Prueba Seat León FR 1.5 EcoTSI 150 CV DSG
Hoy tenemos en nuestras manos uno de los compactos más equilibrados y divertidos de conducir del momento: el Seat León FR, un modelo muy polivalente al que cuesta mucho sacarle defectos.
Con este acabado, el más deportivo de la gama, el Seat León FR es el rival directo de los compactos más dinámicos del segmento, entre los que se encuentran el Mazda 3, el Peugeot 308 o el Alfa Romeo Giulietta, todos con el permiso, eso sí, del nuevo Ford Focus.
Diseño exterior del Seat León FR
La primera impresión que deja el León con este acabado es el de un coche de carácter muy deportivo. Y eso que no cuenta con formas extravagantes ni demasiado exageradas, pero el conjunto luce muy compacto y parece más ancho de lo que es en realidad.
El frontal es la parte que menos cambia con respecto a un León ‘normal‘, pero el logotipo FR no deja lugar a dudas de que estamos frente a un modelo relativamente potente. La parte baja del paragolpes es la pieza que más se diferencia, con un aspecto más deportivo.
La parte trasera es la más bonita, bajo nuestra humilde opinión, en parte por la enorme pieza de plástico negro que envuelve la matrícula que queda de maravilla porque simula ser un difusor trasero. Y para rematar una zaga realmente atractiva, tiene una doble salida de escape en el lado izquierdo con acabado cromado.
Diseño interior
Toda la sobriedad del Grupo Volkswagen entra de lleno en el interior del modelo español. El salpicadero es muy sencillo: no llega al estilo soso de un Skoda Octavia, pero sí es poco arriesgado para ser un compacto de estas características, y más si lo comparas con un 308 o un Mazda 3.
Aun así, el interior es muy agradable a la vista y todo está donde crees que debe estar. Además, la posición de conducción me parece totalmente perfecta, deportiva pero muy confortable.
El volante, achatado en la parte baja y con las letras FR, es muy ergonómico y tiene el tamaño justo, aunque siempre creemos que un volante redondo es mucho más práctico para el día a día.
El cuadro de instrumentos es el tradicional, analógico con una pequeña pantalla central que nos da la información del vehículo, aunque opcionalmente se puede elegir con el cockpit de 12,3 pulgadas que no lleva nuestra unidad. Adicionalmente, en el centro del salpicadero está la pantalla principal táctil de 8 pulgadas, muy rápida e intuitiva que, por supuesto, es compatible con Apple CarPlay y Android Auto.
Detrás, el espacio es bueno para dos adultos de talla alta, ya que hay un buen espacio para las rodillas y la cabeza, aunque la anchura no da para que tres personas viajen holgadas.
El maletero, por su parte, tiene una capacidad media dentro del segmento, con 380 litros muy bien aprovechados y con una calidad de acabado muy buena, donde no faltan ganchos para colocar las bolsas.
Motor y dinámica del Seat León FR
Lo mejor de esta unidad que pudimos probar es la buena sintonía que tiene su cambio DSG de doble embrague y 7 velocidades con el refinado motor 1.5 EcoTSI de 150 CV, una combinación perfecta para casi todo tipo de situaciones.
Sí, digo casi porque solo he sacado una pega a este cambio. Y es que a la hora de maniobrar para aparcar en lugares con poco espacio es complicado controlar la fuerza del acelerador para que se mueva muy lentamente, una pequeña pega que no enturbia una magnífica experiencia de conducción en todo tipo de vías.
Por su parte, el motor está muy lleno en todo el rango de revoluciones, o por lo menos eso nos hace sentir la buena gestión del cambio DSG, ya que acelera con fuerza y tiene una salida brillante desde parado. En capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos y alcanza los 213 km/h, unas cifras muy buenas que nos han permitido pasar una divertida jornada con él.
En carreteras de montaña es donde un fanático de los cambios manuales como yo ha echado de menos un poco más de inmediatez a la hora de salir de las curvas. Esa reducción de marcha en el final de la curva, cuando le exiges aceleración, hace que pierdas un poco la efectividad que sí consigues con un cambio manual, aunque lo recupera en todas las demás circunstancias.
En cuanto a las capacidades dinámicas, el Seat León FR no defrauda, y se nota ligero en toda situación. La firme suspensión también ayuda a sentir cada apoyo del vehículo, aunque la dirección no transmite el feedback con las ruedas tanto como la anterior generación y se nota un poco más asistida de lo que me gustaría.
En definitiva, conducir a un ritmo alto este León es muy sencillo y divertido, y la progresividad del motor hace que no seas muy consciente de la velocidad a la que circulas. Este FR con el cambio DSG trabaja mucho más por ti de lo que a un fanático de la conducción le gustaría, pero lo hace tan bien que no se convierte en un inconveniente.