El BMW X7 se renueva y se pasa a la moda de las ópticas divididas
Cuatro años han pasado desde que BMW se metiese de lleno en el segmento más grande de los SUV con el BMW X7. Rival directo del Mercedes GLS y mucho más grande que el Audi Q7, estaba desarrollado con el mercado americano en mente. De hecho, es allí donde se fabrica, en la factoría de Spartanburg en Carolina del Sur.
Fue uno de los últimos modelos en nacer bajo una línea de diseño sobria. Ahora la marca germana se encuentra en un proceso de renovación en la que está experimentando con sus diseños, probando diferentes conceptos con parrillas de diferentes formas, nuevos segmentos e incluso eliminar el codo Hofmeister.
Con el nuevo BMW X7 se ha aprovechado para probar una nueva solución en la marca, aunque en esta ocasión es un recurso estético que viene popularizándose en los últimos años. No es otro que las ópticas divididas en dos, separando la luz diurna del foco de luz principal. Será la nueva seña de identidad de los buques insignia de la marca, replicándose también en el BMW Serie 7 e i7 eléctrico.
Nueva imagen
Esta nueva iluminación dividida también se impondrá en el futuro BMW XM, el SUV deportivo de estilo coupé. La parte superior de las ópticas recoge las luces diurnas, de posición y los intermitentes, relegando las luces de cruce y de carretera (ambas con tecnología Matrix LED) al bloque inferior. Este es tintado para una mejor integración visual.
Como ya ocurriese con anterioridad en el BMW X6, el nuevo X7 estrena una nueva parrilla retroiluminada de lamas verticales. El resto de los cambios los encontramos en el paragolpes, con nuevas tomas de aire y un aspecto en general más agresivo, apartándose de la imagen elegante y seria del modelo anterior.
La trasera por su parte estrena nueva firma lumínica tridimensional pero manteniendo la forma del piloto sin cambios. Con el nuevo diseño se resalta la anchura del vehículo. Opcionalmente se puede equipar el pack M Sport de aspecto más deportivo (de serie en el M60i). Las llantas van desde las 20 pulgadas hasta las 23, siendo el primer BMW de la historia en ofrecer semejante medida.
Adiós a la buena ergonomía
Para el habitáculo la marca ha preparado también una pequeña revolución. Los bávaros se han caracterizado por ofrecer interiores más clásicos que su competencia, integrando con tino la última tecnología con los elementos y disposición clásica de los mandos. Con el restyling del BMW X7 se ha presionado el botón de reinicio.
Para modernizar el conjunto se ha recurrido a una configuración de doble pantalla integradas en un panel curvo. Estas son de 12,3 y 14,9 pulgadas para la instrumentación y el infoentretenimiento respectivamente. Mantiene el control iDrive y su octava generación del sistema operativo, pero también tiene control táctil.
Se han eliminado los controles físicos de la climatización, derivando los mismos a la pantalla central.
Con la reforma del salpicadero se ha aprovechado para sustituir las rejillas de aireación por unas más delgadas e integrar una banda de luz ambiental en la zona del copiloto que une ambas rejillas. También se ha despejado la zona de controles de la consola central, eliminando la palanca de cambios por un pequeño selector como el del Porsche 911 y otros coches automáticos del grupo VAG.
Entre los asistentes a la conducción destaca la introducción del reconocimiento de semáforos y un sistema de alerta de colisión con ciclistas, peatones y tráfico en sentido contrario cuando se vaya a realizar un cambio de dirección. También es capaz de avisar si se acerca tráfico a la hora de abrir las puertas.
Motorizaciones
El apartado mecánico del BMW X7 también recibe cambios en esta actualización. A partir de ahora el buque insignia SUV de la marca montará en exclusiva motorizaciones electrificadas mínimamente, es decir, microhibridación. Este sistema eléctrico de 48V tendrá presencia tanto en los motores de seis cilindros en línea como en el V8 que corona la gama.
La microhibridación o hibridación ligera del BMW X7 se compone de un generador eléctrico que actúa como motor de arranque y que va montado entre el cigüeñal y la caja de cambios. Aporta un ‘boost’ de 11 CV y 200 Nm de par.
La oferta inicial de motores se compone de un motor diésel –motorización de acceso– y dos gasolina. El primero es el 40d, un seis en línea biturbo de 3.0 litros que entrega 340 CV y 720 Nm de par con un consumo homologado inferior a los 9 litros cada 100 kilómetros. En la práctica con sus casi 2 toneladas y media será difícil bajar de los 10 litros.
Por su parte, las opciones de gasolina son el 40i y el M60i. El primero de ellos como en el caso del diésel hace uso de un seis cilindros en línea, de misma cilindrada pero con 390 CV y 570 Nm de par. El consumo homologado es 2 litros superior al diésel. Ambas motorizaciones se asocian a la tracción total xDrive.
Completando la gama y haciendo las veces de variante deportiva encontramos al M60i, equipado con un enorme V8 biturbo de 4.4 litros y 530 CV de potencia. Con sus 750 Nm de par se catapulta desde parado hasta los 100 km/h en 4,7 segundos si bien su velocidad punta está limitada como de costumbre a 250 km/h.