Cuidados para el radiador del coche
El radiador del coche es el elemento encargado de realizar el intercambio de energía en forma de calor con el aire exterior. De esta forma puede regularse la tempertura del habitáculo según los deseos del usuario. Además, permite evitar los sobrecalentamientos en el motor, lo que optimiza el rendimiento del mismo.
Por todo esto, es una pieza de gran importancia dentro del vehículo, y será importante cuidarlo adecuadamente para evitar costosas averías. Este es uno de los sencillos cuidados que podremos hacer a nuestro vehículo sin necesidad de recurrir a un taller mecánico.
Alimentación y funcionamiento del radiador
El primer paso para un correcto mantenimiento del radiador del coche es alimentarlo adecuadamente y conocer su funcionamiento. El líquido refrigerante introducido en el radiador circula por las serpentinas, enfriándose al disminuir su presión tras pasar por las válvulas de expansión.
A continuación, este líquido es conducido hasta el motor, lo que permite enfriarlo después de la combustión. Esto evita sobrecalentamientos y optimiza el rendimiento térmico del motor. Es importante controlar los niveles de líquido refrigerante para que el circuito del radiador funcione correctamente. Es importante cambiar el líquido refrigerante al menos cada tres años.
La importancia de limpiar el radiador
Un exceso de suciedad en el radiador del vehículo puede provocar aumentos excesivos de temperatura. Esta suciedad romperá el correcto aislamiento con el que el radiador se ha diseñado. Según esto, la suciedad puede actuar como un puente térmico que disminuya el efecto aislante, o bien como un bloqueo al correcto intercambio de termperaturas.
Para mantener limpio el radiador del coche no es imprescindible contar con herramientas especiales. Basta con tener a mano un juego de llaves de vaso y unos buenos alicates. Además, antes de comenzar con la limpieza del radiador, es importante asegurarse de que está frío, ya que las altas temperaturas del metal pueden producir quemaduras.
Elementos necesarios para el mantenimiento
Entre los elementos y herramientas que harán falta para realizar el mantenimiento del radiador están:
- Entre cuatro y ocho litros de líquido refrigerante nuevo.
- Un cubo para depositar con seguridad el refrigerante extraído del vehículo.
- Una manguera con boquilla, como las que pueden encontrarse en cualquier jardín.
- Guantes impermeables al agua.
- Un cubo lleno con agua y jabón.
- Un cepillo suave de nylon.
- Gafas protectoras.
- Un juego de llaves y desarmadores.
Pasos a seguir para el mantenimiento
- En primer lugar y como ya hemos comentado, es importante asegurarse de que el radiador está frío y el motor del coche apagado. Usar agua fría con un motor caliente puede provocar daños. Además, el refrigerante que circula por los conductos está a elevadas presiones, y una fuga puede provocar un desastre.
- En segundo lugar, con el cepillo de nylon podremos limpiar la parte visible del radiador. Así podrán eliminarse restos de barro o insectos muertos. Es importante pasar el cepillo en la dirección de las rejillas, ya que son elementos bastante frágiles.
- A continuación se retirará el líquido refrigerante. Esta sustancia es altamente tóxica, por lo que es esencial depositarla con cuidado en un cubo. Por ello, debemos colocar el cubo justo debajo de la válvula de drenado, para que el líquido caiga directamente en el interior.
- Después se comprobará el estado de las válvulas. Este es un elemento importante, ya que sella el circuito y permite que en su interior se mantenga la presión correcta.
- Comprobar las abrazaderas será el siguiente paso. Estas deben estar correctamente colocadas y no deben presentar sequedad ni grietas.
- Con la manguera de jardín se procederá a la limpieza interna del circuito. Se debe llenar el radiador de agua y después abrir la válvula para que este líquido salga. Es conveniente repetir este proceso varias veces, para asegurar una buena limpieza interna.
- Finalmente, el circuito debe llenarse de nuevo con el refrigerante nuevo. Una vez hecho esto, cerramos la válvula para evitar que entren agentes oxidantes o corrosivos.
Comprobaciones finales
Una vez que se ha limpiado y rellenado el circuito, será conveniente encender el motor durante unos 15 minutos al ralentí sin colocar la tapa del circuito. Esto permitirá eliminar las bolsas de aire que hayan podido formarse, las cuales afectarán negativamente al funcionamiento del sistema del radiador.
Por último, una rápida inspección visual podrá asegurarnos que no haya fugas o goteras, especialmente cerca de la válvula. Además, es esencial depositar el líquido refrigerante retirado en un centro autorizado de tratamiento de residuos.