Caterham Seven 160: con poco le basta
El cliente que adquiere un Caterham Seven 160 no lo hace por conseguir una potencia estratosférica, sino por las sensaciones que transmite al conductor. A pesar de su contenida fuerza, con este inglés puedes experimentar la conducción de un auténtico deportivo.
Aunque sea la versión más asequible, no pierde ni un ápice de la esencia Seven. Cuenta con unos detalles de carrocería más clásicos que sus compañeros de alta gama, pero ¿acaso no es la sencillez máxima el primer mandamiento de esta empresa británica?
Diseño exterior del Caterham Seven 160
Si cualquier Caterham tiene unas líneas ya de por sí sencillas, la versión más básica de la gama representa el minimalismo más extremo; posee lo justo para que percibas todo lo que te debe hacer sentir un Caterham, pero reducido al máximo para disfrutar de un precio más que tentador.
No por ello es más feo que sus hermanos. De hecho, la sencillez en este modelo corre a su favor, pues lo hace más original si cabe. El frontal presenta la típica mirada de ojos saltones de la marca con un afilado y estrecho morro.
Por otro lado, en cuanto a las ruedas, separadas de la carrocería, cabría pensar que son muy estrechas para tratarse de un vehículo con pretensiones deportivas; pero no te alarmes, para pasártelo bien en un circuito ese detalle puede correr a tu favor.
El lateral apenas cambia, con la salida de escape por fuera de la carrocería que recorre el lateral del coche hasta la rueda posterior, mientras que el parabrisas tiene el estilo retro característico del modelo.
Cierto es que queda muy bonito, pero apenas protege del viento a sus ocupantes y hacen muy aconsejable utilizar gafas de protección o casco si se sale a carretera.
La trasera cuenta con unos básicos pilotos rectangulares propios de modelos de los años 60; y en general tiene unas líneas rectas y sencillas, sin grandes pretensiones de diseño.
En definitiva, podemos decir este conjunto nos transporta a mediados de siglo, con unas líneas básicas pero atractivas, todo un clásico en potencia.
Diseño interior
Si por fuera parece un coche sencillo pero atractivo, en el interior solo encuentras simplicidad. Cierto es que para disfrutar de una conducción deportiva no hacen falta florituras en el salpicadero, pero el nivel espartano de este Caterham Seven 160 es difícil de asimilar en el siglo en el que estamos.
Aun así, cuando te montas en él sientes un precioso escalofrío sabiendo lo que es capaz de hacer este pequeño –pero muy especial– bólido; y es que un coche tan ligero se siente muy distinto a la gran mayoría de coches del mercado, inclusive casi todos los deportivos.
El salpicadero negro arropa un grupo de esferas, sencillas pero prácticas, con un volante de la firma MOMO perfecto para su cometido. Las dos plazas son estrechas, pero lo agradecerás cuando empieces a coger curvas y necesites ese agarre lateral. Una vez dentro, te das cuenta de que la seguridad no está dentro de los planes de Caterham.
En el centro, una pequeña palanca de cambios, y el freno de mano situado en posición muy alta, dejan ver las intenciones de este británico. Posee muchas zonas acolchadas para evitar hacernos daño al golpearnos en curvas en los cambios bruscos de dirección, sobre todo a nivel de las rodillas.
Motorización y dinámica
Esta versión de acceso cuenta con un interesante motor de 660 centímetros cúbicos, que acompañado de un turbo, desarrolla 81 CV de potencia.
Aunque te parezca una cifra muy modesta, nada mas lejos de la realidad, ya que consigue lanzar de 0 a 100 km/h a este Caterham Seven 160 en siete segundos, una cifra digna de admirar en un coche de esa potencia.
¿El truco? El peso. Con solo media tonelada, posee una relación peso-potencia que ya quisiera más de un GTI. Esa ligereza le permite disfrutar de un paso por curva espectacular, con el agarre justo para ir rápido con seguridad, pero con la diversión que produce poder jugar con el deslizamiento controlado del eje posterior.
La suspensión es sencilla, pero muy efectiva, con un grado de dureza configurado para circuito. La dirección es de las más rápidas y precisas que se pueden probar hoy día, y transmite hasta el último grano de arena del asfalto; es una auténtica gozada.
Cuando llevas un rato a los mandos del Caterham Seven 160, te das cuenta de que la potencia no da la diversión en este coche, sino las sensaciones que puedes sentir con él.
Para que os hagáis una idea, este Seven acelera de 0 a 100 km/h más rápido que un Mazda MX-5 con 160 CV, que no es lento precisamente; y que también es divertido (con menos de 1 000 kilos de peso), quizá no en la misma intensidad, pero sí que es mucho más práctico. En cualquier caso, ¿alguien tiene aún dudas sobre este modesto propulsor?
Precio
Por 17 500 € que piden en Reino Unido puedes conseguir este Caterham Seven 160, un juguete que te hará disfrutar de tu pasión tanto como un superdeportivo con un dígito más en el precio. Es un precio de derribo con el que la marca pretende llegar a un número de público mayor.
Su sencillez se convierte en virtud. No hace falta nada más para sacarle jugo a su estupendo chasis, pasar una mañana en un circuito o una carretera de montaña y llegar a casa con una sonrisa de oreja a oreja. Ese es el único propósito de este coche, y a nosotros nos parece más que suficiente.