¿Llevar al coche al servicio técnico de la marca o a otro taller?
Hay muchos mitos alrededor sobre la conveniencia de llevar los vehículos nuevos o de segunda mano al servicio técnico de la marca o a otro taller. Al día de hoy, hay algunas variables a tomar en cuenta al momento de decidirse.
Al acudir a un taller en la actualidad, ya no hay impedimento legal para que un propietario apueste por un centro independiente antes que por uno oficial.
¿Servicio técnico de la maraca o a otro taller? El propietario decide
Hasta 2010, concesionarios y compañías de seguros obligaban a sus clientes a acudir solo a talleres consensuados o de marca. Si un propietario se arriesgaba a llevar el vehículo a un establecimiento “por la libre”, corría el riesgo de perder la garantía.
Este escenario permitía la configuración de un mercado poco competitivo y muy desequilibrado. Los talleres oficiales no tenían que competir para hacerse de una cartera de clientes.
El simple hecho de estar respaldado por una marca o tener un convenio con una compañía de seguros, les aseguraba un flujo de trabajo constante. Como resultado, los precios por los servicios prestados eran sumamente altos.
Pero después de la promulgación del Reglamento 461/2010, esta situación cambió. Ni vendedores, ni aseguradoras de coches, ya sean nuevos o de segunda mano, pueden imponer un taller mecánico. A partir de entonces, llevar al coche al servicio técnico de la marca o a otro taller, pasó a formar parte de libre elección.
Condición para los independientes
El reglamento que permite a los propietarios de vehículos acudir a cualquier establecimiento mecánico, solo impone una condición. Los talleres independientes –al igual que los de marca– deben seguir, sin excepciones, lo indicado por el fabricante dentro del manual de mantenimiento del coche.
Un mercado con muchas oportunidades
Por ley, los autos nuevos cuentan con una garantía mínima de dos años. Esto representa un mercado bastante atractivo para cualquier centro de servicio de vehículos; bien sea oficial o independiente.
Los intereses que hacen vida dentro de este sector son varios. Por una parte, las marcas automotoras buscan fidelizar clientes. El fin último de las compañías aseguradoras es ahorrar la mayor cantidad de dinero en cada reparación.
En este escenario, aparecen los talleres independientes. Centros que buscan ofrecer un servicio personalizado, manteniendo o mejorando los estándares de calidad de los talleres de marca y ello además de mantener la celeridad que buscan garantizar las compañías de seguro. Todo a menor coste para los propietarios.
Consideraciones para llevar al coche al servicio técnico de la marca o a otro taller
Con tanta competencia, cada empresa apela a lo que más tiene en la búsqueda de quedarse con un pedazo grande del mercado. Desde campañas de publicidad agresivas, ampliación de las coberturas o compensaciones adicionales.
Muchos talleres de marca ofrecen garantías más allá del límite mínimo fijado en la legislación. Pero para que el cliente pueda gozar de ese beneficio, el vehículo debe ‘serle fiel’ al emblema que le identifica y no visitar un mecánico independiente.
Por otra parte, las aseguradoras persuaden a los dueños de las pólizas a que acudan solo a talleres consensuados. Para ello, se valen de algunas prácticas como ofrecer un vehículo sustituto mientras dure la reparación.
Otras ofertas pueden incluir la entrega del coche reparado directo en el domicilio, sin que el propietario deba movilizarse a buscarlo; todo ello buscando la comodidad del usuario.
Pero algunas de las medidas, con las cuales estas compañías buscan dirigir el tráfico de clientes hacia los talleres con los cuales tienen convenios, rayan al límite de la legalidad. La más conocida es el retraso que aplican a todos los procesos de pago y compensación.
Servicios garantizados
Todos los talleres mecánicos deben responder a sus clientes por los servicios prestados. Esto incluye una garantía de tres meses o 2 000 km (lo que ocurra primero), por cada reparación. Si se contempla la instalación de una pieza nueva, el plazo de protección del dispositivo es de dos años.
En algunas situaciones, se puede dar el caso que un mecánico –siempre previa autorización del propietario- instale un repuesto de segunda mano. También que proceda a reparar una pieza ya instalada en el propio vehículo.
En todos estos casos, se aplican las mismas garantías. Recordando siempre que no están permitidas estas prácticas, por medidas de seguridad, en componentes de los sistemas de frenos, dirección o suspensión.