¿Existen rutas alternativas a las autopistas de pago?
Las vías de comunicación terrestres con peajes son, en teoría, superiores a las públicas. Mejor calidad del pavimento y tiempos de circulación menores pueden apuntarse como dos de las diferencias más destacadas. Al margen de estos trazados, existen varias rutas alternativas a las autopistas de pago.
Pagar por circular
La red de carreteras de España, regulada en su normativa por la DGT, abarca poco más de 166 000 kilómetros de asfalto, entre tierra firme y los territorios insulares. Son en torno a 17 021 kilómetros los que corresponden a vías de gran capacidad.
Dentro del circuito de caminos interurbanos se cuenta con 91 autopistas o autovías, de las cuales 37 son de pago; en total 3 307 kilómetros en los que se debe pagar por circular. Una cifra bastante baja si se compara con Portugal, donde el 100% de las autopistas tienen peajes.
Mayor concentración de peajes
En las comunidades autónomas de Baleares, Canarias, Cantabria y Extremadura todos los kilómetros de la red vial terrestre son libres de pago. Dentro de estas regiones los conductores no deben pasar por ningún punto de pago para circular.
El extremo contrario se ubica Cataluña; el 25% de los peajes de toda España están en esta comunidad. Más de 633 kilómetros de las vías que comunican a Barcelona con el resto del territorio y el país tienen un precio por uso.
Según la distancia que se recorra y el destino final, los importes a cancelar son considerables. Por ello, nunca está de más conocer rutas alternativas a las autopistas de pago.
Dónde buscar opciones
Hoy en día, para rastrear información sobre cualquier tópico, solo basta un teléfono inteligente y una conexión activa a internet mediante cualquier dispositivo.
Aplicaciones como Google Mapps o Apple Maps, no solo indican las mejores vías para llegar a determinados destinos. Pueden ofrecer reportes sobre el estado del tiempo o el nivel de tráfico, así como detallar las rutas alternativas a las autopistas de pago.
Para buscar este tipo de información en la aplicación GPS de Google, basta con cambiar la configuración en las opciones de carreteras de ruta. Este es un procedimiento rápido, sencillo y ejecutable dentro de una interfaz sumamente intuitiva.
Se accede a la información disponible al pulsar el botón de ‘Opciones’, que se despliega debajo de las casillas de ‘Origen’ y ‘Destino’. Entre los ajustes disponibles figura ‘Evitar peajes’.
En el caso de los dispositivos Apple, la tarea es bastante similar e igual de simple. Después de marcar en el mapa los puntos de partida y llegada, se accede a las opciones de configuración aplicando con el dedo un suave barrido horizontal sobre la pantalla. El item a buscar es ‘Opciones en coche’. Una vez allí toca hacer click en ‘Evitar Peajes’.
¿Hay rutas alternativas a las autopistas de pago más costosas o no?
Hasta finales de 2017 el túnel de Sóller, en Islas Baleares, era una de las vías de pago más cara de España. Su precio por kilómetro recorrido accedía a 1,65 €.
Tras su liberación, este honor recayó en el túnel del Cadí, en la autopista C-16 de Cataluña. Hay dos alternativas para saltarse la caseta: las carreteras BV-4031 o la BV-4024.
Los 9,2 kilómetros de la M-12 madrileña, conocida como Eje Aeropuerto , es otro tramo sumamente costoso. Como ruta libre de casetas se debe tomar la M-14. Para llegar a la T4 se debe enlazar con la M-13.
La C-16 de Cataluña también guarda otro tramo de precios altos. Se trata de los 41,8 kilómetros que unen Sant Cugat con Manresa. Este mismo recorrido puede hacerse a través de la C-58, con la circunstancia de añadir 10 kilómetros más al trayecto.
¿Merece la pena ahorrarse el pago?
Esta es una pregunta que debe encontrar respuesta antes de aventurarse fuera de las autopistas de pago. Es cierto que muchas veces tomar las rutas públicas trae consigo un ahorro importante.
Hay que recordar que, en ocasiones, el gasto por combustible puede ser superior a la cantidad que debía abonarse para usar una vía cuyo mantenimiento no responde a una subvención estatal.
Aunque definitivamente lo que sí que no merece la pena es negarse a pagar una vez se está frente a la caseta de cobro; es una violación a la legislación vigente. Además de que el supuesto ahorro puede convertirse en un gasto mucho mayor, por razón de la multa de rigor.