Causas de estrés al volante
Las causas de estrés al volante pueden ser diversas. Aunque muchos de los agentes estresantes no responden a la propia acción de conducir, sino que varían de acuerdo a la personalidad y a las circunstancias de cada usuario.
Perder el tiempo
El tiempo es oro. Y detrás del volante su valor parece multiplicarse, no solo metafóricamente, pues solo el combustible representa un gasto importante. Hay muchas causas de estrés al volante; veremos las más importantes.
Buscar lugar para aparcar
Cuanto más moderna sea la urbe, más difícil se vuelve encontrar un hueco donde estacionar, lo que se traduce automáticamente en una gran –y por momentos inagotable– fuente de estrés.
Alta densidad de circulación
Los atascos están entre las causas de estrés al volante más populares. Incluso si la circulación es constante, pero el flujo de coches es alto, muchos conductores pueden entrar en tensión por el exceso de compañía. Hasta los más veteranos.
Avanzar por una vía rápida y topar con un vehículo que va ‘de paseo’, así como marchar por el carril lento y que un coche detrás empiece a pitar, también son motivos de molestias.
Atravesar situaciones de peligro
Ningún conductor quiere verse involucrado en accidentes de tráfico. Por ello, encontrarse ante situaciones de riesgo inminente está entre las causas de estrés al volante más importantes. Algunas de estas son:
Frenadas de emergencia
Circular a 120 km/h por el carril izquierdo de una autovía y que, de pronto, un obstáculo se atraviese es la pesadilla de muchos. Incluso en calles y avenidas de centros urbanos, las frenadas repentinas suelen ser frecuentes.
La imprudencia de terceros
Hay quienes afirman que, al conducir, cada persona debe anticipar los movimientos de los demás conductores. Solo este ‘ejercicio’ es una fuente de estrés. Pero los picos de angustia se presentan cuando los demás actúan con imprudencia, en contra del más elemental sentido común y de las leyes de tráfico.
Aprender a conducir
Los conductores aprendices suelen sufrir de altos niveles de estrés, una situación que puede derivar en terror a conducir. Influye mucho la poca paciencia que en ocasiones pueden tener los ocupantes de los demás vehículos en la vía.
Otras causas de estrés al volante
Son muchas las variables no relacionadas exclusivamente con la acción de conducir las que pueden intervenir para aumentar los niveles de angustia y estrés. Factores que conciernen, en ocasiones, exclusivamente a personas determinadas.
Incapacidad para controlar las emociones
Individuos que no controlan la ira aparecen los primeros en todas las listas. También quienes se ubican en el extremo opuesto y se convierten en conductores peligrosamente permisivos. Dentro de este mismo grupo, pueden incluirse personas con depresión y baja autoestima; también los muy ansiosos o con trastornos de sueño.
Miedo
Quienes se han visto envueltos en accidentes de tráfico, pueden sufrir de estrés postraumático. De igual forma, algunas personas padecen, incluso sin saberlo, de amaxofobia o miedo a conducir.
Malos hábitos
Quienes suelen conducir con exceso de velocidad tienen mayores probabilidades de padecer de estrés. Lo mismo ocurre con las personas con dificultades para acatar órdenes.
Cómo evitar el estrés
Conductores estresados representan la cuarta causa de accidentes de tráfico. Por ello, el estrés nunca es un buen compañero. Para disminuir los niveles de angustia y que no se convierta en un ‘copiloto’, hay recomendaciones a seguir:
- No llevar los problemas de la vida diaria al volante. Los conductores deben concentrarse exclusivamente en la vía, sin intentar resolver situaciones familiares o de trabajo.
- Evitar las contrarreloj. Siempre es preferible salir con bastante tiempo para llegar sin apuros al destino.
- Tolerancia y paciencia. En los grandes atascos tocar el claxon no servirá más que para estresar a los demás conductores. De igual forma, se deben evitar al máximo las discusiones.
- Un conductor cansado es un conductor estresado. Dormir bien es importante para la salud ,y también para sentarse tras el volante de un coche. En viajes largos se deben hacer paradas frecuentes para descansar y estirar las piernas.