación fría es sustancialmente menor, el número de accidentes viales es sensiblemente superior.
Para evitar entrar en esta estadística negativa de los accidentes, hay una serie de aspectos claves a considerar al momento de afrontar la conducción en invierno.
Quienes no planeen salir de viaje por carreteras o autopistas durante la temporada invernal, deben asegurarse de que sus coches están en óptimas condiciones. Las incidencias viales pueden ocurrir en recorridos cortos, sin necesidad de salir de las calles de una ciudad.
Por estas razones, es necesario estar atento a los siguientes detalles:
La mayoría de los accidentes de tráfico, con heridos graves o mortales que ocurren durante el invierno, tienen lugar con condiciones de conducción no tan extremas. Cuando la lluvia o la nieve aparecen, los accidentes no son muy numerosos o son muy leves.
Dentro de esta ecuación, dos factores juegan un papel que influye en los accidentes en invierno. Por un lado, el asfalto ofrece menor adherencia cuando apenas está húmedo. Por otra parte, quienes van detrás del volante no aumentan las medidas preventivas oportunamente, sobre todo lo que respecta a la disminución de la velocidad.
Si hay un lujo que los conductores no pueden darse es el exceso de confianza. Solo basta una pequeña cadena de malas decisiones y de acontecimientos desafortunados para que tenga lugar un percance. Si se conduce por una autopista y empieza a llover muy suavemente, deben tomarse las medidas preventivas necesarias.
Entre ellas:
Estas medidas se deben aplicar, igualmente, en casos de lluvias moderadas y torrenciales o en presencia de nieve y hielo en las vías. También en casos de niebla densa, con muy baja visibilidad.
Ráfagas violentas de viento también generan un número importante de accidentes viales. Por ello, es un factor que debe tomarse en cuenta y no olvidar a la hora de asumir la conducción en invierno.
La primera medida a tomar es estar atentos en todo momento a las señales que brinda el entorno. El movimiento de las ramas de los árboles suele ser una de las mejores pistas, así como el desplazamiento de hojas caídas a gran velocidad.
Los niveles de alerta deben incrementarse al adelantar vehículos de carga, al salir de túneles o al cruzar puentes o viaductos. En caso de quedar atrapado dentro de una fuerte corriente de aire, el volante debe sujetarse con ambas manos y reducir la velocidad.
Los giros bruscos y los frenazos demasiado violentos deben ser igualmente evitados.
En el momento de preparar la conducción en invierno, sobre todo si se trata de largos recorridos interurbanos, deben incluirse elementos que puedan marcar diferencias dramáticas; dispositivos de seguridad y protección con los que se debe contar, en casos necesarios: