Citroën, innovación tecnológica y diseño de vanguardia
Citroën es una empresa francesa de automóviles creada por André Citroën en 1919. En la actualidad pertenece complejo empresarial del grupo PSA, que fusiona Peugeot con Citroën. Caracterizada por ser una marca generalista que siempre ofrece un punto de innovación superior al de sus rivales, nadie puede dudar que forma parte de la historia.
La marca cuenta con más de 100 modelos fabricados. Podemos ver gran parte de ellos expuestos en el museo “Le conservatoire Citroën” donde muestran las curiosidades y detalles más importantes de su extensa trayectoria, desde los prototipos a los últimos los modelos en producción.
Su origen
después de dirigir una fábrica de buses en la Primera Guerra Mundial, André Citroën decidió crear su propia compañía de coches y viajar a Estados Unidos para estudiar la línea de fabricación de Ford. Tras su experiencia en el continente, volvió a Francia, copió el sistema y creó el primer modelo Citroën llamado Modelo A.
El modelo A fue toda una revolución para los coches europeos, ya que incluía elementos lujosos para la época, como rueda de repuesto o encendido eléctrico.
Gracias a Edward Gowan Budd, se introdujo en Europa la primera carrocería de acero, un elemento importante que poco a poco fue copiado por los demás competidores y que permitió introducir carrocerías más aerodinámicas.
Por desgracia, André Citroën utilizaba precios bajos como estrategia para vender sus coches, algo que le acarreó muchas pérdidas. Más tarde, en 1935, Pierre Michelin reemplazo a Citroën en la dirección de la compañía.
Tecnología a un alto coste
La visión de Citroën llevo que sus coches se volvieran populares, tanto fue así, que en diferentes expediciones se usaban coches Citroën para demostrar el aguante de los coches.
Durante su etapa con Michelin, destacó especialmente el modelo DS; también conocido como ‘Tiburón’, un coche que se asemeja mucho al estilo hatchback de un coche deportivo actualidad.
Tras adquirir Maserati, se permitió desarrollar un nuevo coche algo especial, el SM, gracias a la fusión de tecnologías de ambos fabricantes; por desgracia, la fabricación fue muy costosa para la situación financiera por la que pasaba.
Se vendieron más de 12 000 unidades en cinco años, pero eso no fue suficiente para superar las deudas generadas. Más adelante, en la época de los 70 se produjo una línea de coches muy desequilibrada y para venderlos se tuvo que tomar la medida de precios bajos, cosa que no fue para nada beneficiosa para la empresa.
A finales de los años 70, Peugeot y Citroën empezaron su fusión y forman el Grupo PSA que, se volvió un éxito financiero gracias a que Peugeot era muy cuidadoso con sus finanzas y eliminó la ambición de Citroën, aunque la coexistencia de ambas marcas no fue para nada fácil durante más dos décadas.
Maserati fue vendida a De Tomaso quien sí pudo explotar al máximo su potencial y Peugeot descartó al personal de diseño y tecnológico de Citroën trayendo así inconvenientes con los puristas de la marca.
Más adelante, gracias a entrada a de Jean-Martin Folz a la presidencia del Grupo PSA, la cohabitación entre ambas marcas logró estabilizarse y cada cual sigue su estilo propio; por parte de Citroën, ideado Jean-Pierre Ploué, llega a ser lo que en la actualidad conocemos.
Galardonado y preparado para el futuro
A lo largo de su trayectoria, Citroën ha sido galardonado 32 veces como coche del año. En los reconocimientos más actuales encontramos a su marca premium, con el modelo DS4 premiado en el Italia Auto Europa en 2012. También al Citroën C4 Picasso en el 2014 en Irlanda y el Citroën C4 Cactus en España.
Querer tener uno de estos coches es apuntar alto y tener visión de futuro. Sus diseños reflejan vanguardia, estilo y tecnología en cada una de sus piezas.
La marca gala representa la ambición y el inconformismo con la época. A pesar de la esta empresa ha tenido sus problemas a lo largo de su historia, ha podido resurgir como un fénix y ofrecer la máxima innovación a un precio asequible.