Iso Grifo, belleza italiana con fuerza americana
Los años 60 y 70 eran épocas de bonanza para el mundo del automóvil. Obviamente, cuando construyes algo sin complejos, sin limitaciones de consumo ni emisiones, sin tanto patrón a seguir como tenemos en la actualidad, te pueden salir cosas totalmente descabelladas o auténticas joyas, y esta última es el caso del Iso Grifo.
La empresa italiana Iso Rivolta fue fundada en 1953 por Renzo Rivolta en la ciudad de Génova. La marca nunca tuvo el éxito deseado y pasó por el mundo con más pena que gloria, pero eso no impidió que de su fábrica salieran verdaderas obras de arte.
En sus primeros años, la marca centró sus trabajos en mejorar la movilidad en las grandes ciudades, con pequeños triciclos para una o dos personas y motocicletas de poca cilindrada. Una de sus grandes hazañas fue un microcoche construido en los años 50: el Iso Isetta. Un diminuto triciclo con formas resultonas que no dejó indiferente a nadie y que prometía una movilidad para la ciudad nunca vista hasta la fecha, pero sus ventas tampoco destacaron.
Nacimiento del Iso Grifo
En los años 60, la pequeña empresa italiana había conseguido el dinero suficiente para dedicarse a lo que realmente querían fabricar: coches potentes y lujosos.
Cuando te puedes permitir llamar a personajes del mundo del automóvil como Gandino, Bertone o Giugiaro, nada puede salir mal. Juntos crearon varios modelos, pero fue uno el que más llamó la atención del gran público: el Iso Grifo. Producido entre los años 1963 a 1974.
Se trata de un muscle car italiano con una silueta muy americana, se parece bastante al Chevrolet Corvette de la época, pero con detalles estéticos más cuidados y la fiabilidad de la que hacía gala Iso Rivolta.
Con 4,43 metros de pura artesanía, este GT competía directamente con modelos provenientes de marcas como Maserati y Ferrari, vehículos del más exquisito mundo automovilístico, y nuestro protagonista estaba al nivel en cuanto a calidad de fabricación, potencia y estética.
Las líneas del Iso Grifo eran un regalo para la vista, y lo siguen siendo medio siglo después. Con un imponente morro, este italiano mostraba una apariencia desafiante. Contaba con dos focos redondos en cada lado, envueltos en dos grandes entradas de aire y un parachoques cromado en la parte baja. Es un vehículo que, si eres amante del mundo del automóvil como nosotros, no puedes parar de mirar.
Como era típico en los Gran Turismos de la época, el techo caía progresivamente hasta la parte final del coche, con una preciosa curva que englobaba techo, luneta y puerta del maletero.
La zaga no se quedaba atrás, cuenta con una gran luneta curva y una puerta del maletero sobreelevada, todo adornado con exquisitas franjas cromadas. En su día tenía un nivel de elegancia de la que pocos competidores podían hacer gala.
Interior artesanal
Si el exterior te ha dejado con la boca abierta, en el interior está al mismo nivel. La marca italiana puso mucho interés en la fiabilidad de sus componentes y en la calidad de los mismos.
El salpicadero, fabricado en madera, envolvía un total de ocho esferas que nos daban una información muy completa para la época. Todo el interior tenía revestimientos en piel de gran calidad y abundaban las piezas con acabado cromado. Disponía de una palanca de cambio particularmente pequeña, que reforzaba más aún su carácter deportivo.
Corazón del Grifo
Con tanto entusiasmo plasmado en la estética, escatimar con la potencia no era una opción. Los italianos confiaron tal trabajo a General Motors, y usaron un bloque de 5,7 litros, obviamente gasolina, que ya montaba Chevrolet en su Corvette.
Concretamente era un V8 small block 327, asociado a una caja manual de cuatro velocidades, o si lo deseabas, tenías una opción automática con tres relaciones.
Dependiendo de la versión, su potencia oscilaba entre los 300 y los 355 CV, una cifra de infarto para la época.
La obsesión por la fiabilidad por parte de la marca Iso era tal, que los motores importados de Estados Unidos, los cuales ya venían completamente ensamblados de fábrica, los desmontaban en su totalidad para iniciar un minucioso montado en busca de posibles defectos.
Deseo inalcanzable
Actualmente, existen pocas unidades disponibles de este mítico muscle car, y las que hay tienen precios prohibitivos. La exclusividad se paga, y este Iso Grifo es exclusivo desde el día en que nació por su calidad y su contenido número de ventas.
Si eres uno de los propietarios de esta joya, eres un gran afortunado, su diseño nunca pasará de moda y seguirá fascinando a las próximas generaciones. Mientras tanto, algunos nos tendremos que conformar con admirarlo.