Volkswagen Sharan: para familias numerosas
El segmento de los monovolúmenes parece que vuelve a la carga; después de varios años en continuo declive, las ventas comienzan a mejorar hasta el punto de doblar el dato conseguido por las berlinas. El Volkswagen Sharan es uno de esos coches que si lo pruebas y ves sus posibilidades no querrás otro.
Se encuentra por encima del Touran y se posiciona como el más grande dentro de la gama Volkswagen, por lo que tiene como principales rivales al SEAT Alhambra, coche con el que comparte plataforma, Renault Espace o Ford Galaxy.
Diseño exterior de Volkswagen Sharan
Mide 4,85 metros de longitud, pero lo que más llama la atención es la altura, con 1,72 metros, por lo que es más alto que la mayoría de sus rivales y más que casi todos los SUVs; un Touareg es dos centímetros más bajo.
Se trata de vehículos donde la búsqueda de espacio prima por encima del diseño, pero lo cierto es que este Sharan es bastante bonito, con unas proporciones muy conseguidas.
El frontal es muy similar al resto de la gama Volkswagen, con una pequeña parrilla y unos focos ascendentes adornados por una tira de LED. El capó está muy inclinado, algo necesario en un vehículo tan alto, y esa inclinación termina en una enorme luna delantera, perfecta para disfrutar del paisaje.
Desde el lateral es difícil diferenciarlo del Alhambra, con el que comparte multitud de elementos, tanto exteriores como interiores. La enorme superficie acristalada es ideal para disfrutar de un interior muy luminoso. Además, unos raíles sobre las aletas posteriores nos desvelan uno de los secretos de este Volkswagen Sharan: sus puertas traseras correderas.
La trasera es de corte clásico pero funcional, con un enorme portón que proporciona un acceso al maletero excepcional. La gran luneta posterior facilita la visión trasera.
Diseño interior y habitabilidad
Ni el SUV más amplio del mercado es capaz de trasmitir la sensación de espacio que da el interior del Sharan. El acceso es comodísimo, con unas enormes puertas y unas butacas situadas ligeramente más altas que en una berlina, lo que facilita la entrada y la salida.
El salpicadero es bastante sencillo si lo comparamos con coches más modernos, y es que los años se le empiezan a notar… La calidad de todas las piezas es sobresaliente, con unos ajustes de primera y un tacto general muy logrado.
En la parte alta del salpicadero se encuentra la pantalla multifunción, un poco pequeña para los estándares actuales, pero muy rápida e intuitiva. Por debajo están los mandos de climatización, un punto a favor por no introducirlos en el menú de la pantalla.
Detrás nos encontramos con tres butacas individuales muy cómodas y amplias; se pueden desplazar longitudinalmente 15 centímetros y se accede a ellas por el enorme hueco que dejan las prácticas puertas correderas. Sacar a los niños de las sillas en un centro comercial se hace menos pesado con semejante espacio.
Si optamos por la versión de siete plazas, con un paquete que cuesta 1 115 euros, podremos acceder a otras dos en una tercera fila reclinando los asientos de la segunda, lo que deja un espacio aceptable gracias a la generosa altura. Estas plazas son menos amplias que las delanteras, pero aptas para adultos de talla media.
El maletero con cinco plazas cuenta con 955 litros, una cifra espectacular. Si es la versión de siete plazas, las dos últimas se pliegan bajo el piso del maletero, por lo que resta espacio hasta los 809 litros, y con siete plazas en uso baja hasta los 300 litros.
Dinámica y motores
Cuando el fin último de un vehículo es ofrecer el mayor confort posible a sus ocupantes, se suelen ver perjudicadas su cualidades dinámicas, pero en el Volkswagen Sharan se ha conseguido un punto intermedio que permite una conducción rápida sin demasiados balanceos.
En vías rápidas todo es coser y cantar, pues se muestra aplomado y silencioso, con una estabilidad lineal muy buena y una calidad de rodadura al alcance de pocas berlinas.
En carreteras con curvas pronunciadas es donde notas sus 1 697 kilogramos de peso y el alto centro de gravedad, pero se defiende mucho mejor de lo que uno puede esperar de él. Los cambios de apoyo son bastante rápidos, pero hay que controlar la cantidad de gas que damos dentro de la curva para evitar una excesiva inclinación de la carrocería.
Con todo y con ello, el Sharan es un coche relativamente ágil, mucho más que un Ssangyong Rodius, pero no llega al nivel de un Ford Galaxy.
En el apartado mecánico, tenemos disponible una versión de gasolina 2.0 TSI de 220 CV y tres diésel, todas con el motor de dos litros pero con 115, 150 o 184 CV.
Las versiones diésel, las más vendidas, tienen un funcionamiento poco refinado, con un nivel de vibraciones y asperezas poco habitual en un coche de este precio. No es algo como para descartar su compra, pero un Ford Galaxy o un Citroën Gran C4 Spacetourer son más refinados en este aspecto.
El motor gasolina es mucho más satisfactorio, silencioso y refinado, aunque el consumo es una media de 2,0 l/100 km más alto que en los de gasóleo.
Precio y conclusión
Parte de 37 010 euros que vale el Volkswagen Sharan con el motor 1.6 TDI de 115 CV y el acabado básico Edition, hasta los 50 320 euros del 2.0 TDI de 184 CV con el cambio DSG, siete plazas y el acabado Sport.
Si tienes una familia numerosa o eres de los que siempre lleva el maletero hasta la bandeja, con este gran monovolumen te olvidarás de la falta de espacio. Además, es muy cómodo para largos trayectos y el nivel de seguridad es excelente; una gran alternativa.