¿Cómo saber si debemos alinear y balancear el coche?
Alinear y balancear el coche cada cierto tiempo es una cuestión prioritaria. Ambos procedimientos mecánicos aseguran buen funcionamiento, confort al conducir y buena maniobrabilidad. El problema es que muchos conductores no entienden en qué consiste.
A pesar de que ambas labores persiguen la estabilización del automóvil, nos referimos a dos cosas diferentes. La alineación consiste en un ajuste de los ángulos de todas las ruedas del coche; la idea es que todas queden en una posición paralela perfecta.
Por su parte, el balanceo de las ruedas permite que no se generen vibraciones en la rotación de su eje. En pocas palabras, este proceso corrige desbarajustes entre el neumático y la rueda.
Signos que nos sirven para detectar la necesidad de una alineación
Un coche alineado se mueve en dirección recta cuando el volante no está en movimiento. Pero si nuestro coche se mueve hacia un lado cuando soltamos el volante, entonces no está alineado.
También tenemos una falta de alineación cuando las llantas se desgastan de forma desigual. Esto solo puede significar que una o dos ruedas están chocando más contra el suelo a la hora de conducir. Si el peso se va más hacia un lado, se generará este desgaste.
Inestabilidad y pérdida de adherencia al suelo son otros factores propios de la falta de alineación. Esto podemos evidenciarlo cuando pisamos el freno y el tiempo de respuesta es menos rápido de lo normal.
Detectando el desbalanceo: vibraciones y ruidos extraños
Los signos del desbalanceo son bastante notorios. Escuchar sonidos extraños y vibraciones provenientes de la parte delantera del automóvil es la mayor evidencia de la necesidad del balanceo. Pero esta no es la única señal.
Si de repente alcanzamos cierta velocidad y el volante comienza a vibrar, entonces estamos ante otra evidencia de desbalance. Casi siempre esto ocurre por encima de los 90 km/h. El desgaste disparejo de alguna de las ruedas también es una alerta clara.
¿Por qué se generan la desalineación y el desbalanceo?
El propio movimiento del vehículo y los cambios de velocidad son los principales motivantes del desbalanceo. Después de todo, una llanta que se mueve a más de 90 km/h genera cuadro revoluciones por cada segundo. Esta fuerza genera impactos constantes que hacen mella principalmente en las ruedas.
Con respecto a la desalineación, esta puede estar motivada por la caída en un hueco, o cualquier tipo de golpe. Un choque con otro automóvil o con un objeto contundente también genera este tipo de inconvenientes. Esto puede ocurrir incluso con un impacto de baja intensidad.
En todo caso, el propio desgaste hará de este tipo de reparación una cuestión periódica. Cada cierto tiempo tendremos que recurrir al servicio técnico para el chequeo y la corrección. Existen buenas razones para alinear y balancear el coche.
Alinear y balancear el coche: ¿Por qué debemos hacerlos?
Estando pendientes de la alineación le daremos más vida útil a nuestros neumáticos. Este será solo el comienzo, porque todo el coche es propenso a sufrir averías y desgastes a partir del desbalance y la falta de alineación.
Como suele ocurrir con frecuencia, con una prevención y mantenimiento adecuados, nos ahorraremos mucho dinero en posibles averías posteriores; al realizar estos procesos de mantenimiento, cuidamos el buen funcionamiento del cuadro de mandos y el volante.
Hay que recordar que al regular la fricción de los neumáticos con el suelo, vigilamos la eficiencia en materia de combustión. De esa forma, nuestra maquina aprovechará mejor el combustible y esto es sinónimo de ahorro monetario.
Añadido a todo esto, la conducción se hace más sencilla, confortable y suave. Pero no se trata solo obtener suavidad en cada desplazamiento: la alineación y balanceo otorgan seguridad al volante. Las maniobras son más controlables y el frenado ocurre en un lapso de tiempo oportuno.
En conclusión, alinear y balancear el coche son dos labores técnicas de rigor. Podemos solicitarlas durante las revisiones anuales, pero también se deben hacer después de impactos pequeños o cuando hacemos cambios en la suspensión o dirección. La clave está en no descuidarnos con estos cuidados.