Saluda al nuevo Audi Q8, el SUV coupé de Ingolstadt
El Audi Q8 se hace realidad una década después de que comenzasen a proliferar los SUV con carrocerías de corte deportivo. Esta tendencia la introdujo Ssangyong con el Actyon en 2006, pero la fama se la llevaría BMW con el lanzamiento del X6 en 2008. Desde entonces van dos generaciones de este, y otro par del X4, su hermano pequeño.
A los bávaros se les unieron hace años los chicos de Mercedes con las variantes cupés de los GLE y GLC, por lo que destacaba la ausencia de Audi, hasta ahora. El nuevo Q8 llega con un diseño rompedor y una carga tecnológica tremenda, necesaria si quiere posicionarse como el buque insignia de la firma de los cuatro aros.
Un vistazo al diseño del Audi Q8
Estéticamente, el nuevo SUV de Audi bebe directamente del diseño ya visto en el prototipo de hace un año, y evoluciona el concepto estrenado por el Audi Q7 en 2015. Evoluciona hasta tal punto que estamos ante el producto más rompedor de la marca en años.
El imponente frontal muestra cómo será el estilo que seguirán los próximos todocaminos de la casa, con una parrilla más grande y dinámica, así como entradas de aire más grandes y agresivas. Por su parte, los grupos ópticos cuentan de serie con tecnología LED, relegando los HD Matrix LED al equipamiento opcional.
El tamaño del coche es tal que las llantas de hasta 22 pulgadas parecen hasta pequeñas.
Para lograr un conjunto en general más agresivo y contundente, se han añadido numerosas superficies en color contraste a lo largo de toda la carrocería, como el spoiler, el contorno de la parrilla y la parte posterior del portón.
La vista lateral destaca por la caída del techo que dota al Q8 de este aspecto de cupé. Con el fin de enfatizar la fuerza de la tracción total, los pasos de ruedas son voluminosos y esculpidos. Por último, la firma lumínica trasera sigue la última tendencia de comunicar ambos pilotos a través de todo el portón.
Espacio para toda la famila
Aunque el Audi Q8 se presente con credenciales de deportivo, no cabe duda de que quien lo compre contará con una familia a la que llevar, lo que requiere un espacio mínimo para viajar con comodidad. El espacio en las plazas delanteras es similar al del Audi Q7, sin pegas en este aspecto.
La banqueta trasera puede encargarse con tres plazas individuales completamente regulables.
La cosa cambia si avanzamos a las plazas traseras. La caída del techo resta unos centímetros esenciales para la cabeza, pero, a diferencia de sus rivales directos, la caída no es abrupta, por lo que es mejor que todos los demás. Lo mismo ocurre con el espacio de carga, con 605 litros ampliables a 1 755 con la banqueta plegada.
Tecnología por doquier
Parte de la carga tecnológica del nuevo Audi se puede percibir desde el propio habitáculo tal y como ocurre con los últimos lanzamientos de la marca. Destaca la ausencia de botones físicos, y es que todo pasa a ser controlado desde pantallas táctiles.
Hay un total de tres pantallas: el Virtual Cockpit del cuadro de mandos con pantalla de 12,3 pulgadas, una pantalla central superior de 10,1 pulgadas que recoge todo el sistema de navegación y conectividad, y una inferior de 8,6 pulgadas desde la que se controla la climatización.
Con la ausencia de botones, la proliferación de pantallas y la gran cantidad de superficies en negro piano, el habitáculo se ve muy limpio y ordenado, así como futurista.
Quizás la tecnología más innovadora sea el Remote Grage Pilot , disponible a partir de 2019. Con este sistema de aparcamiento automático, el conductor puede permitir al coche entrar y salir de una plaza de garaje de forma autónoma, todo desde una aplicación de teléfono.
Todos los sistemas de control autónomos del coche basan su funcionamiento en el zFAS, encargado de monitorizar el ambiente exterior del coche.
Gracias a este sistema, el Q8 puede gozar de conducción semi-autónoma en carretera; se guía a través de cinco radares sensoriales, seis cámaras, doce sensores ultrasónicos y un escáner láser. También parte de este sistema el control de crucero adaptativo, capaz de mantener el coche dentro del carril, mantener la velocidad del coche precedente, etc.
Los motores del Audi Q8
Parece que el ‘Dieselgate‘ no ha afectado lo más mínimo a las marcas del grupo VAG, y es que con el nuevo Audi Q8 se confirma la confianza que tienen en los motores diésel, con dos motores de este tipo por uno de gasolina. En un primer momento esto será así, pero se espera la llegada de motorizaciones con incluso 600 CV.
Hasta la llegada de versiones de gasolina más modestas, los diésel serán los menos potentes de la gama. Los Q8 45 TDI y 50 TDI parten de un mismo bloque V6 de 3,0 litros, el cual entrega 241 y 286 CV respectivamente. Las diferencias entre ambos se reducen a la electrónica.
Situado como tope de gama temporal se encuentra el Q8 55 TFSI. Este gasolina repite con un bloque V6 de tres litros que, gracias al uso de dos turbocompresores, eleva la potencia de salida a unos más que respetables 340 CV.
En cualquier caso, todas las motorizaciones se combinan con una caja de cambios automática por convertidor de par y ocho velocidades, la cual va asociada a la tracción total Quattro. Cabe destacar la posibilidad de variar la altura del vehículo hasta en nueve centímetros gracias a la suspensión neumática.
Se espera la llegada de una variante híbrida enchufable, pero no hay fecha prevista.
Toda la gama mecánica destaca por su eficiencia, ya que cuenta con tecnología microhíbrida. Este sistema, ya visto en otros como el Audi A6, cuenta con un sistema eléctrico principal de 48 voltios que almacena la energía de las frenadas en una batería y puede mantener la marcha del vehículo en autopista con el motor desactivado.