Turbo rotonda: qué es y cómo funciona
La primera rotonda construída en España data del año 1976, y fue situada en Mallorca. Desde entonces aún siguen existiendo conductores que no saben tomarlas correctamente.
En muchos casos pueden encontrarse casos de personas que salen de una rotonda desde un carril interior y sin usar los intermitentes. Sin embargo, lo correcto es cambiarse a un carril exterior antes de abandonar la rotonda.
Otro problema que puede encontrarse, aunque en este caso no es sancionable, es circular por el carril exterior de la rotonda y atravesar varias salidas.
En este caso no se están invadiendo otros carriles, pero se dificulta el tráfico de los conductores que deseen salir por aquellas salidas que bloqueamos al circular por el exterior de la glorieta. La Administración ha buscado soluciones ante estas situaciones para reducir la peligrosidad en las vías.
Origen y principios de la turbo rotonda
Para facilitar el tráfico de los vehículos en las rotondas se han comenzado a instaurar las llamadas turbo rotondas. Estas vías modificadas pretenden lograr una mejor gestión del tráfico en estos puntos habitualmente conflictivos.
Son una idea originaria de los Países Bajos, a partir de la necesidad de mejorar el tráfico en las rotondas convencionales, especialmente en las zonas con una densidad de tráfico muy elevada.
Configuración de la turbo rotonda
La turbo rotonda se presenta como una isleta central no circular que va canalizando el tráfico a través de diversas entradas a lo largo de la calzada. Esto pretende indicar correctamente a cada conductor el camino que debe seguir, para evitar así confusiones relacionadas con quién tiene prioridad en cada momento.
Su elemento principal es el carril en forma de espiral para eliminar la posibilidad de que los conductores invadan los carriles que no les corresponden según el destino al que se quieren dirigir.
Mediante el uso de líneas continuas, las turbo rotondas fuerzan a los conductores que circulen por el borde exterior a abandonar la rotonda en la primera salida. Por otro lado, si se desea continuar en la rotonda para tomar otra vía, los conductores deberán entrar a la rotonda por la zona interior de la misma.
En definitiva, los conductores deben elegir el carril por el que circular en función de su destino, y siempre antes de entrar en la rotonda. Por tanto, dentro de la turbo rotonda no hay posibilidad de cambiar el destino decidido.
Esto pretende evitar colisiones laterales por conductores que abandonen las rotondas desde los carriles interiores, con sus consecuentes y costosas reparaciones. Además, logra aumentar la capacidad de tráfico dentro de la rotonda.
Esto se consigue debido a que puede gestionar de manera más eficiente el flujo de vehículos en la intersección y evitar atascos y retrasos en el tráfico.
Los peatones en la turbo rotonda
Cabe destacar que en ningún caso se han diseñado turbo rotondas para peatones. Este nuevo diseño de las glorietas deja a los peatones fuera del anillo, a una distancia segura. Esto pretende facilitar a los conductores su visibilidad y evitar los accidentes por atropellos.
En algunos casos se han encontrado peatones incumpliendo las normas de tráfico al pasar a través de una turbo rotonda. Esto es especialmente peligroso debido a la mayor complejidad que estas rotondas presentan a simple vista, lo que puede producir aún más accidentes.
Tipos de turbo rotondas
Existen turbo rotondas señalizadas y sin señalizar. En el segundo caso se tendrá una rotonda con mayor capacidad de tráfico que una glorieta de un solo carril, lo que mejora el tráfico en la intersección. Sin embargo, nunca se obtendrá tanta capacidad de tráfico como en una turbo rotonda señalizada.
Por otro lado, pueden encontrarse turbo rotondas de dos o tres carriles, habitualmente sin señalizar. En el caso de turbo rotondas de cuatro o seis carriles, siempre irán señalizadas para facilitar su uso. En cualquier caso, las salidas de estas rotondas nunca tienen más de dos carriles.
Ventajas de la turbo rotonda
En lo referente a la seguridad vial, las turbo rotondas han demostrado que se pueden reducir los puntos conflictivos de 16 a 10. Esto se logra al eliminiar la posibilidad de invadir carriles. Además, una vez dentro se facilita la circulación al indicar a cada conductor el camino correcto que seguir.
En cuanto a la capacidad de tráfico, las turbo rotondas pueden acoger un flujo de vehículos entre un 25% y un 35% mayor que las rotondas convencionales de dos carriles. En general, este nuevo diseño de las intersecciones aporta muchos beneficios al tráfico y a la seguridad durante la conducción.