Rover 200 BRM, con aires de Fórmula 1 retro

El Rover 200 BRM fue una edición limitada a 1000 unidades que homenajeaba al equipo BRM, participante de la Fórmula 1 en los 50 y 60, entre otras muchas competiciones
Rover 200 BRM, con aires de Fórmula 1 retro

Escrito por Juan

Última actualización: 06 enero, 2020

Pocos, más allá de los más aficionados, recordarán al fabricante británico Rover. Durante sus últimos años, de la mano de BMW, intentó pasar de marca premium asequible a marca deportiva sin mucho éxito. Fue una época oscura, de perdidas económicas, en las que el Rover 200 BRM brilla con luz propia contra todo pronóstico.

MG regresó en los ’90 tras décadas de hibernación, pero poco se habla de que, en principio, el protagonista de este artículo apunto estuvo de comercializarse como el utilitario deportivo de MG para así ayudar a relanzar dicha marca.

Lamentablemente, la entrada en escena de los bávaros canceló el proyecto y la edición limitada BRM pasó a comercializarse como otro Rover más. Esto dejó a MG trabajando con el que sería su único modelo: el MGF Roadster, un deportivo biplaza de motor central

El Rover 200 BRM se comercializó en 1997.

Cambios estéticos exclusivos

Nacido como homenaje al equipo de competición BRM, especialmente conocido por su presencia en la Fórmula 1 durante los años 50 y 60. De estos el utilitario británico tomaba prestada sus colores de guerra, el Verde Brooklands con detalles en naranja en el frontal, que en este caso sobresalía del paragolpes.

Rover 200 BRM: frontal.
Frontal del Rover 200 BRM.

Las llantas de aleación de 16 pulgadas con tapones centrales BRM eran exclusivas de esta versión, y casaban a la perfección con los cromados repartidos por la carrocería y la cola de escape. Por su parte, los emblemas de BRM podían encontrarse en las aletas delanteras y en el portón trasero.

En comparación con el modelo base, el habitáculo recibía el grueso de los cambios. Tanto el cuero rojo como el aluminio hacían acto de presencia. Este material podía observarse en una nueva moldura en el salpicadero, los controles de la climatización retro y el pomo del cambio.

Los asientos y la consola central decorados con costuras de rombos otorgaban ese aire de clásico británico necesario para homenajear a BRM. Opcionalmente, existía un volante de madera y aluminio que prescindía del airbag. De serie montaba un tradicional volante de cuero, decorado en rojo para la ocasión.

Rover 200 BRM: interior.
Interior del Rover 200 BRM.

Especificaciones

Mecánicamente, el Rover 200 BRM utilizaba el motor más potente de la gama, un 1.8 Vi de 145 CV al que le gustaba girar alto de vueltas, hasta las 7000 rpm. A bajo régimen se mostraba perezoso, por lo que había que recurrir más de la cuenta a su caja de cambios manual de cinco velocidades.

Sus prestaciones no eran sorprendentes, pero sí lo suficientemente correctas para un coche de este tipo y para la época. Oficialmente, alcanzaba los 204 km/h y el 0-100 km/h lo cubría en solo 7,9 segundos. Otros cambios destacables son un diferencial Torsen delantero y una suspensión más rígida y rebajada en 20 milímetros.

El Rover 200 BRM en el mercado

La producción total se limitó a 1000 unidades, de las cuales solo 300 se comercializaron fuera del Reino Unido. En nuestro país, las pocas unidades vendidas tenían un precio ligeramente superior a los tres millones de las antiguas pesetas. Su exclusividad hace que sea uno de los Rover con mayor valor de reventa.

Esto último es un dato que hay que muy a tener en cuenta cuando los muchos problemas de calidad y fiabilidad de Rover dañaron su fama y afectaron notablemente a su valoración en el mercado de usados.

Al tiempo de escribir estas líneas solo hay un Rover 200 BRM a la venta en territorio español.