La depreciación de un vehículo a lo largo de los años
La depreciación de un vehículo es inevitable. Solo salir del concesionario y ya el modelo recién adquirido pierde, al menos, 10% de su valor.
Pero tampoco esta depreciación del valor debe tomarse como una tragedia. Es un fenómeno completamente ‘natural’, sobre el cual se pueden tomar en cuenta algunas previsiones para desacelerar, al menos parcialmente, sus efectos.
El valor residual
Este es un concepto que preocupa a muchos propietarios de coches. El valor que tendrá su propiedad después de un determinado número de años de uso y de cierto kilometraje alcanzado.
Lo que más inquieta es saber si con lo que vale el vehículo sobre si el vehículo en el que se rueda, alcanza siquiera para cubrir la cuota inicial para la adquisición de uno nuevo; cosa que puede resultar difícil en algunos casos.
Cómo se calcula la depreciación de un vehículo
Existen algunas fórmulas matemáticas para calcular la progresiva depreciación de un vehículo. Sin embargo, no es una ciencia totalmente exacta; en la ecuación pueden incidir algunos factores más allá del control directo de los propietarios, como las tendencias del mercado; todo ello suelen tenerlo en cuenta las compañías de seguros.
En resumen, se estima que después de un año circulando, un coche estándar, de alguna marca reconocida, ya ha perdido al menos 10% de su valor inicial. Esta cifra se suma a los primeros 10 puntos porcentuales que ya había perdido al pasar del kilómetro ‘0’ al ‘1’.
Si se trata de una marca con mala reputación, la caída asciende hasta un 35%. En los casos más dramáticos, la depreciación de un vehículo, después de 365 días de adquirido, puede representar una bajada de 50 puntos porcentuales.
De 100 a 40 en 5 años
Todo lo anterior refleja que, en términos generales, la mayoría de los coches se deprecian en al menos 60 puntos porcentuales, después de cinco años fuera del concesionario.
A manera de ejemplo: un crossover Renault o Peugeot que costó 20 000 euros cinco años atrás, a día de hoy tiene un valor, dentro del mercado de coches de segunda mano, de 8 000 euros.
Otros factores que condicionan la depreciación de un vehículo
El tiempo no es el único elemento que juega a en contra del precio de reventa. Otros factores, algunos de los cuales dependen casi exclusivamente del trato que recibe el vehículo de parte de sus propietarios, también restan.
En muchos casos, observamos carrocerías deterioradas, con golpes o arañazos evidentes a simple vista o después de una inspección profunda. Para mantener el valor de un vehículo, debe evitarse que la corrosión se instale en el metal. Una vez sucedido esto, revertir los efectos negativos requiere de gastos cuantiosos.
Los conductores imprudentes y poco cuidadosos desgastan su vehículo en exceso, y ello puede observarse facilmente en el estado de los vehículos.
Además de los riesgos de verse implicados en choques y accidentes, los coches suelen dejar rápidamente en evidencia este tipo de conductas. Ruidos en la transmisión o en los rodamientos, vibraciones a cierta velocidad o al girar, son algunas de las señales.
Otros detalles que restan
El kilometraje alcanzado es quizá, después de años de vida, el factor que más incide en la depreciación de un vehículo. Aunque estas máquinas están desarrolladas para rodar perfectamente, al menos 100 000 kilómetros en cinco años, esta es una cifra que puede resultar importante a efectos de la proliferación de fallos mecánicos.
El número de propietarios dentro del historial del vehículo es otro factor a considerar para su tasación. Cuanto mayor sea el número de ‘manos’ por las que el vehículo ha pasado, menor será su valor.
También cuenta un detalle que puede ser desestimado por algunas personas: si el coche duerme a buen resguardo en un garaje o lo hace en la calle.
Cuando el color importa
Puede parecer difícil de comprender. Sin embargo, es un hecho perfectamente medible que, cuando se trata de la carrocería de un automóvil, hay tonalidades que devalúan más y a mayor velocidad que otras.
El color que resiste mejor la temible depreciación de un vehículo a lo largo de los años es el amarillo; paradójicamente, no es precisamente el más popular entre los gustos del público. A los que peor les va son al beige, morado y dorado.
Fumador o no fumador
La adicción al tabaco, además de ser nociva para la salud, también es un factor que acelera la pérdida de puntos de un coche dentro del mercado de segunda mano.
Solo el hedor que queda impregnado en un habitáculo de un fumador, es un detalle ampliamente rechazado. Y eliminar este rastro es muchas veces una misión imposible.