Inconvenientes del cambio manual
Aunque son pocos, los inconvenientes del cambio manual están presentes. Se hacen evidentes en un mayor desgaste de los componentes del sistema por el estrés mecánico que el manejo de algunos conductores con poca pericia puede ocasionar.
El más llamativo de los inconvenientes del cambio manual es el constante accionar del pedal de embrague para el cambio de velocidad. Sincronizar esta acción con el manejo de la palanca de velocidades que hace la mano derecha puede generar estrés y cansancio a algunas personas.
Estrés de los componentes de la caja de cambios
En especial, durante los atascos –de moda en las grandes ciudades– el tiempo invertido en avanzar puede ser angustiante, y causar fatiga. En terrenos irregulares, donde la conducción requiere más pericia, el manejo de un vehículo con cambio manual puede generar estrés. Nos referimos en este último caso a la conducción off road.
El constante accionar de la palanca para el cambio de velocidades provoca cansancio. La pierna izquierda y la mano derecha deben estar sincronizadas para el manejo de vehículos de cambio manual.
En materia de dificultades de conducción, hacer coincidir la acción de pisar el embrague con el cambio de la velocidad, puede ser un verdadero dolor de cabeza para conductores novatos.
La pericia del conductor hará la diferencia
Adelantar un vehículo en la ciudad o en carreteras puede requerir varios cambios de velocidades. Subir una empinada cuesta es también un esfuerzo al conducir coches de transmisión manual. Aunque para un conductor experimentado es cuestión sencilla, para uno que comienza se requiere pericia.
La incorporación a vías rápidas es un reto, si se conduce un vehículo con transmisión manual. Se trata de maniobras con aceleración extrema que deben ser bien coordinadas.
Resolver los problemas de incorporación a autopistas y autovías dependerá de la experiencia del conductor al llevar vehículos con este tipo de transmisión. En automóviles de cambio automático se resuelve con solo acelerar.
Menos supervisión electrónica, posibilidades de averías
En el cambio manual, no hay supervisión electrónica del proceso, que es la que impide determinadas averías. Hay fuertes reducciones que afectan negativamente al sistema de cambio de velocidades. Cuando se pasa de quinta a segunda y no a cuarta, como se debería, pueden generarse desperfectos mecánicos.
En todos los cambios manuales, el acoplamiento entre motor y transmisión lo hace un embrague. Lo reiterativo de este procedimiento ocasiona desgaste en los elementos que lo integran.
El embrague en un sistema de cambios manual dura menos. Ese es un gasto que en algún momento habrá que afrontar, lo que depende del trato que se le dé al vehículo. Si la conducción es agresiva y se realizan cambios forzados de velocidad, el desgaste se hará evidentes.
Tiempo y recorrido, causas del desgaste
El desgaste también dependerá del tiempo del vehículo y de los kilómetros recorridos. Se requiere un oportuno mantenimiento para evitar los daños que el uso constante podría ocasionar: hay que cambiar la valvulina cada cinco años.
El costo por desperfectos mecánicos en vehículos de transmisión manual es menor que en los de cambio automático. El mantenimiento, sin embargo, debe ser permanente: la razón se encuentra en los constantes cambios de marcha que se realizan durante todo el desplazamiento.
Desgastes prematuros, reemplazo seguro
Suele producirse un necesario reemplazo de los componentes del embrague, por un desgaste prematuro. Este tiene su origen en el constante acoplamiento del embrague entre la caja de velocidades y el motor.
Hay otros inconvenientes del cambio manual. El desgaste de piezas internas es una realidad que puede verse aumentada por la falta de habilidad del conductor. No se debe olvidar que en los vehículos de cambios manuales, es el usuario el que hace la mayor parte del trabajo; la culpa, por tanto, normalmente es del conductor.
Sincronizar, un proceso repetitivo
Sincronizar el embrague con la palanca de velocidades es un proceso repetitivo, que puede generar incomodidades a la hora de conducir. No todos los conductores lo controlan por completo, lo que se convierte en un esfuerzo en consideración.
Menos comodidad, más trabajo
Los vehículos de cambios manuales son menos cómodos que los automáticos. Hay que estar atentos a cambios en los pedales de embrague, freno y acelerador, y de la palanca de cambios. En situaciones de congestionamiento de tráfico, curvas o subidas empinadas, es de más difícil manejo por el constante frenar y acelerar.
Todo lo anterior deriva en una menor vida útil de los componentes del sistema de transmisión manual. Se requiere más cambios en la selección de velocidad y, por ende, las piezas tienen un promedio de vida menor. Este es otro de los inconvenientes del cambio manual.