Nissan Z, la sorpresa de Nissan para los más puristas
Siempre hay que esperar para que lo bueno llegue, pero en el caso de los deportivos de Nissan esta idea se lleva al extremo. El Nissan GT-R permanece desde el 2007 en el mercado y su hermano menor, el Nissan 370Z, también ha superado la barrera de la década de edad. Afortunadamente, el Nissan Z ya está aquí como sustituto de este último modelo.
Mientras que Toyota se vio obligada a colaborar con BMW para que el nuevo GR Supra viese la luz junto con la tercera generación del Z4, Nissan ha desarrollado un nuevo deportivo de nicho sin ayuda externa ¿El truco? Se basa en el modelo precedente, lo que además permite reducir el precio final del producto.
El Nissan Z es el primero de la saga en no utilizar una terminología referente a la potencia o cilindrada.
Inspirado por la historia
Para el diseño del Nissan Z se ha mirado al pasado, tomando elementos de cada modelo representante en la historia del Z. Comenzando por el frontal, quedan claros los lazos que lo unen con el primer vehículo de la saga, el 240Z. Los faros redondos de este pasan a unos más ovalados con luz diurna circular.
El modelo actual también del 240Z toma la gigantesca parrilla delantera cuadrada y vertical. Es el punto que más controversia ha levantado, pues en el vehículo original el parachoques cromado la dividía en dos. Ahora es un simple cuadrado plantado en medio del frontal y esto choca, pero cuanto más lo miras mejor se ve.
Contemplado de perfil destacan dos elementos en este coche. Por un lado está la notable caída del techo hasta una zaga que lo corta abruptamente. Este va pintado en negro, lo que ayuda a reducir la altura visual del conjunto, al tiempo que armoniza con las llantas de 19 pulgadas también pintadas en negro (como el difusor y la zona de los pilotos).
La zaga queda rematada por un pequeño spoiler sobre el portón que da conclusión a la caída del techo.
La vista posterior destaca por su anchura y lo baja que es. La horizontalidad de la misma queda marcada por los pilotos traseros, compuestos por rectángulos de luz embutidos en una franja negra, solución que toma del 300ZX de segunda generación (Z32). Por su parte, el difusor abraza una salida de escape doble.
Interior
El basarse en la generación del 370Z se deja notar en el habitáculo en ciertos elementos, los cuales no han cambiado con el único fin de limitar el coste del producto. Estos pasan por los interiores de las puertas, especialmente las manetas con los aireadores laterales integrados.
Por lo demás estamos ante un interior completamente remozado, con líneas similares a los lanzamientos más recientes de la firma nipona. Pese a estas similitudes de familia, cuenta con elementos exclusivos como la triple relojería en lo alto del salpicadero, detalle que viene repitiéndose en todas las generaciones del Z.
Esta nueva generación al fin da el salto a la era digital, abandonando las pantallas monocromo que tan desfasado dejaron al 370Z. La instrumentación digital se acompaña de un completo sistema multimedia con una pantalla de 12,5 pulgadas. Esto requiere felicitar a Nissan, pues se han mantenido los controles físicos para la climatización.
El cambio manual y el freno de mano convencional dejan una consola central huérfana de huecos portaobjetos.
Especificaciones
Mecánicamente el Nissan Z descarta el vetusto V6 atmosférico a favor de un V6 Biturbo de 3.0 litros tomado directamente del vano motor de los Infiniti Q50 y Q60. Conocido internamente como VR30, ofrece 400 CV de potencia y un par motor de 474 Nm que se envían a las ruedas traseras.
Esto supone una reducción importante de cilindrada, pero gracias a la doble turboalimentación la potencia aumenta, así como el régimen de par máximo. En todo caso, se ofrecerá en primer lugar con una caja de cambios manual (aprende Toyota) y más adelante llegaría un automático de 9 velocidades, aún pendiente de confirmar.
La turboalimentación permitirá que el futuro Z Nismo alcance un nuevo récord de potencia en la saga Z.