¿Qué son los 'muscle car'?
La denominación ‘muscle car’ es una forma coloquial de llamar a vehículos cupé de tamaño mediano-grande, con un gran motor bajo el capó, tracción trasera y aspecto deportivo y musculoso.
Aunque no esté escrito, un muscle car puro cuenta con un gran V8 atmosférico y un interior sin grandes alardes en diseño y acabado. Más bien son vehículos de construcción barata con un gran motor, necesario si quieres disfrutar de todo un ocho cilindros sin tener que desembolsar grandes cantidades de dinero.
Aunque no sea lo común, también se ha llamado con este nombre a vehículos de cuatro puertas, por compartir el mismo principio de ‘coche barato pero potente’.
Historia del los muscle car
El gran fabricante de este tipo de vehículos ha sido siempre Estados Unidos, más concretamente General Motors, con modelos que han pasado a la historia del automovilismo, como el Dodge Charger, Chevrolet Camaro o Ford Mustang.
Todos ellos, a parte de contar con potentes motores y un aspecto desafiante, cumplían con una premisa imprescindible: un precio bajo. Esto era muy importante, ya que los precursores de este tipo de vehículos fueron los jóvenes de los años 60.
Después del parón que sufrió el mundo del automóvil por la Segunda Guerra Mundial en los años 40, los años 50 resurgieron con fuerza, y fue en los 60 cuando los jóvenes norteamericanos comenzaron a pedir coches diferentes a los que tenían sus padres.
Una de las grandes ventajas de estos modelos, además de su precio, es que ofrecían a los adolescentes la posibilidad de con los que poder competir con sus amigos y sentir esa ansiada de libertad.
El modelo que puso el primer ladrillo en esta tendencia es el Pontiac GTO en el año 1964, un coche de cuatro plazas y dos puertas que cautivó a los más jóvenes por su aspecto, prestaciones y precio. Era perfecto para las carreras entre semáforos pero mantenía cierta sensatez para el uso a diario.
Poco tardaron el resto de marcas en sumarse a esta tendencia, y llegaron al mercado modelos que pasarían a la historia y por los que hoy día se desembolsan grandes cantidades de dinero, como el Ford Mustang, Plymouth Barracuda o Chevrolet Impala.
Hasta el año 1970 todo fue viento en popa en el mundo de los muscle car, el número de ventas no paraba de aumentar y cada vez había más opciones en el mercado. Esto hizo que saliera a la luz la cara oscura de estos coches baratos y potentes: la escasa seguridad.
Los accidentes eran muy numerosos debido a que las suspensiones y los neumáticos no estaban a la altura del potente motor. Eso, unido al alto nivel de contaminación que salía de sus tubos de escape, hizo que el los gobiernos pronto tomaran medidas y limitaran esa potencia incontrolada.
Además, la crisis del petróleo comenzó a tomar protagonismo e impusieron unos altos impuestos a este tipo de vehículos. Las marcas pronto cambiaron su estrategia y pasaron a tener potencias más modestas con consumos comedidos.
Muscle car actuales
Hoy día también podemos disfrutar de este tipo de vehículos, con varios modelos en el mercado la mar de interesantes. El más famoso en Europa es, sin duda, el Ford Mustang.
El Mustang, modelo que entra también dentro de los pony cars, lleva comercializándose desde su nacimiento en el año 1964, con un pequeño parón en 1993 de seis años, pero que le sirvió para volver a la fiesta con más fuerza todavía.
La última versión, llegada en 2015, es el modelo más refinado hasta la fecha, ya que combina mejor que nunca la potencia con el dinamismo. El sistema de suspensiones y controles de tracción están pensados para un público europeo, donde no solo damos valor a la potencia pura en recta, sino que apreciamos un paso por curva más efectivo.
No ha perdido su esencia de cupé de dos puertas, su gran capó, tracción trasera y una mirada desafiante. Además, para expandir sus opciones de venta incorpora un motor sobrealimentado de 2,3 litros como motor de acceso para reducir notablemente el consumo. Pero no te alarmes, también está disponible el magnífico V8.
Siguiéndole muy de cerca está el Chevrolet Camaro, un modelo que ha seguido la estela del Mustang desde 1967 y que ha mantenido su producción hasta la actualidad, con un parón en el año 1993 de nada menos que nueve años.
Como buen muscle car, también disfruta de una carrocería de dos puertas, tracción trasera y una enorme parrilla que te dejará sin aliento.
En 2015, Chevrolet presentó su sexta generación, un vehículo más ligero que su antecesor y que cuenta, al igual que el Mustang, con un motor de menor cilindrada turboalimentado, en este caso de 2,1 litros y 276 CV. Pero, para los más puristas, también ha mantenido un gran V8 de 6,2 litros.
Estos dos modelos se llevan casi todo el protagonismo del mercado europeo de muscle car junto con el Dodge Challenger, que también tiene su público, aunque en menor medida.
En el mercado mundial, sobre todo en el norteamericano, la lista es mucho más numerosa, pero, aunque hayan hecho sus modificaciones para adaptarse al cliente europeo, son coches con un público demasiado reducido. Esperemos que sigan haciendo historia con nuevos modelos; representantes de la potencia americana.