Mazda MX-3, un capricho al alcance de todos
La firma japonesa siempre ha hecho buenos deportivos económicos, con diseños más o menos vistosos, pero con una característica común en todos ellos: transmiten muchas sensaciones al volante. El Mazda MX-3 apenas se dejó ver en nuestro país, pero el que tiene uno no se quiere desprender de él.
Cada día se ven menos deportivos japoneses de los 90 por nuestras calles, y solo el Mazda MX-5 aguanta el tirón y mantiene un precio de reventa relativamente elevado, con precios que oscilan entre los 3000 y los 9000 euros en el caso de las dos primeras generaciones. De nuestro protagonista no se puede decir lo mismo, y es fácil encontrar ejemplares por 2 000 o 3 000 euros en el mercado de segunda mano.
Diseño exterior del Mazda MX-3
El Mazda MX-3 es un coche realmente bonito para el que le gustan los vehículos japoneses de antes. Una carrocería cupé de dos puertas y una luna trasera de grandes dimensiones y curvada eran la receta básica de un deportivo en su época, pero el MX-3 hizo algo muy mal: versiones excesivamente básicas, con detalles impropios de un supuesto deportivo.
Es difícil juzgar la estética de un coche con pretensiones deportivas equipado con unos ridículos tapacubos, pero si echas un vistazo al mercado de segunda mano verás que muchos de ellos vienen así. Otros muchos llevan llantas compradas a posteriori para darle al japonés los argumentos que merece.
La silueta es muy bonita, con 4,22 metros de longitud por 1,69 metros de ancho y 1,31 metros de altura, unas dimensiones perfectas para disfrutar al volante. Los focos delanteros son pequeños y discretos, parecidos a los del MX-5, con un capó muy bajo y una luna delantera muy inclinada.
La parte trasera concentra toda la personalidad del coche, con un alerón curvado que divide la luna posterior y unos pilotos horizontales muy deportivos. La silueta cupé está muy marcada y tiene una caída muy progresiva, lo que da muy buena imagen a costa de fastidiar la habitabilidad de sus dos diminutas plazas traseras.
Lo cierto es que a pocos coches le sienta mejor un buen juego de llantas y una rebaja en la suspensión de unos 20 milímetros. Parece un coche totalmente diferente. Si me comprara uno para uso y disfrute sería lo primero que haría…
Diseño interior del Mazda MX-3
El salpicadero es el típico que había en la década de los 90, con materiales oscuros donde reina el plástico brillante y una configuración de todos los mandos muy estándar. Toda la originalidad recae sobre las salidas de ventilación centrales, colocadas en posición asimétrica y con forma redonda. Aunque los primeros modelos no incluían ese detalle, como se puede ver en la fotografía.
Por lo demás, poco hay que decir. La parte económica del modelo sale a la luz en cada rincón, aunque, como buen Mazda, la calidad de los ajustes y el aspecto de todas las piezas siguen intactos.
La posición de conducción es muy baja y hay espacio suficiente para personas de todas las tallas. No se puede decir lo mismo de sus dos plazas traseras, solo aptas para niños o personas de poca estatura.
Donde sí puede sacar pecho este Mazda MX-3 es en la capacidad de maletero, con unos respetables 289 litros de capacidad y con formas muy aprovechables para hacer salidas de fin de semana sin problema.
Motores y dinámica
El Mazda MX-3 estuvo a la venta con tres motores de gasolina atmosféricos, de 1,5, 1,6 y 1,8 litros. Todos eran de cuatro cilindros menos el 1.8, que llevaba un V6. Este último es el más famoso y recomendable por su originalidad.
Sacar seis cilindros de solo 1,8 litros es algo cuanto menos peculiar: rinde 133 caballos y tiene un par motor de 160 Nm. Alcanza la potencia máxima a solo 6800 rpm, por lo que no es un motor que estire demasiado en comparación con los de cuatro cilindros.
El contenido peso, de 1 125 kilogramos, le permite ser un coche bastante rápido, y hace que el pequeño V6 luzca desde bajas revoluciones. Acelera de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos y alcanza los 202 km/h, suficiente para disfrutar al volante al máximo.
Las suspensiones no son todo lo rígidas que esperas de un coche de estas características, y deja toda la esperanza a la buena relación peso-potencia y al bajo centro de gravedad. Sin embargo, lo que no echarás en falta son sensaciones al volante: la buena caja de cambios y el tacto general de los pedales y el volante hacen que sea un coche adictivo de conducir.
Precio del Mazda MX-3
Por unos 2000 euros puedes conseguir modelos en buen estado y la mayoría equipan el divertido V6. No esperes grandes lujos de equipamiento, pero sí una fiabilidad mecánica muy tranquilizadora: son de ese tipo de motores que encantan a los mecánicos.