El nuevo Ford Mustang será el último de toda la vida
Estábamos a finales de 2013 cuando Ford presentaba el primer Ford Mustang que dejaba atrás el diseño retro, también conocido como el S550. Nueve años después, en plena transición hacia lo eléctrico, los de Detroit dejan ver como será la nueva generación de su deportivo estrella, el nuevo Ford Mustang S650 que saldrán a la venta a partir de 2023.
Al contrario de lo que se rumoreaba, ha terminado siendo una evolución del modelo anterior más que una revolución, manteniendo grandes rasgos de semejanza con este y detalles que recuerdan a otros modelos del pasado. Disponible como Coupé y Convertible, durante la primera fase de desarrollo se valoró hasta una carrocería sedán.
La séptima generación del pony car por excelencia seguirá fiel a la receta que tantos éxitos le han traído. Más ahora que su rival más duro en los últimos años, el vetusto Dodge Challenger, dejará de producirse siendo sustituido por un modelo nuevo 100% eléctrico. Con el también adiós del Chevrolet Camaro, el Mustang será el último de su especie.
Diseño evolutivo
Visualmente el nuevo Ford Mustang apuesta por la evolución, manteniendo el estilo general pero reduciendo los detalles innecesarios para un conjunto más limpio y minimalista. El largo capó podrá ser liso o con una toma de aire en el caso de los GT y las nuevas ópticas extienden el detalle triple de la luz a todas sus funciones replicando el diseño de la trasera.
El trazo recto que une la parrilla y las ópticas se extiende a las puertas aporta ese toque amenazante.
La parrilla ahora es más grande, adecuada a las nuevas necesidades de refrigeración. El paragolpes queda rematado con un tímido labio inferior. En los GT el tamaño de las parrillas aumenta, además de mostrar más músculo en sus formas.
La silueta sigue las formas del modelo previo, con una caída muy marcada que concluye en una esculpida zaga con unos nuevos pilotos que mantienen las 3 franjas pero pierden el efecto tridimensional. También se pierde el panel negro que unía ambos pilotos.
Habitáculo menos retro
Donde si se ha roto con lo establecido es en el habitáculo. Atrás queda el salpicadero simétrico alto que reinterpretaba al del modelo original de 1964. La última tecnología tenía que abrirse hueco y por tanto, no había espacio para los retro en este espacio. Lo más clásico es el volante, de tres radios y botones físicos.
Donde se ha jugado con la ilusión de muchos es en el freno de mano. Pasa a ser eléctrico, pero mantiene una palanca en lugar de un botón. Para su funcionamiento se utiliza un potenciómetro que simula la unión de la palanca con un cable. Según Ford, se ha mantenido la palanca para así poder derrapar con el coche. Sin tapujos.
Pero lo más llamativo es la nueva configuración de la instrumentación. Un conjunto de doble pantalla con un cuadro de mandos de 12,4 pulgadas y una pantalla de infoentretenimiento de 13,2 pulgadas presiden el habitáculo. Orientadas al conductor, en los acabados más altos las unen con un único cristal por las dos pantallas separadas en las versiones de acceso.
Lamentablemente, los controles para la climatización han acabado dentro de la pantalla.
Para mover el sistema se recurre al SYNC 4 de Ford, con la novedad de usar el motor gráfico Unreal Engine para representar tridimensionalmente el vehículo en la misma. Otro detalle muy cuidado es la posibilidad de elegir un cuadro de mandos que imita al usado en el Mustang Fox Body de 1987 además del resto de pantallas personalizables.
Motores de los de toda la vida
Durante el desarrollo del nuevo Ford Mustang se debatió sobre la introducción de mecánicas híbridas e incluso sobre una posible versión completamente eléctrica que seguiría los pasos del Mustang Mach-E. Sin embargo, todo esto deberá esperar a la próxima generación ya que se han terminado usando los motores conocidos en la anterior generación.
Dicho de otro modo, se mantienen los V8 5.0 Coyote y el 2.3 Ecoboost de cuatro cilindros. El V8 recibe una nueva admisión, doble cuerpo para el acelerador, culatas nuevas y una línea de escape completamente revisada. Con esto han logrado un nuevo tono y gorgoteo a bajas vueltas. Para mejorar el flujo de aire inferior se ha rediseñado incluso el cárter.
La caja de cambios manual tiene la función de rev-matching que simula el punta-tacón en reducciones.
Se desconoce la cifra final de potencia, pero Ford asegura que será el Coyote más potente montado en un Ford Mustang GT, lo que nos dejaría con una potencia estimada de 470 CV. Tanto en una motorización como en la otra se ofrecerá una caja de cambios manual de 6 velocidades Getrag o una automática de 10 relaciones.