La guerra de los taxis contra Uber y Cabify
Cuando llegaron los coches de Uber y Cabify respiramos al pensar que podríamos pagar menos por un servicio de taxi, pero nos olvidamos de un colectivo que se vería, y que de hecho se ha visto, terriblemente afectado por esta nueva incorporación. Parece haber tardado, pero ya ha comenzado la guerra de los taxis contra Uber y Cabify.
La bienvenida del nuevo Gobierno: la guerra de los taxis contra Uber y Cabify
Si Pedro Sánchez tenía ganas de entrar en el Gobierno, quizá se haya dado cuenta de que lo ha hecho en un mal momento. La guerra de los taxis contra Uber y Cabify le ha estallado en las manos, y parece que está teniendo dificultades para gestionar un problema que parece no tener por dónde cogerlo.
El colectivo de los taxis había interpuesto demandas contra las VTC y parecía que iban a conseguir algo, pero cuando en Cataluña se confirmó que no iban a haber restricciones contra los vehículos con estas licencias, la guerra estalló.
Una VTC es la licencia que tienen los vehículos de Uber y Cabify y que les permite ofrecer sus servicios parecidos a los de un taxi de manera legal. Aunque los taxis sabían que era imposible retirar todas las licencias, se esperaba que en Barcelona se redujera su número de 1035 a 400, pero esto tampoco pasó.
Qué diferencias hay entre Uber y Cabify y los taxis
Hay muchas razones por las que los usuarios escogen Uber y Cabify antes que un taxi. La primera es el precio. Las tarifas de estas empresas privadas no tienen competencia con las que ofrecen los taxis, que en ocasiones alcanzan el doble de la cantidad.
Muchos podrían pensar: “Que los taxis bajen los precios y ya está”. El problema radica en que las tarifas de los taxis están marcadas por las autoridades y que, según estas, son las que permiten pagar los impuestos requeridos.
Otra razón por la que muchos prefieren las empresas privadas es el contacto directo con el conductor. Cuando quieres un taxi llamas a una centralita y te lo mandan donde les digas pudiendo 10 diez minutos, media hora o más. Pocas veces coincide el tiempo que te prometen en la centralita con el real.
Sin embrago con Uber y Cabify, pides tu coche con una app, te dicen dónde está tu conductor, cuánto tardará en llegar y tú escoges dónde te recoge. El conductor te contactará en una llamada para indicarte que viene y por si ha surgido algún problema que le haga retrasarse. Esto es un punto a su favor, muy grande.
Las compañías privadas con licencia VTC basan la satisfacción del usuario en la atención al cliente, así que los conductores están obligados a dar conversación al usuario cuando este lo quiera y, por supuesto, a ser muy amables.
No queremos menospreciar a los taxistas de toda la vida, pero por norma general este cuidado al cliente ha brillado por su ausencia: incluso han habido denuncias por groserías de ellos.
Como ventaja que mencionar con las empresas privadas de transporte, es que no tenemos que manejar ni tarjetas ni efectivo en el coche, pues todo se paga a través de la app. Han habido robos en taxis, e incluso cobros de tarifas a precios superiores que los pactados. Los usuarios se evitan todo esto funcionando a través de las apps de Cabify y Uber.
Así que, aunque la guerra de los taxis contra Uber y Cabify pretende ser una batalla legal en toda regla, los mayores cambios deben provenir desde el interior, es decir de aquellos que tienen el problema: los taxis.
¿Se conseguirá llegar a algún consenso en el que todos estén contentos? Habrá que esperar a ver cuántas batallas de la guerra de los taxis contra Uber y Cabify gana cada uno. El tiempo dirá…