McLaren MP4-12C / 650S, el germen de la nueva McLaren
En el año 2010 se produjo el lanzamiento de una nueva marca dedicada a la producción de deportivos de alto rendimiento, también conocidos como superdeportivos. Se presentaba con el nombre de McLaren Automotive, la histórica firma que triunfaba en la Fórmula 1, y lo hacía con el McLaren MP4-12C, su primer producto.
El nacimiento del McLaren MP4-12C se venía gestando desde años atrás en el centro tecnológico que tiene la marca en Woking. A diferencia de sus rivales como Ferrari, los británicos se encargarían del total desarrollo del coche, desde el diseño hasta el tornillo más pequeño del grupo motor.
La principal característica de la que hacía gala del nuevo bólido de McLaren era su gran precisión. Tanto una calidad de construcción a la par de fabricantes asentados y una dinámica de conducción sin igual, le abrieron las puertas del Olimpo nada más llegar al mercado.
Esta cualidad supuso un duro revés en la popularidad del McLaren MP4-12C, y es que tanta precisión provocó que perdiera parte de ese toque dinámico natural del que sí gozan modelos de otras marcas. Muchos dicen que por este motivo un McLaren nunca estará a la altura de los italianos.
El McLaren MP4-12C al detalle
El McLaren MP4-12C se caracterizaba por su diseño en cuña de líneas suaves y sin estridencias. Todo este conjunto cambiaba radicalmente en la vista lateral, donde gobernaban dos enormes branquias al más puro estilo Lamborguini con las que se conseguía la correcta refrigeración del motor.
La zaga destacaba por los escapes centrales situados muy altos para no interferir en el diseño de un gran difusor. Contaba incluso con un alerón retráctil con función de aerofreno, solución que ya utilizó anteriormente el Mercedes SLR McLaren.
El monocasco era de fibra de carbono, conocido como ‘Monocage I’.
Su diseño se decía que era una reinterpretación moderna del mítico McLaren F1, pero lo cierto es que el nuevo coche de McLaren Automotive gozaba de su propio estilo. No lo tendría fácil, y es que coincidió con uno de los mejores Ferrari jamás fabricados, el 458 Italia.
Para batir a este y al ya veterano por entonces Lamborguini Gallardo, el británico hacía uso del propulsor M83T. Se trataba de un motor de fabricación propia, un V8 biturbo de 3,8 litros que entregaba 616 CV de potencia y 600 Nm de par a las ruedas traseras.
McLaren 650S, la segunda juventud
A los pocos años de su entrada en producción, McLaren decidió que era momento de renovar a su modelo más vendido para mantenerlo al día frente a los rivales, con un nuevo diseño y más tecnología. Para ello, se tomó como inspiración el que era el nuevo buque insignia de la firma, el McLaren P1 híbrido.
De él tomaron prestado el diseño, especialmente el frontal, mientras que la zaga apenas recibía cambios notables. Este lavado de cara también serviría de antesala al McLaren 570S, el pequeño de la familia que llegaría apenas un año más tarde. También se ofrecería en versión Spider.
Con este rediseño también se ganaron el beneplácito de ciertas personas, y es que muchos tildaron de soso al diseño original del McLaren MP4-12C.
Mecánicamente también recibió cambios sustanciales. Se mantenía el propulsor M83T, un V8 de 3,8 litros turboalimentado por dos turbocompresores gemelos, pero su potencia se veía incrementada hasta los 650 CV y 678 Nm de par máximo.
Otras versiones
Al igual que sucede en el caso del McLaren 540C, el Super Series de McLaren recibiría una versión descafeinada con el fin de obtener ventajas fiscales en países como China. Se presentaba como McLaren 625C y, como su nombre indica, la potencia se redujo en 25 CV con respecto al modelo convencional.
No hay que olvidar la presencia en competición de este vehículo. En un primer momento en formato MP4-12C, y posteriormente como 650S, ambos gozaron de la preparación GT3 para campeonatos que admitieran este reglamento.
Su paso por los circuitos ha sido más notable en campeonatos como las Blancpain, pero también ha sido utilizado en carreras de resistencia. Llegó a ganar las 12 Horas de Bathurst de 2016.