¿Cómo elegir un anticongelante?
El sistema de refrigeración es uno de los componentes más importantes de un coche, y de él depende en altísima medida el correcto funcionamiento del motor. Cómo elegir un anticongelante adecuado para cada vehículo es una de las dudas más frecuentes de propietarios y conductores.
El indicado, según marca y modelo
Para elegir un anticongelante correctamente, lo primero que debe consultarse es el propio manual del vehículo. Allí el fabricante apunta las características específicas con las que debe contar el producto y recomienda cuál es el ideal.
Si todavía existiesen dudas, es preferible acudir a un especialista antes de comprar cualquiera al azar. Es importante tener en cuenta que hay factores que no deberían pasarse por alto; uno de ellos y de los más importantes es el clima.
El líquido refrigerante recomendado no solo debe mantener el motor a una temperatura “fresca”, lejos de los tan temidos recalentamientos, también debe “velar” por mantener los mismos parámetros durante los inviernos más crudos. Y todo esto sin que se congele durante las noches o en medio de una gran nevada.
Por qué elegir un anticongelante en lugar de agua
Esta es otra duda muy frecuente. Hay quienes señalan que tiempo atrás, antes que la industria química desarrollase estos útiles líquidos, los automóviles llevaban agua dentro de sus sistemas de refrigeración sin mayores inconvenientes.
En esencia, el agua cumple la misma función que cualquier refrigerante. Sin embargo, debe tomarse en cuenta que al elegir un anticongelante el vehículo está más protegido. Esto se debe a que:
- El punto de congelación del agua se ubica justo en los 0°C, mientras que el de ebullición está a 100°C. Los anticongelantes tienen, en líneas generales, un rango que oscila entre los -20°C y los 140°C.
- Si se opta por usar agua, es importante no emplear la que se extrae del grifo para llevar en el maletero. Esta tiene altos grados de calcio y otros minerales, que en exceso pueden resultar nocivos para el motor.
- La mayoría de los anticongelantes se valen de colorantes que son muy útiles para advertir fugas dentro del sistema de refrigeración. También facilita la revisión de los niveles del líquido.
Componentes básicos de los anticongelantes
Agua desmineralizada: los minerales que vienen incluidos en el agua en su estado natural, resultan altamente corrosivos tanto para el motor, como para todo el sistema de tuberías.
Etilenglicol: este es un componente químico con altas propiedades anticongelantes. Es de uso común, no solo dentro de los sistemas de refrigeración en la industria automotriz moderna, también como difusor de calor y para evitar la formación de hielo en las turbinas y fuselaje de los aviones comerciales.
Anticorrosivos: la gran mayoría de los anticongelantes disponibles en el mercado cuentan con compuestos desarrollados para cuidar la vida de los materiales, como aluminio o plásticos.
¿Por qué los hay colorantes en la mayoría de los anticongelantes?
Para mantener el motor a 90°C –la temperatura ideal para el buen funcionamiento de un coche– los anticongelantes no necesitan de ningún tipo de colorantes. Sin embargo, aunque algunas marcas los emplean como parte de sus estrategias de marketing y para diferenciarse de sus competidores, lo cierto es que estos compuestos cumplen otra función de vital importancia.
El etilenglicol –elemento primordial de estos productos– es un líquido incoloro y transparente, de consistencia apenas más espesa que el agua; es también altamente tóxico. En dosis bajas puede provocar náuseas, dificultades en el habla y hasta convulsiones. Si la ingesta es elevada, puede llegar a ser fatal.
Para evitar intoxicaciones accidentales, a la mayoría de las fórmulas que incluyen este compuesto se les empezó a añadir colorantes que, además, resultan poco “apetitosos” de ser ingeridos.
Recomendaciones finales
- En el mercado hay disponibles refrigerantes de origen orgánico e inorgánicos.
- A la hora de elegir un anticongelante, debemos evitar mezclar estos dos tipos de productos. Combinados generan alta cantidad de espuma y burbujas, que a la larga pueden resultar fatales tanto para el sistema de refrigeración como para el motor.
- Durante el invierno deben elegirse productos que ofrezcan un punto de congelación por encima del estándar. Principalmente si se trata de coches que no disponen de garaje cerrado o “duermen” en la calle.
- El anticongelante debe cambiarse completamente cada dos años. Para ello no solo debemos sustituir el líquido, sino que ha de purgarse todo el sistema, con el fin de evitar la formación de bolsas de aire.