Fraudes a las compañías de seguros por accidentes
En España, con la crisis económica se han ido sucediendo múltiples reclamaciones fraudulentas a las aseguradoras. Algunos de los fraudes más frecuentes en este país son: simular robo en casas, ocultar causas del accidente por negligencia del asegurado o causar intencionalmente un accidente.
En la actualidad, 6 de cada 10 falsos siniestros se producen en la rama de automóviles. El más común es el de asegurados con pólizas de daños a terceros; es aquí donde los asegurados aprovechan para incorporar daños que ya existían, con anterioridad al accidente.
Los fraudes a las compañías de seguros, ¿son delitos?
Los fraudes a las compañías de seguros son considerados delitos de estafa; están enmarcados en el artículo 248 del Código Penal. Cuando el cliente engaña con ánimo de lucro, se establecen penas de prisión que van de los seis meses a los tres años. El tiempo se determinará según el importe defraudado y el perjuicio económico causado.
La ley no contempla la cárcel en fraudes menores a los 400 euros. Sin embargo, esto no exime al asegurado de hacerse cargo de las consecuencias económicas y de reputación que el fraude haya causado.
Cuando se producen ‘grandes estafas’, que superan los 50 000 euros, se aplica el artículo 250 para determinar la pena. Si la estafa es efectiva, el asegurado podrá pagar con una pena de entre uno y seis años de cárcel.
En cualquiera de los casos, y de resultar probado el fraude, el asegurado deberá pagar multas y cumplir con el castigo asignado; además, se le inscribe en la base de datos como infractor, que comparten las aseguradoras. En el futuro le será difícil suscribirse a una nueva póliza de seguro.
Identificación de fraudes por las aseguradoras
Ante la multitud de fraudes a las compañías de seguros por accidentes, las empresas comenzaron a prestar más atención para evitar estas situaciones. Muestra de ello es que la Investigación Cooperativa de Entidades Aseguradoras premia a las aseguradoras por su labor en la detección de fraudes.
En España hay muchos casos de fraudes a compañías de seguro que se han hecho populares. Algunos por ser de mucha entidad, otros por su reiteración en el tiempo o por la cantidad de culpables que fueron sentenciados.
Los casos de fraudes a aseguradoras más famosos
Falsos atropellos
En Sevilla se destapó una red de delincuentes que se especializaba en simular atropellos. La investigación comenzó cuando la compañía descubrió que los asegurados habían facilitado el mismo número de contacto.
Durante algún tiempo, los asegurados habían estado involucrados en 30 accidentes de tráfico. Incluso alguno de los miembros había estado implicado en 19 siniestros, tanto de parte del conductor como del atropellado. Realmente, un caso insólito.
Compra de coche siniestrado y simulación de accidente
Este es uno de los casos más extraños que se descubrió por parte de la compañía Pelayo. Un hombre compró un coche que había sido declarado como siniestro total; pagó 2 400 euros y falsificó la factura; alegaba que había pagado un monto mayor, de 21 000 euros.
El asegurado fingió un accidente y los peritos se dieron cuenta que muchas cosas no encajaban. La zona donde quedó el coche, y el hecho de que el conductor saliera ileso, era altamente sospechoso.
Cuando todo se investigó, quedó comprobado que el conductor llevó el coche a una ruta secundaria y empujó el automóvil. De esa forma, fingió un accidente por el cual pretendía cobrar una indemnización.
Contrato de muchas pólizas
Este fraude se hizo bastante conocido. Un hombre contrató ocho pólizas de seguro de distintas compañías y simuló un accidente para poder cobrar las indemnizaciones de cada una.
La peor parte de la historia es que el asegurado se cortó la mano derecha para cometer el delito. Finalmente, tres de las compañías respondieron por el seguro y le ingresaron en total unos 335 000 euros, un dinero que después de la investigación tuvo que devolver.
El fraude de la rotonda
Otra estafa muy popular en España es del timo de la rotonda. La estafa consistía en provocar accidentes de circulación en una rotonda.
Los defraudadores circulaban por el carril interior de la rotonda. Esperaban que un conductor circulara sobre el carril exterior y ponían el indicador para salir; aceleraban provocando un accidente con el otro conductor. Al final, el responsable resultaba ser la víctima.