El Ford Mustang Dark Horse abre la puerta a los circuitos
Junto a la presentación de la nueva generación del Ford Mustang, conocido por el código S650, la firma de Detroit ha anunciado un nuevo acabado, el Mustang Dark Horse. De facto se convierte en el Mustang más deportivo fabricado en la casa, sin ayuda externa como puede ser en el caso de los Shelby u otros preparadores.
Además de esta novedosa puesta en escena, la llegada del Dark Horse supone la oportunidad para promocionar todas las variantes destinadas a la competición. Algunas derivadas directamente del modelo de calle y otras desarrolladas específicamente siguiendo el reglamento de categorías concretas.
El Ford Mustang Dark Horse está enfocado al conductor más quemado que visita asiduamente el circuito.
Mejorado aerodinámicamente
Para un mejor desempeño en el circuito, el Mustang Dark Horse cuenta con un renovado kit aerodinámico más agresivo y eficaz, muy superior al GT. Lo más llamativo es el alerón trasero sobredimensionado, rematado con un Gurney Flap para incrementar la carga aerodinámica generada por el mismo.
El nuevo difusor se acompaña de cuatro salidas de escape, el lateral con una nueva talonera y un frontal con un prominente splitter. Las aberturas de admisión del frontal también crecen en tamaño, mientras que se le ha aplicado una máscara de color negro bajo las ópticas que seguro será replicada en muchos Mustang a la hora de tunearlos.
Entre los elementos identificativos de esta versión también encontramos un equipo de frenos Brembo con pinzas de seis pistones, un color exclusivo de la unidad de las fotos apodado Blue Embe, llantas de fibra de carbono opcionales, volante deportivo más grueso y con la zona inferior plana forrado en alcántara.
Tapizado del volante que se replica en los asientos, con costuras azul en contraste. En cuanto a tecnología mantiene el nuevo equipo multimedia estrenado en esta generación, con la doble pantalla de 12,4 y 13,2 pulgadas aunque para la ocasión la interfaz utilizada es de diseño exclusivo Dark Horse.
El Mustang no Shelby más potente
Hasta el momento la gama Mustang siempre ha topado con el modelo GT. Para potencias superiores se tenía que recurrir a la preparación oficial ofrecida por Shelby con sus GT350 y GT500. Sin embargo, con la llegada del Dark Horse tenemos un escalón situado entre el GT y los Shelby, siendo el Mustang más potente salido de Detroit sin preparación externa.
Partiendo del conocido bloque V8 de 5.0 litros Coyote, se ha trabajado en la refrigeración de este con un radiador mayor, con ventiladores también más grandes y un radiador auxiliar para el aceite. Con los cambios la potencia del motor escala hasta los 500 CV, potencia que también necesita cambios a nivel de chasis para controlarse.
Puede solicitarse con un cambio manual Tremec de seis velocidades o un automático de 10.
A todas las mejoras aplicadas Ford las llama Handling Package, un paquete que de fábrica incluye barras estabilizadoras reforzadas más gruesas. También se pasa a usar un diferencial trasero Torsen o una suspensión con amortiguadores de ajuste magnético perfecta para estabilizar el coche en giros rápidos y frenadas fuertes.
Un Mustang para cada disciplina
Con el Dark Horse los de Detroit abren la puerta a multitud de disciplinas dentro del mundo de la competición. Los más sencillos serán los Dark Horse S y Dark Horse R. Derivados directamente del modelo de calle, sufre los cambios necesarios para obtener la homologación FIA como el interior vacío, jaula antivuelco y panel de controles.
El primero de ellos estará destinado a carreras cliente mientras que el segundo hará lo mismo pero para equipos privados. Pero todo esto va mucho más allá. Tras estos dos llega un Mustang preparado para la Nascar americana, un Supercar para el campeonato australiano, un GT4 para competir globalmente y hasta una versión de Drag.
Pero, la variante quizás más importante es el Mustang GT3. No solo colocará a la marca del rombo en una de las categorías con más campeonatos a nivel mundial, sino que servirá para retornar a la carrera de resistencia por excelencia: las 24 Horas de Le Mans.
Tras batallar con un Ford GT que se desarrolló para los circuitos y luego se descafeinó para la calle, Ford vuelve a la resistencia con un coche muy diferente. Esperan éxitos una vez más, algo factible ya que la categoría hace uso del ‘Balance of Performance’ que iguala de forma artificial el rendimiento de todos los coches inscritos