Mercedes SLS AMG, la reinterpretación moderna del alas de gaviota
A finales de la primera década del segundo milenio Mercedes se encontraba en un punto crítico sobre su ofensiva de producto. Iba a comenzar una profunda renovación en su imagen de marca y para ello necesitaba un coche halo. Para ello, colaboraron con AMG para crear el espectacular Mercedes SLS AMG.
¿Por qué desarrollar un nuevo deportivo desde cero? Porque en aquel momento, el que podría haber sido el buque insignia que liderase la nueva estrategia, el Mercedes Clase S, se encontraba a mitad de su ciclo de vida comercial. Además, un deportivo siempre generará mayor repercusión mediática.
Con un plan bien estructurado, comenzó el desarrollo del nuevo deportivo alemán. En Mercedes podían haberse limitado a crear un buen deportivo, pero lo que hicieron fue una obra de arte, fue entrar por la puerta grande en el segmento: el Mercedes SLS AMG sería la reinterpretación moderna del mítico alas de gaviota.
Esto requiere un diseño específico, con un frontal largo, una cabina retrasada casi sobre el eje trasero y una zaga corta. Todo esto aderezado con las puertas de alas gaviota que invaden buena parte del techo. Sin embargo, como su predecesor, el buen ejercicio de diseño debía ir acompañado de un buen propulsor, y no defraudó.
Bajó el capó descansaba un enorme motor V8 atmosférico de 6,3 litros de cilindrada, todo un clásico de la marca. Desarrollado por AMG y fabricado a mano por un solo operario, entregaba 571 CV de potencia, 591 CV en el caso del SLS AMG GT. Como buen propulsor de AMG, hacía gala de un ensordecedor y bronco sonido.
Su comportamiento, a pesar de ser considerablemente bueno en circuito, estaba más pensado para largos viajes por autopista, con una comodidad superior a la media del segmento. El único rival en este aspecto era la primera generación del Audi R8, aunque este se mostraba más extremo.
En el mercado su precio no superaba los 200 000 euros en un primer momento, pero con el paso de los años esta cifra aumentó hasta situarse cerca de los 250 000 euros para el SLS AMG GT. Esta sería la última versión disponible del modelo junto al todopoderoso Black Series, una obra maestra.
Black Series
A modo de despedida, de fin de fiesta, los alemanes recuperaron el nombre de las versiones más extremas: los Black Series. No solo se trataba de una cara bonita, y es que contaba con un extremo kit de carrocería realizado en fibra de carbono, con pasos de rueda ensanchados y un alerón trasero fijo.
También se introdujeron cambios a nivel mecánico. El propulsor V8 aumentó su potencia hasta los 631 CV y 648 Nm de par. Al mismo tiempo, la transmisión de siete velocidades modificó las relaciones de cambio para un mejor comportamiento. Por último, se sumaron nuevas suspensiones y un chasis rebajado.
A día de hoy, el Mercedes SLS AMG Black Series se mantiene como uno de los productos más extremos jamás desarrollados por la marca de la estrella, y es que ponía en la calle todo el conocimiento aprendido en los circuitos.
E-Cell / Electric Drive
Pero antes de cesar la producción del Mercedes SLS AMG con la versión más bestia de todas, la firma alemana nos dejó con un prototipo bastante interesante. Hablamos del E-Cell presentado en 2010, momento en el que el deportivo alemán acababa de llegar a los concesionarios.
Se trata de la visión más ecológica del SLS, y es que era totalmente eléctrico, por lo que desechaba el poderoso motor V8. En su lugar, montaba cuatro motores eléctricos –uno en cada rueda– con los que se conseguía tracción total y que entregaban una potencia total de 526 CV.
El Mercedes SLS AMG E-Cell anunciaba 177 kilómetros de autonomía, pero era solo un prototipo.
Su condición de prototipo duraría hasta 2013, cuando la firma presentó en Mercedes SLS AMG Electric Drive, la versión final y de producción limitada. Solo se puso a la venta en Alemania a un precio superior a los 400 000 euros y destacaba por su llamativa pintura azul cromado.
Aquí las especificaciones mejoraron notablemente, pasando a tener 751 CV de potencia y 1 000 Nm de par en todo momento. Además, los cuatro motores ofrecían ahora 250 kilómetros de autonomía.
Pedigrí de competición
No hay deportivo que se precie que no haya visitado el mundo de la competición y el Mercedes SLS AMG no es una excepción. Es más, su papel en esta disciplina ha sido más que notable, con apariciones en la Fórmula 1 a modo de coche de seguridad y en el Campeonato FIA GT, en el que ha cosechado numerosas victorias.
Durante sus años en activo en la categoría se posicionó como uno de los mejores, y fue la opción preferida de muchos equipos. Llegó a ser imbatible en ciertas carreras, y es que copaba todas las posiciones del podio en carreras de resistencia.