Lotus 3-Eleven: el más potente de la casa
La firma británica no para de superarse a sí misma. Prueba de ello es el nuevo bólido que han traído al mercado. El Lotus 3-Eleven es el resultado de dejar vía libre a los ingenieros, encargados de materializar el juguete definitivo para los más entusiastas.
Aunque la apariencia del 3-Eleven sea similar a la de un Elise, la obsesión por reducir peso ha llevado a que los técnicos hayan prescindido de una cantidad de elementos que hace que, a su lado, un Elise parezca tan práctico como un monovolumen.
Diseño del Lotus 3-Eleven
La parte frontal del Lotus 3-Eleven es exactamente la misma que la del Elise, y todo parece en su sitio hasta que llegas al pilar A. Mejor dicho, llegas a la zona donde debería estar ese pilar, ya que se ha prescindido de todo tipo de parabrisas y protección frontal. Una pequeñísima visera es lo único que desvía un poco el viento, lo que hace del casco un elemento imprescindible.
Detrás de la cabeza del ocupante, y hablamos en singular porque la segunda plaza es opcional, hay un protector antivuelco que sobresale considerablemente, lo que hace que el enorme alerón trasero llame menos la atención.
La imagen de la trasera del coche es intimidante, con líneas y detalles de coche de carreras. Aparte del enorme alerón que ya hemos mencionado, la zaga cuenta con una mezcla entre rejillas y plásticos negro brillante que radicalizan más al coche.
Un enorme tubo de escape central y los dos pilotos redondos, marca de la casa, son todos los complementos que necesita para infringir miedo a todo el que ose seguirle.
La estética general recuerda a modelos de competición recién salidos de Las 24 horas de Le Mans, donde lo único que importa es la aerodinámica, el peso y la potencia.
Motor y dinámica
Realizar un coche con una relación potencia-peso de 500 CV por tonelada es el sueño de cualquier ingeniero automovilístico, y con este Lotus 3-Eleven se han quedado a gusto.
Se trata del Lotus más rápido que ha fabricado jamás esta marca de deportivos, y eso no es decir poca cosa. Para dar caña al ligero 3-Eleven, la marca no ha corrido riesgos y le ha acoplado el 3,5 litros V6, conocido por ser montado en el Evora 400, pero exprimido hasta sacarle 450 CV a 7 000 rpm.
Se ha conseguido gracias a un supercargador con enfriador integrado de carga de agua-aire, con un par motor de 450 Nm entre 3 500 y 6 500 rpm. No se ha dejado nada al azar con este pequeño bólido, y puedes imaginar las prestaciones que puede alcanzar un coche con esta potencia y con menos de 900 kilogramos de peso.
Acelera de 0 a 100 km/h en 2,9 segundos, una cifra solo al alcance de superdeportivos que triplican su precio. Además, la velocidad máxima es de 290 km/h si optas por el acabado Race; de lo contrario, con el modo Road alcanzarás los 280 km/h.
Lotus es experto en realizar vehículos muy ligeros, pero con el Lotus 3-Eleven han dado una vuelta de tuerca más. Para la carrocería no se han utilizado plásticos reforzados con fibra de carbono como en sus hermanos, sino que se han usado diversos compuestos para aligerar la mezcla en un 40%.
Por norma general, los descapotables se vuelven más ‘blandos’ estructuralmente que sus hermanos con techo, pero la rigidez torsional de este Lotus no tiene nada que envidiar a la de un Exige o un Evora, prueba de la solidez de su estructura.
Todo esto se traduce en uno de los coches con mejor paso por curva que puedes encontrar en el mercado. La rapidez de reacciones está al nivel de un kart y la tracción que es capaz de conseguir hace que te adhieras al asiento. Para gozar de máxima motricidad cuenta con unos Michelin Pilot Super Sport de 225/40 ZR18 delante y 275/35 ZR19 detrás.
Precio
Solo se fabricarán 311 unidades, por lo que mantendrá ese cierto nivel de exclusividad que tanto gusta a los compradores de deportivos. Para hacerte con uno tendrás que desembolsar 117 000 €, en el caso de que elijas la versión Road, o 164 300 € si escoges la deportiva Race.
Se trata de unos precios muy contenidos para el nivel de prestaciones y sensaciones que es capaz de transmitir este deportivo británico. Además, el enorme trabajo de ingeniería que lleva detrás para aligerar el peso y aumentar su rigidez hace que valga cada uno de los euros que se piden por él.