BMW M8 Prototype, lo que pudo ser y no fue
Durante el tiempo en el que estuvo en el mercado el primer Serie 8 de BMW, todo el mundo reclamaba una versión de altas prestaciones, un M de los de verdad, pero todo se quedó en el M850 CSi. Sin embargo, aunque suene contradictorio, el inexistente BMW M8 sí que llegó a existir, y desde 2010 se puede hablar de él como un proyecto de verdad.
Durante más de dos décadas la propia marca e incluso en M Motorsport negaban la existencia de este coche. Ambos se limitaban a decir que se planteó, pero que nunca se llegó a materializar. Sin embargo, una filtración en el museo de BMW desató a los fans: una unidad roja del BMW M8 que nunca existió.
Tal y como mencionó la marca en un comunicado cuando el secreto se vino abajo, este proyecto del que solo existe una unidad producida se desestimó ante el reducido mercado potencial del modelo. Ellos hicieron los estudios en la época, pero parece ser que estaban equivocados dado lo reclamado que fue el modelo durante años.
Visualmente, se distingue de sus hermanos gracias a un kit de carrocería de generosas proporciones, algo excesivo. El frontal, más bajo y con mayores entradas de aire, es acompañado por un abultado capó con rejilla de respiración. La zaga también es más baja y cuenta con un difusor mayor.
El punto más diferenciador del M8 está en los pasos de rueda posteriores. Para acoger el nuevo ancho de vías se ensancharon las aletas e incluso se le añadió una entrada de aire, como si de un coche con motor central se tratase. Para rellenar el hueco, las llantas de 17 pulgadas tienen ahora una considerable garganta.
Capaz de rivalizar con Ferrari
El BMW M8 fue escondido con mucho recelo durante años, pero cuando este se filtró y se terminó presentando en 2010, la marca anunció datos muy interesantes sobre este modelo tan especial. Quizás el más destacable es que era un coche dispuesto a rivalizar con los mejores Ferrari de la época.
Esta proeza nacería de su poderoso propulsor, un bloque V12 de 6,1 litros de cilindrada. Entregaba unos poderosos 550 CV de potencia y un par máximo de 500 Nm. Más sorprendente es que el 90% de toda la potencia estaba disponible desde las 2 000 revoluciones, un régimen muy bajo.
A modo de comparación, todo un Ferrari F40 ofrecía unos ‘modestos’ 470 CV, 80 menos que el BMW, lo que no hace más que demostrar el punto de inflexión que hubiese supuesto la llegada de este al mercado. A día de hoy, sus números todavía son impresionantes, por lo que en los años 90…
Derivado del bloque M70, y conocido como S70, este motor era en esencia la unión de dos bloques de seis cilindros de 3,0 litros que compartían un único cigüeñal. Un error que se suele cometer es el de relacionar este motor con el que montaba el McLaren F1, pero poco tienen que ver el uno con el otro.
Nunca se ha probado, pero se estima que el BMW M8 supera los 320 km/h.
El handicap más notable de todas las versiones del BMW Serie 8 era su sobrepeso, un mal motivado por la gran carga tecnológica de la que hacía gala. En el caso del M8 se optó por la fibra de carbono para reducir la masa. Este material se utilizó en el compartimento del motor y en el kit de carrocería.
A la segunda va la vencida
Gran parte del sector automovilístico lamentó la negativa de BMW a producir un BMW M8, no así la propia marca. Según los directivos este proyecto nunca llegó a buen puerto, ya que se consideraba que con el BMW 850CSi era suficiente para cubrir la demanda de los más exigentes.
Rectificar es de sabios, y en BMW lo saben. En 2018 al fin verá la luz la tan esperada segunda generación de este cupé de alta gama. Su presentación está prevista coincidiendo con las 24 Horas de LeMans de este mismo año, y con esta nueva generación la marca ofrecerá un BMW M8, la variante más deportiva de todas.
Por el momento poco se sabe de ella y, aunque será de las primeras versiones en conocerse, el cuándo es lo de menos. Tras más de dos décadas la firma germana se ha dignado a desarrollar esta versión tan demandada. Solo quedará por ver como un mercado tan exigente lo recibe.