Entretenimientos infalibles para niños en el coche
Los viajes de media y larga distancia pueden resultar tediosos para los más pequeños de la familia. La diferencia puede estar en planificar con tiempo diferentes formas modos de entretenimientos para niños en el coche.
Cada etapa en el desarrollo tendrá gustos y preferencias de juegos distintas. No es lo mismo, por supuesto, un bebé de seis meses que un chico de 10 años. Es evidente que los procesos cognitivos no se dan de manera idéntica en cada uno; por ello siempre conviene buscar, innovar, arriesgar, y disfrutar lo más posible.
Cómo interactuar y jugar con niños en el coche: propuestas por edad
Los primeros seis meses se caracterizan por el absoluto asombro por el propio cuerpo. No se necesitan demasiados juguetes ni juegos ingeniosos, bastará con músicas suaves para bebés y dos o tres muñecos con texturas diferentes. Los sonajeros son fascinantes para los bebés.
Hasta los dos años, viajar con niños en el coche puede ser bastante ameno, siempre y cuando no estén obligados a permanecer en la silla reglamentaria todo el viaje. En caso de que así sea, se puede recurrir a sencillos juegos compartidos, como es el caso de describir todo lo que se ve por la ventana.
En esta etapa, disfrutan jugando a que conducen, por lo que un volante de juguete les aportará entretenimiento para rato. Los audio-cuentos dan la posibilidad de compartir el relato y realizar comentarios sobre el mismo. Algunos pequeños juguetes en una bolsa pueden divertir sanamente y sin gastos.
De dos a cuatro años, los niños comienzan a planificar sus propios juegos y juguetes; por lo general, ya tienen un bolsito propio para guardar sus cosas. En esta edad se les puede invitar a elegir y guardar a sus compañeros de aventuras. Esta maravillosa etapa permite multiplicidad de juegos muy divertidos.
A los pequeños antes de la adolescencia les encanta crear universos e historias con los juguetes. Si se agota este recurso, se puede apelar al dibujo, la música y el canto.
También se pueden hacer enumeraciones y descripciones de lo que se va viendo por la ventana; tampoco hay que descartar los juguetes típicos de viaje, como el de la memoria.
Tampoco se descartarán las aplicaciones de sus juegos favoritos; la tecnología es una gran aliada en los viajes. Entre los tres y los cuatro años ya pueden empezar a estudiar el mapa e indicar posibles rutas para llegar a destino.
Cuando el bebé crece
Cuando hablamos de cinco o seis años en adelante, se trata de una etapa en que les fascina el mundo de las palabras y las letras. En el mercado encontraremos revistas especializadas que aportan ideas ingeniosas para mantener entretenidos a los niños en el coche.
Juegos en el coche para toda la familia
‘¿Cuánto falta?’, es una pregunta obligada que se escucha centenares de veces en un viaje en coche con niños. En estos casos, la desesperación es la peor enemiga; tampoco es necesario realizar un juego de forma continuada, desde que se sale del domicilio hasta el punto de llegada.
Tal como señalan los profesionales, aburrirse es necesario para despertar la imaginación, sobre todo en niños. El hecho de entretenerlos constantemente les quita el privilegio de descubrir juegos por sí mismos. El silencio en la ruta puede darles posibilidades infinitas de creatividad en los más pequeños.
Canciones y otros juegos
Para pasar un rato divertido en la travesía, cantar una canción entre todos resulta muy divertido. Cada familia posee un cancionero propio; canciones infantiles y canciones en general, todo suma para liberar tensiones.
Hay que tener en cuenta que el tiempo pasa mucho más rápido cantando; las canciones educativas pueden, en este caso, ser una alternativa divertida e instructiva.
Otros juegos que siempre son bienvenidos cuando se lleva niños en el coche, son el tradicional ‘Veo-veo’, y las adivinanzas. Para los más grandes, los juegos de palabras son perfectos; por ejemplo, el juego de encadenar palabras. La última sílaba de la palabra de uno, será la primera de la palabra del otro.
Por último, cabe destacar lo necesario que se hace detenerse cada dos o tres horas a distenderse y estirar las piernas. De paso, podremos probar algún dulce y un café en las estaciones de servicio del camino. Con todo ello, los juegos, y la siesta obligada que impulsa el largo trayecto, el viaje sucederá sin demasiados sobresaltos.