Fiat Topolino, el Ami italiano recupera la denominación de los años 30
Saluden al nuevo Fiat Topolino, el hermano italiano del Ami. La firma de Turin ha decidido recuperar una denominación clásica de principios del siglo pasado para su urbanita eléctrico. Al igual que el resto de derivados de esta plataforma, su uso será esencialmente urbano, ya sea transporte privado o compartido mediante el uso de aplicaciones de carsharing.
Sin nadie esperarlo, para el Fiat Topolino se ha trabajado más que en un simple rebranding con un logo cambiado. Se ha mirado al pasado y se le han impreso ideas de diseño tomadas directamente de modelos míticos de la marca. A la postre es todo un acierto, siendo el más coqueto del trío Ami/Rocks-e/Topolino, pero sacrificando por el camino cierta practicidad.
Inspiración retro
Como decíamos, Fiat ha mirado a su pasado a la hora de diseñar su nuevo Topolino. Si bien el nombre hace referencia al urbano comercializado entre 1936 y 1955, el diseño impreso a sus paneles de plástico es una adaptación de la primera generación del Fiat 500, de 1957. Al mismo tiempo, asemejan más el diseño con el resto de la casa, muy dependiente de las ventas del modelo 500 y sus derivados.
En el frontal encontramos unos grupos ópticos principales redondos, con un marco cromado, acompañados de luces auxiliares más pequeñas. Estos focos más pequeños suelen ubicarse bajo el parabrisas en el Ami y Rocks, pero para el Topolino se ha optado por una posición diferente, para mantener la mirada del Fiat 500 original. Más abajo encontramos el nombre del modelo impreso en negativo, en el plástico de su carrocería, y una pequeña moldura cromada para reducir el peso visual del conjunto.
Otro de los cambios más llamativos es la supresión de las puertas. En los otros modelos estas son de apertura asimétrica, un detalle causado por el uso de una misma puerta para ambos lados. Para el Topolino, Fiat ha optado por colocar una sencilla cuerda con topes metálicos como ya se hiciese en el antiguo Fiat 500 Jolly.
Al prescindir de las puertas, el hueco donde va el cable de carga quedaba al descubierto. Se ha optado por una pequeña tapa que lo proteja.
El techo de cristal se ha sustituido por un techo de lona enrollable, para poder disfrutar del sol mediterráneo, por las carreteras de la costa de Italia. La zaga, por su parte, también presentan cambios únicos para el Topolino. Las ópticas circulares pasan a ser de formato vertical y, sobre la matrícula, se coloca una suerte de portamaletas metálico muy característico de los 500 de época.
Experiencia más cercada a la de una moto
Los cuadriciclos ligeros han evolucionado mucho en los últimos años, al tiempo que se han encarecido desorbitadamente. Ya no es difícil hacerse con uno que disponga de dirección asistida, aire acondicionado e incluso equipos multimedia con conectividad para smartphones. Con la llegada del Ami se volvía a lo básico: dos asientos, un volante y ventanas de apertura parcial.
En esencia, era el sustituto perfecto de una moto para alguien que no quería más que protegerse de las inclemencias del tiempo y de las traicioneras caídas. Con el Topolino se recupera parte de esa sensación de libertad que aporta una moto, ya que circular sin puerta nos dejará con un torbellino de aire entrando al habitáculo.
En el interior también hay cambios. El mínimo tapizado de los asientos pasa a ser de color claro e impermeable, mientras que el salpicadero —que solía ser una simple plancha de plástico sobre la que colocar objetos— ahora viste revestimientos textiles.
Especificaciones del Fiat Topolino
A nivel técnico, el Fiat Topolino no ha cambiado ni un ápice las especificaciones ya vistas en el Ami y Rocks-e. Hablamos, por tanto, de un cuadriciclo ligero habilitado para conducirse con el permiso de conducción AM, por lo que su velocidad queda limitada a 45 km/h. Donde si aventaja al resto de cuadriciclos de combustión es la rapidez con la que alcanza esa velocidad, ya que al ser eléctrico se entrega al 100 % en todo momento.
Tanto por el enfoque urbano y asequible del coche, como por limitaciones de espacio, su motorización es muy pequeña. El Fiat Topolino se conforma con un pequeño motor eléctrico de 8 CV de potencia combinado a una batería de apenas 5,5 kWh de capacidad. En condiciones ideales, la autonomía homologada es de apenas 75 km, suficientes para el día a día, pero no mucho más.
Curiosamente, es de los pocos eléctricos que, para recargarse, no utiliza un cargador especial. Usa uno sencillo de dos pines, como el que podría tener cualquier dispositivo electrónico, facilitando el poder cargarlo en cualquier enchufe disponible.