KTM X-Bow, no apto para novatos
La marca KTM, famosa mundialmente en el mundo de las motos, quiso sacar al mercado un coche que represente lo que ellos entienden por un buen superdeportivo. El resultado es una morbosa mezcla explosiva nacida para hacerte temblar: el KTM X-Bow.
Estética exterior del KTM X-Bow
Radical, esa es la palabra que mejor define la primera impresión del coche. Apenas cuenta con carrocería y es una extraña mezcla entre un coche y un Kart, con muy poco plástico, el justo para cumplir con la aerodinámica pero sumando el menor peso posible.
Las líneas angulosas rodean una diminuta cabina con mucha superficie acristalada, perfecta para mejorar la visión en curvas cerradas. Los focos, retrovisores y demás complementos del coche han sido diseñados para cumplir con su función ocupando y pesando lo mínimo posible.
Las ruedas solo están cubiertas por unos pequeños guardabarros y entre ellas solo hay una enorme entrada de aire que hace que entrar y salir del coche sea un poco engorroso. No es demasiado cómodo para ir a buscar le pan…
Si la parte frontal llama la atención, la parte trasera parece que ha sufrido un accidente y se le ha caído el parachoques. No tiene absolutamente nada, lo que es perfecto para ahorrar peso, refrigerar el motor y localizar y reparar averías.
Diseño interior
Todo lo que transmite el exterior del coche ser repite una vez dentro. Está forrado en fibra de carbono, un material muy resistente y ligero y no encontrarás ni un elemento que ayude a la comodidad a bordo.
De hecho, es de los pocos coches de producción que no tiene ni acolchado en los asientos, los cuales, además, son fijos. El salpicadero es diminuto y muy sencillo, con lo justo para no distraerte de lo que de verdad importa en este KTM X-Bow: conducir al límite.
La palanca de cambio y la del freno de mano están muy cerca del volante para realizar los cambios con la mayor rapidez posible y el cuadro de instrumentos del coche se limita a una pantalla digital central.
Motores y dinámica
Todo ese afán por aligerar el coche no tendría sentido sin una buen motor que mueva con soltura el coche. Para ello, han contado con la ayuda de Audi y han introducido el polivalente 2.0 TSI del Grupo Volkswagen con tres niveles de potencia disponibles: 285, 300 y 360 CV.
Con este cuatro cilindros, el KTM X-Bow se convierte en un coche rapidísimo desde la potencia más contenida, con un comportamiento no apto para novatos y una capacidad de aceleración que te pegará al asiento.
La potencia llega sin complejos a las ruedas traseras a través de una caja de cambios manual de seis velocidades también de Volkswagen. Con el motor intermedio es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en solo 3 segundos, algo al alcance de muy pocos superdeportivos.
Tener a tu disposición semejantes prestaciones y carecer de sistemas como el ABS, ESP y compañía hace que se te ponga la piel de gallina en las primeras vueltas al circuito, pero poco a poco te haces con él al ver la capacidad de agarre que ofrece, se pega al asfalto como una lapa.
Precio y conclusión
El precio de partida es de 78 051 euros, y todos y cada uno de ellos los dedica a hacerte disfrutar. De hecho solo es capaz de hacer eso, porque la exagerada rigidez de la suspensión y los detalles espartanos del interior no animan a sacarlo de casa si no es para pilotarlo.
Además, no dispone de maletero ni sitios para guardar objetos, solo hay un pequeño cofre a los pies del copiloto para guardar la documentación y los objetos que exige la ley para poder circular. Si tienes todo esto claro y aun así lo deseas, este es tu coche, porque en el resto no tiene rival.