Aston Martin Rapide S, exclusividad al cuadrado

Las marcas exclusivas no han querido renunciar a un segmento hasta ahora inexplorado, con ese propósito nació el Aston Martin Rapide S.
Aston Martin Rapide S, exclusividad al cuadrado

Escrito por Alberto Fuentes

Última actualización: 25 diciembre, 2017

En el 2009, Aston Martin sacó al mercado una superberlina deportiva, el Rapide S. Se trata de un segmento cada vez más demandado que une lo mejor de cada mundo, un superdeportivo apto para viajar en familia.

En el fondo no es más que un DBS lo suficientemente alargado como para poder acoger a cuatro pasajeros con sus cuatro puertas correspondientes, pero como es habitual en la firma británica, de su fábrica no sale nada a medias tintas. El diseño conseguido es tan espectacular como el del DBS. Sus líneas no parecen una adaptación artificial, a pesar de que sobrepasa los cinco metros de longitud.

El precursor de este tipo de vehículos no es otro que el Porsche Panamera, pero lo cierto es que este Aston Martin debemos posicionarlo un escalón por encima. Con ello no decimos que el alemán sea peor coche, incluso me atrevería a decir que dinámicamente está por encima y la calidad del interior de los Porsche no tienen nada que envidiar a ninguna otra (exceptuando Rolls-Royce, Bentley y compañía, pero eso es otra liga). A esta fiesta también debemos invitar al Maserati Quattroporte y sus estratosféricos 5,26 metros.

Estética 100% Aston Martin

Mantener la esencia de todo un Aston Martin y encajar cuatro puertas en su carrocería parece algo complicado. Todos recordamos aquel primer Porsche Panamera que salió al mercado, con una linea lateral bastante forzada y poco agraciada.

La parte frontal recuerda mucho al DBS, pero con una parrilla más grande aún y unas líneas cromadas horizontales que dan ese aspecto agresivo y ostentoso tan propio de Aston Martin. Si solo ves la parte frontal del coche te va a costar diferenciarlo de los deportivos de la marca.

La vista lateral es la más representativa del modelo, se trata de una superberlina, de eso no hay duda, pero las pequeñas dimensiones de las puertas traseras y la pronunciada caída del techo hacen que no lo parezca. Obviamente, estas formas tan atractivas perjudican enormemente la habitabilidad interior y el acceso a las plazas traseras es bastante más incómodo que en cualquier berlina.

La zaga es casi idéntica a la de su hermano, el Vantage. Los pilotos en forma de C, dos grandes salidas de escape y una estrecho portón del maletero dan forma a unas conocidas y veteranas líneas. En el nuevo DB11, la parte trasera ha cambiado sustancialmente, marcando la que será la línea de los Aston Martin venideros.

El Rapide S desprende elegancia lo mires por donde lo mires. En eso, sus rivales, tanto alemanes como italianos, no tienen nada que hacer.

Interior conservador

El nivel de acabado del interior de este Rapide S es, sencillamente, sublime. La calidad y la perfección de los ajustes son de primer nivel, incluso en zonas donde la vista no alcanza mantiene el nivel de agrado.

Imagen del interior del nuevo Aston Martin Rapide S superberlina
Interior del Rapide S. Aston Martin Rapide S/Aston Martin (astonmartin.com).

El salpicadero, a diferencia de la tendencia actual, mantiene gran cantidad de botones, prácticamente uno para cada función del vehículo. En el interior se le notan bastante los años a este inglés y no le vendría nada mal una actualización, aunque lo cierto es que manejar un salpicadero con semejante dosis de artesanía es todo un placer para los sentidos.

Las cuatro plazas son cómodas, pero bastante más las delanteras. A pesar de que detrás cuenta con unos magníficos backets, el espacio para las piernas y la altura al techo son algo justas.

El principal problema, y aquí es donde está la mayor desventaja respecto a sus rivales, es el maletero. Con 317 litros, introducir el equipaje de un fin de semana de los cuatro ocupantes se hace una tarea complicada. No entendemos cómo, en un vehículo de más de cinco metros de longitud, no han conseguido exprimir mejor el interior. Este apartado será un punto negativo para sus compradores potenciales.

Corazón a la altura de lo esperado

Con doce cilindros en uve y 5,9 litros de cilindrada, lo que uno espera de él es que sea rápido, y lo es. Entrega 560 CV de potencia, suficiente para hacerlo pasar de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos y alcanzar los 327 km/h de velocidad máxima. Al nivel de un auténtico deportivo, pero para disfrutar en familia.

Si bien la potencia de este magnífico V12 te va a encantar, el sonido que emite por sus tubos de escape hará que te enamores de él. Suena a un verdadero V12, sin restricciones. Cuando pasas de 4000 rpm, la música que sale por el tubo de escape te pone la piel de gallina. Aunque vaya montado en una superberlina, las sensaciones que transmite son de deportivo con mayúsculas.

Nuevo Aston Martin Rapide S superberlina lujo
A pesar de que sus formas engañan, el Aston Martin Rapide S mide más de cinco metros. Aston Martin Rapide S/Aston Martin (astonmartin.com).

El precio de la artesanía

Parte de 220.749 €, a lo que debemos sumar los extras que quieras introducir en su interminable lista de carísimas opciones. Barato no es, pero si tenemos en cuenta que el vehículo está, en gran parte, fabricado a mano, no queda en mal puesto si lo comparamos con sus rivales.

El nivel de exclusividad que regala este modelo no tiene parangón en el mercado. Pocas opciones (o ninguna) se me ocurren que vistan mejor un garaje que este Aston Martin Rapide S.