BMW M3 E30: un antes y un después para el motor
Si hay un coche capaz de acercar posturas entre los amantes del mundo del motor, ese es el BMW M3 E30, un modelo que desde su salida, allá por el año 1986, ha sido el deseo de todo coleccionista.
Los motivos que le han llevado a tal éxito a este clásico fueron tan ‘sencillos’ como una estética impactante, una dinámica de conducción propia de un deportivo, una fiabilidad a prueba de bombas y una economía de uso sorprendente para un coche con tales características.
Hoy día también hay muchos coches con esas cualidades en el mercado, pero el BMW M3 E30 tiene algo que los coches nuevos nunca podrán ofrecer, algo que los que disfrutamos al volante añoramos más que la comida de nuestra madre: una conducción sin aparatos electrónicos de por medio.
Diseño del BMW M3 E30
Las mayores modificaciones se llevaron a cabo cuando se introdujo al BMW E30 en el túnel de viento. Para mejorar su aerodinámica y el agarre en curvas rápidas se equipó al modelo con una serie de faldones y taloneras que acabarían siendo la seña de identidad del BMW M3 E30, junto a un alerón trasero bastante discreto pero funcional.
Todas esas modificaciones aerodinámicas le daban al coche un coeficiente aerodinámico de 0,33 Cx. Un dato discreto, pero que mejoraba el dato del modelo estándar.
Seguía manteniendo gran parte de la estética del E30 original, pero con un aspecto mucho más agresivo y potente. Pronto aparecieron numerosos compradores y la marca no tardó en sacar versiones especiales del modelo; todas mantenían los desafiantes bifaros tan característicos del modelo.
En sus 4,34 metros de longitud, BMW había conseguido un coche que pasaría a la historia del automóvil por sus cualidades deportivas, pero también por ofrecer las ventajas de un cupé con cuatro plazas utilizables y un espacio que le hacían versátil en el día a día.
Interior
El interior es mucho más recatado que el exterior; lo más llamativo son unos asientos ergonómicos de marcadas formas que sujetaban a los ocupantes delanteros a las mil maravillas. De corte deportivo, no desentonaban con el interior sobrio del coche y su efectividad se acercaba en cierto modo a la de unos buenos semibaquets.
Por lo demás, unas cuantas ’emes’ con las bandas tricolor te recordaban que estabas ante todo un pez gordo, capaz de hacer disfrutar al piloto más exigente.
Las plazas traseras eran las mismas que las del E30 original de dos puertas, aptas para albergar a cuatro personas con cierta comodidad. El maletero, con 420 litros de capacidad, acomodaba cuatro maletas sin problemas. Seguía siendo igual de práctico que el normal, pero con un lobo bajo el capó.
Dinámica y motores
Fueron muchas las versiones especiales que BMW sacó al mercado, muchas de ellas necesarias para cumplir con normativas de diferentes competiciones que exigían un número de ventas del modelo de calle con especificaciones concretas. Entre ellas tenemos el Evo1, Evo2, Cecotto, Cabrio, EuropaMeister, Sport-Evolution o el Tour de Course.
El primer modelo contaba con un bloque de 2,3 litros que rendía 195 CV de potencia, una cifra considerable para un coche de solo 1 200 kilogramos y que salió al mercado en los años 80.
A través de una caja manual de cinco relaciones, transmitía toda la fuerza a un eje trasero tan eficaz como divertido. Era tan sencillo hacer patinar el culo del vehículo como controlar el ángulo de derrapada, una delicia para los sentidos.
Poseía suspensiones con resorte helicoidal en ambos ejes y un grado de firmeza elevado, pero sin llegar a ser incómodo. Con una batalla de 2,56 metros, el BMW M3 E30 devoraba las curvas con una precisión milimétrica, y el conductor podía sentir cada reacción del coche gracias a una dirección de tipo cremallera extremadamente informativa.
Las versiones especiales recibieron modificaciones tanto en la aerodinámica como en la puesta a punto del chasis y el motor. Las potencias de todos ellos oscilaban entre los 195 y los 238 CV.
Precio en el mercado de ocasión
No es difícil encontrar un BMW M3 E30 de segunda mano, lo que es complicado es conseguir uno en buenas condiciones a buen precio. El coste de un buen ejemplar de versiones especiales ronda los 50 000 €.
Por un BMW M3 E30 Sport Evolution se han llegado a pagar 134 000 € en una subasta. Las ediciones limitadas de estos vehículos hacen que su precio crezca como la espuma, y convierte a este cupé alemán en una joya automovilística solo alcanzable de unos pocos afortunados.