Caterham Seven 310, diversión asequible
Si buscas un Caterham Seven 310 es que no eres un principiante en el mundillo; la marca británica ofrece opciones más baratas que te van a hacer sentir casi tanto como este, pero con el 310 la suma de potencia empieza a ser considerable para solo disfrutarlo en vías públicas.
Con los Seven 160 y 270 como opciones base del Caterham, la marca complace a la gran mayoría de público, pero si eres aficionado al mundo de los circuitos o si ya has tenido un Seven en tu garaje y el cuerpo te pide un plus de empuje, nuestro protagonista es una opción la mar de interesante.
Diseño exterior del Caterham Seven 310
Poco cambia respecto a sus hermanos de gama, con su característica línea clásica tan atractiva que tantos beneficios ha dado a la empresa. Si algo funciona lo mejor es no cambiarlo demasiado, y esa idea la ha llevado Caterham al extremo con su Seven.
El frontal del vehículo es calcado al de los demás modelos disponibles, con un morro estrecho y largo, y los clásicos faros delanteros que se elevan por encima del capó. En la gran parrilla se puede ver pintado el número siete, el emblema de la marca.
El lateral del vehículo destaca por la ausencia de puertas y el diminuto parabrisas inclinado. El tubo de escape es exterior y abarca todo el lateral del Seven hasta la terminación a la altura de la rueda posterior. Por detrás de la cabeza sobresale la barra antivuelco en color negro.
La zaga sigue el mismo estilo clásico, con unos diminutos pilotos de estética retro y aire ‘sesentero’. Las líneas de la carrocería en la parte posterior son muy simples y rectas, sin demasiadas pretensiones de diseño, pero con un atractivo que le ha hecho mantenerse en el tiempo sin demasiadas modificaciones.
Diseño interior
Como en el resto de la gama Seven, el interior busca la sencillez máxima para facilitar la lectura y la conducción en circuito, con unas formas de lo más limpias posibles; parece un interior de un coche de mitad de siglo.
El volante MOMO es perfecto para manejar la exquisita dirección de Caterham, pero no cuenta con airbags ni nada que aporte una mínima seguridad a sus ocupantes, salvo su semijaula antivuelco.
La posición de conducción es muy baja, el conductor irá con las piernas muy estiradas y el volante está colocado en posición muy vertical. Por su parte, la sujeción lateral de los asientos es magnífica, algo esencial con las cualidades dinámicas de un coche como este.
Entre las dos butacas se encuentra una pequeña palanca de cambios que destaca por unos movimientos muy precisos y unos recorridos muy cortos, perfecta para la filosofía del coche. El freno de mano está en una posición bastante alta, muy a mano para usarlo con garantías en caso de necesidad.
En el interior de este Caterham Seven 310 se respira deportividad, así que es imposible ponerte a sus mandos y no embaucarte de su espíritu racing desde el momento en el que giras la llave: es una caja de sensaciones.
Motorización y dinámica
Este 310 cuenta con un motor de Ford Sigma de 1,6 litros mejorado respecto al modelo 270 para entregar 152 CV de potencia, y va asociado a una caja de cinco relaciones. Quizás la potencia no te diga demasiado, pero si la báscula marca 540 kilogramos la cosa empieza a ponerse seria.
Desde luego que hablar de 280 CV por tonelada ya no es tan habitual, pues nos metemos en una relación peso-potencia propia de deportivos de alta gama.
Las prestaciones así lo corroboran, y es que pasa de 0 a 100 km/h en tan solo 4,9 segundos y alcanza una velocidad máxima de 205 km/h; cifras que garantizan diversión en un circuito.
Pero lo más importante no es la aceleración pura de la que goza, sino las sensaciones que da cuando las entrega; si has conducido un kart sabes de lo que hablamos, pues la sensación es que estás montado en un coche de carreras.
Debido a su bajo centro de gravedad, el contenido peso y la suspensión deportiva, el paso por curva es magnífico, con cambios de dirección muy rápidos y precisos; ello, con la cantidad de agarre justo para asegurar la efectividad pero con la posibilidad de jugar con el eje trasero si se quiere.
Enlazar curvas es adictivo y su palanca de cambios anima más aún con unos recorridos cortos y precisos. Nada está filtrado, ni ruido, ni vibraciones; este Caterham Seven 310 te sumerge en la conducción como pocos coches logran hacerlo.
Precio
Por 26 500 € podrás disfrutar de un deportivo que será catalogado como clásico desde que salga del concesionario. Es un precio tentador, no hay duda, pero el público para el que va dirigido es muy específico y demasiado limitado, así que por desgracia es complicado verlo por nuestras calles.
No obstante, el que se haya animado a una compra tan original no se arrepentirá ni un ápice de la decisión, y se habrá llevado a casa una leyenda del siglo XX que apenas perderá valor en el mercado de segunda mano. Gracias, Caterham, por seguir fabricando juguetes para los fanáticos de la conducción.