Nissan Skyline, pasado y presente
Hasta la primera década del siglo XXI, la referencia en coches deportivos fue el Nissan Skyline, un coche clásico en toda la extensión del término. En el mercado desde 1955, cambió su denominación a GT-R a partir de 1974. Millones de coches vendidos en todo el mundo y un verdadero orgullo de la ingeniería japonesa.
Un coche familiar
Identificado como Nissan A200GT ó Prince A200GT, las primeras unidades que salieron de los concesionarios eran estrictamente familiares. Berlina de cuatro puestos, gran maletero y con todas las incorporaciones de seguridad de vanguardia para la época.
El Nissan Skyline y su ‘mutación’ a deportivo
Después de 13 años recorriendo calles y autopistas, con la llegada de la tercera generación del Skyline todo cambió. Nissan empezó a mostrar señales de lo que sería el futuro –y la consolidación definitiva- del modelo.
El cambio más importante presente en la edición que se comercializó entre 1968 y 1972, estuvo en el motor. Configurado desde siempre en línea, subió de cuatro a seis cilindros, 2000 cc y potencia de 106 CV.
En 1969 una máquina todavía más potente (bajo la denominación S20) hizo entrada en el mercado. Este modelo ofrecía 160 CV. Durante este mismo periodo aparecieron los primeros coupé de dos puertas y los utilitarios de cinco.
Pero con la puesta en marcha en 1972 de la cuarta generación, el Nissan Skyline saltó definitivamente a las carreras. Los modelos 1600 GT, 1800 GT, 2000 GT-X y 2000 GT-R, implicarían una -nueva- declaración de principios.
El Skyline GT-R empezaría, a mitad de los 70, a cimentar su leyenda. Ya desde esos años haría ‘morder el polvo’ a otros modelos emblemáticos. El Porshe 911, además de sus “coterráneos” el Toyota Supra y el Mazda RX-7, le rendían pleitesía.
Hasta 1981, el modelo no mostró grandes cambios. Incluso, algunos de los que tuvieron lugar hacia finales de la década de 1970 implicaron cierta involución. Aquellos fueron años de crisis en los mercados petroleros. La mayoría de las compañías automotrices optaron por sacrificar potencia o lujos en pos de la economía.
Los 80: de vuelta a la potencia y la velocidad
Superado el trance, llegaría el turno al Skyline R30. Un nuevo motor, el FJ20 equiparía los modelos RS y RS Turbo, con potencias de 145 y 190 CV respectivamente.
Pero la Nippon Sangyo iba a por todas. No pasó mucho tiempo para que una máquina todavía más potente irrumpiera en el firmamento de las carreras: el RB20DET. Este motor, montado sobre el R31 GTS-X, fue el primero de la línea en ofrecer tracción en las cuatro ruedas.
Tiempos de Godzilla
El año 1989 marcaría el estreno del Nissan Skyline R-32, conocido también como BNR32 o Godzilla. Este modelo se vendería en dos presentaciones: coupe 2 puertas y sedán 4 puertas. Marcó el punto de inicio del sistema de inyección electrónica. También de los coches japoneses con transmisión automática de cinco velocidades.
Por otra parte, sería el primer modelo de la compañía en ser ‘capado’. Si bien su potencia original era de 500 caballos de fuerza, debió limitarse a casi la mitad. La legislación nipona había impuesto un férreo control sobre los coches de uso personal. 280 caballos de fuerza era el máximo permitido.
R33: rendimiento óptimo
Entre 1993 y 1998 se comercializó la serie R33 de los Nissan Skyline. Al igual que la versión previa, sus presentaciones eran coupé dos puertas y sedán cuatro puertas.
Pese a los controles, a este coche le sobraba capacidad. Seis cilindros de cuatro válvulas cada uno y sistema turbo para una potencia de hasta 276 caballos de fuerza. Solo 5 segundos le bastaban para pasar de 0 a 100 Km/h.
R34: el fin de una era
En 1998 comenzaría el principio del fin de la era Skyline. Las leyes para controlar la emisión de gases contaminantes fueron en parte responsables del cese de la producción.
Su sucesor, el Nissan GT-R ,ofrece una máquina más amigable con el medio ambiente, mientras el mundo se prepara para la era plena de los autos electrónicos.
Pero antes del cierre definitivo, hubo tiempo para disfrutar de un coche realmente impresionante. Con 280 caballos de fuerza, de 0 a 100 Km/h en menos de 5 segundos y velocidad máxima de 250 Km/h. Y todo ese rendimiento con un motor limitado electrónicamente para cumplir con las leyes.
El R34 fue bautizado como el coche de la generación PlayStation. En el salpicadero incluía una pantalla que brindaba toda la información vital del auto. Además, se hizo protagonista de videojuegos como Gran Turismo y Need for Speed. También de la franquicia cinematográfica Fast and Furious.
Sus competidores perdieron con el Skyline en todo, además de ser un coche mucho más potente, resultaba tres veces más económico.