Ferrari F40, más deseado que nunca

Totalmente orientado a la conducción y a las sensaciones deportivas, este bólido italiano gozaba de un chasis tubular sobre el que se superponía una carrocería fabricada en kevlar y fibra de carbono; rígido y ligero, albergaba un V8 biturbo que proveía una prestaciones de infarto, más si se tiene en cuenta que corría 1987 cuando vio la luz
Ferrari F40, más deseado que nunca

Escrito por Alberto Fuentes

Última actualización: 18 abril, 2018

Pocos coches han conseguido transmitir tanta pureza de conducción como el Ferrari F40. Era magnífico en circuito ya por 1987, cuando nació, pero hoy día sigue sacando los colores a deportivos recién horneados y que presumen de multitud de ayudas electrónicas.

La marca del cavallino rampante decidió fabricarlo con motivo del 40 aniversario de la marca y, a pesar de haberse fabricado más de 1 300 unidades, hoy día ha llegado a superar el millón y medio de euros en subasta.

Inicialmente fue diseñado para un uso en la calle, pero sus cualidades en circuito eran innegables, y pronto se desarrollaron versiones preparadas para tal fin, con las que participó en numerosas competiciones.

“Bello, molto bello”. Esas fueron las palabras que salieron de la boca del mismísimo Enzo Ferrari cuando vio por primera vez el F40. Fue sin duda un buen coche de despedida para el fundador, ya que fue el último modelo que vio salir al mercado antes de su muerte. Para estar orgulloso.

Ferrari F40 1987: trasera

¿Cómo se consigue ser leyenda?

Dejando de lado las cualidades dinámicas de este modelo, lo que ha sido siempre un imán para todos aquellos amantes del automóvil es su capacidad para generar sensaciones de coche de carreras.

Su dirección, dura y precisa, te hace sentir cada grano de arena que encuentras en el asfalto; es una auténtica gozada enlazar curvas con este italiano. A esto hay que añadir una palanca de cambios de tacto metálico y guiado muy preciso.

Ferrari trabajó mucho en que el centro de gravedad del coche estuviera lo más bajo posible y lo notas al montarte en el coche, ya que circulas muy pegado al suelo. El reparto de pesos entre ambos ejes también fue fundamental para conseguir el grado de deportividad que esperaban de él.

Construido en materiales muy ligeros, la marca italiana consiguió parar la báscula en solo 1 100 kilos. Para ello utilizó un chasis tubular de acero, y usaron fibra de carbono y kevlar para la carrocería, con lo que conseguía mucha rigidez, además de ligereza. Se limitó incluso el peso de la pintura a dos kilogramos: cada detalle suma.

Un Ferrari 488 GTB actual pesa 1 500 kilogramos, y eso que se trata del modelo más ligero que tiene la marca a disposición. Es el precio que hay que pagar para tener un sin fin de comodidades y sistemas de seguridad de los que carecía nuestro clásico, y de los que hoy día no queremos prescindir.

Ferrari F40 1987: lateral

La cuarentena de una marca como Ferrari debe ser festejada como merece, y la firma italiana lo dejó de la mano de Pininfarina. No solo consiguió unas formas impresionantes, sino que el Ferrari F40 gozaba de una aerodinámica récord en la época. Debía tener una gran carga aerodinámica para mantenerlo en el asfalto.

Motor del Ferrari F40

No se dejó nada en el aire en este Ferrari F40; no podías hacerlo cuando apenas contabas con ayudas electrónicas y querías atornillar a su chasis un motor V8 de 2 936 centímetros cúbicos turboalimentado que desarrolla nada menos que 478 CV de potencia a 7 000 rpm, todo ello enviado a las ruedas posteriores.

Ferrari F40 1987: interior

Con semejantes ingredientes, no extraña que consiga alcanzar los 326 km/h de velocidad punta y pasara de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos, un dato nada despreciable hasta para superdeportivos actuales.

No menos impresionantes son los 9,1 segundos que tarda en pasar de 0 a 200 km/h. Una cifra difícil de conseguir incluso para los deportivos de hoy día.

Precio

Ya os hemos comentado el precio que puede alcanzar actualmente en una subasta, y no es de extrañar cuando, en su día, era el coche más caro del mundo. Para que os hagáis una idea, en la España de 1987 había que desembolsar nada menos que 40 millones de pesetas.

Nada podía fallar cuando sacaron el F40 al mercado. Su mezcla de simplicidad y brutalidad era adictiva, y hoy día sigue siendo el sueño de muchos. Si eres uno de los propietarios de un Ferrari F40, eres un gran privilegiado, y sentirás que nadie consigue describir con palabras las sensaciones que te puede llegar a ofrecer esta leyenda del motor.