Vehículos eléctricos, ¿son realmente ecológicos?
La tendencia es clara: los diésel están condenados a desaparecer, los motores gasolina continúan con la tendencia downsizing y el mercado de los vehículos eléctricos se abre camino.
Las estrictas regulaciones europeas con los niveles de contaminación están acelerando el desarrollo de vehículos eléctricos, y cada vez son más las marcas que cuentan con uno o más en sus filas.
Los coches que funcionan con electricidad no son nuevos. De hecho, se inventaron antes que el diésel, pero su escasa autonomía y una red de carga muy poco desarrollada los mantenían en un segundo plano.
Hoy en día todo eso ha mejorado mucho, y cada vez son más los compradores que se decantan por este tipo de energía por su agrado de uso y por su compromiso con el medio ambiente.
¿Son realmente ecológicos los vehículos eléctricos?
Depende, ya que cada país consigue la energía eléctrica de un modo distinto. Por ejemplo, en países asiáticos la electricidad sale en un alto porcentaje de centrales de carbón, por lo que la cantidad de CO2 y contaminantes que se emiten a la atmósfera hace que el beneficio ecológico respecto a un motor de combustión ronde el 15%, una cifra muy baja.
La cantidad de electricidad que se utiliza para recargar las baterías hace que la forma de conseguirla sea crucial para dar fuerza a esta tendencia de mercado.
En cambio, los países nórdicos están en la cara opuesta, ya que la mayoría de su electricidad proviene centrales hidroeléctricas, energías renovables o centrales nucleares, por lo que el coche eléctrico sale mucho mejor parado en cuanto a contaminantes se refiere: entre un 40 y un 50% más limpios que un coche de gasolina o diésel.
Nuestro país cuenta con uno de los ambientes más propicios para generar energía verde, por lo que merece mucho la pena la inversión en un coche eléctrico. Otra cosa es el despliegue nacional de infraestructuras para la recarga de estos vehículos, en lo que estamos a años luz de otros países de la Unión Europea.
Aunque existan vehículos eléctricos capaces de recorrer hasta 400 kilómetros con una sola recarga, la incertidumbre sobre la inexistencia en muchos territorios de puntos de recarga hace que su uso para viajes largos siga siendo poco aconsejable, a pesar de que las marcas ofrezcan sistemas de carga rápida.
Diferencia de precio respecto a un coche diésel o gasolina
Otro de los problemas a resolver por parte de las marcas de coches era el abaratamiento a la hora de adquirir un coche eléctrico, ya que, hasta hace poco, multiplicaba el precio respecto a un modelo de gasolina.
El precio de tarifa suele ser alrededor de 10 000 euros más costoso que su gemelo con motor gasolina, pero las marcas aplican descuentos considerables que ayudan a favorecer la venta de este tipo de vehículos.
Por ejemplo, un Kia Soul con un motor diésel de 136 CV con cambio automático y acabado intermedio ronda los 22 200 euros, y su hermano eléctrico con 111 CV está en 32 840 euros. La diferencia de tarifa es considerable, pero lo cierto es que consigues un Soul eléctrico nuevo por unos 25 000 euros con los descuentos de la marca.
El precio sigue siendo superior, pero recuerda que el gasto diario que te va a suponer el modelo impulsado por electricidad es muy inferior y, ¿has echado la cuesta de lo que te gastas anualmente en combustible? Seguramente, en los primeros 40 000 kilómetros hayas amortizado esa diferencia de precio.
Otra de las pegas que veían los compradores a la hora de adquirir un coche ecológico era la pérdida de maletero. Antes casi todos los vehículos con esta configuración perdían en torno a un 30% de maletero, lo que en muchos casos es motivo para echarse para atrás, pero hoy día, casi todos los modelos mantienen las mismas capacidades que sus hermanos de combustión.
Con la evolución del mercado, las restricciones al diésel, y el ajustado precio de los vehículos eléctricos, adquirir uno empieza a ser todo un acierto para los trayectos en ciudad y de medio alcance. Si tu día a día se adapta a estas cualidades no lo dudes, pues es una magnífica idea.