La diferencia entre los octanajes de la gasolina, ¿cuál le conviene a tu coche?
La mayor parte de los ciudadanos de nuestro país tienen acceso al coche y, como tal, necesita un líquido muy importante para hacerlo funcionar: la gasolina. El acceso a esta tiene lugar mediante las gasolineras o surtidores, en los que las compañías nos ofrecen diferentes precios para cada tipo de combustible, gasolina y diésel.
Si bien nos encontramos con dos tipos de gasóleo, el de uso común –turismos y vehículos medianos– y el de uso profesional (mucho menos refinado), en el caso de la gasolina las distinguimos por su octanaje. Entonces, lo primero que hay que saber es ¿que es esto del octanaje?
¿Que es el octanaje?
La teoría dice que el octanaje es la resistencia que ofrece el combustible a la detonación, lo que permite aumentar la compresión del motor sin que surjan problemas de fiabilidad. Traducido a un lenguaje más coloquial quiere decir que cuanto mayor sea el octanaje más rendimiento se puede extraer de un bloque motor.
Con esta premisa se podría llegar a la conclusión de que utilicemos la gasolina de mayor octanaje para nuestro coche cada vez que repostemos, pero la cuestión no es tan fácil. Dependiendo de sus características, cada motor está preparado o tiene preferencia a cierta gasolina, por lo que por lo general no será elección nuestra el combustible a utilizar.
La utilización de un octanaje equivocado puede llegar a deteriorar el motor, y así reducir sus prestaciones y vida útil.
¿Qué tipos hay en el mercado?
El octanaje de la gasolina disponible depende mucho del mercado en el que nos encontremos. Al menos, en nuestro mercado doméstico tenemos dos tipos: de 95 y 98 octanos. Hasta 2005 estaba disponible la gasolina de 97 octanos para los coches que necesitaban combustibles con plomo, químico sustituido mediante aditivos.
Desde entonces, todos estos coches entrados en años que necesitan de este combustible se han de conformar con la gasolina de 95 octanos, a la que deberán añadir los pertinentes aditivos.
En competiciones como la Fórmula 1 utilizan gasolina de 102 octanos 99% convencional. El 1% restante contiene elementos químicos que los equipos no dan a conocer.
Como curiosidad, en un mercado tan especial como es el cubano, la calidad de los combustibles es mucho peor que la nuestra. Una muestra de ello es que su gasolina más barata cuenta con 83 octanos, mientras que la más cara es de 94 octanos, lo que reduce la vida útil del motor de forma considerable.
¿Que combustible le conviene a tu coche?
Quizás este es el punto más importante de todo el asunto. Si tienes un coche de gasolina, ¿qué gasolina debes usar? La respuesta depende de tu motor. En la amplia mayoría de coches el octanaje recomendado es de 95, el cual tiene la ventaja de ser considerablemente más asequible.
Si el fabricante recomienda usar gasolina de 95 octanos, será mejor que sigas las instrucciones, al menos para salud de tu bolsillo. Un coche preparado para gasolina de 95 siempre podrá funcionar con gasolina de mayor octanaje (en este caso 98), pero su rendimiento no mejorará, y de hacerlo será inapreciable. Mejor ahorrar dinero y utilizar la recomendada.
Un coche gasolina convencional requiere el uso de gasolina de 95 octanos. En el caso de ser un coche de alto rendimiento se recomienda el uso de gasolina de 98 octanos.
Sin embargo, para motores de gasolina atmosféricos de alta potencia y propulsores sobrealimentados de alto rendimiento el combustible recomendado es el de 98 octanos. Da igual que sea el V12 de un Ferrari F12 Berlinetta o el V8 biturbo de un BMW M5.
Si un motor preparado para este tipo de combustibles utiliza un octanaje inferior, los primeros síntomas que notaremos serán una perdida de prestaciones y un aumento del consumo. Además, a la larga podría afectar a la fiabilidad del propulsor y reducir su vida útil de forma drástica.