Técnicas de conducción deportiva: doble embrague, punta tacón
Técnicas de conducción deportiva
En el mundo de la competición se han ido introduciendo técnicas de conducción deportiva con el fin de parar el cronómetro lo antes posible y aumentar al máximo las posibilidades de victoria.
La mayoría solo pueden ser llevados a cabo por coches de carreras a manos de un piloto experimentado, pero hay trucos que podríamos introducirlos en nuestro día a día y mejoraría nuestra conducción en tramos de curvas.
Hoy vamos a ver dos consejos para sacar mayor partido a las cualidades dinámicas del coche y, además, son beneficiosos para cuidar ciertas partes mecánicas muy propensas al desgaste.
Lo cierto es que si no necesitas llevar un ritmo elevado, dentro de los límites, no son técnicas necesarias y apenas notarás diferencias en las reacciones del coche. Además, algunas conllevan un ligero incremento de consumo de carburante, por lo que no siempre es ideal utilizarlas.
Punta-tacón
Lo primero que piensas cuando alguien te explica en qué consiste la técnica de punta-tacón es: ¡pero si solo tengo dos pies! No te alarmes, aunque requiera un poco de práctica para coordinar movimientos, hacerlo bien es más sencillo de lo que parece.
Se trata de una técnica fundamentalmente deportiva que consiste en reducir marchas, una o varias, mientras se frena, pero igualando la velocidad de oscilación de los ejes primario y secundario de la transmisión con el acelerador.
Al cambiar de marcha en un coche con cambio manual, existe una gran diferencia de revoluciones de los engranajes de la marcha que llevabas a la de la que vas a engranar. Cuando hacemos una reducción de marcha a alta velocidad porque nos aproximamos a una curva notamos un tirón bastante brusco, con la consiguiente retención del motor.
Este tirón es debido a que estás acoplando un engranaje que gira muy rápido con uno que está parado. Para evitar ese molesto y perjudicial tirón haremos la técnica punta-tacón. Si lo practicas verás que la distancia entre el pedal del freno y el del acelerador es muy pequeña para poder hacer la operación y pisar ambos a la vez.
Mientras pisas freno y embrague para reducir de macha, das un ligero toque al acelerador para equilibrar la velocidad de rotación del engranaje de la nueva marcha. Con ello, aparte de evitar el molesto tirón, recortaremos el tiempo que tarda el motor en acostumbrarse a la nueva velocidad de giro, por lo que la reducción de velocidad es más efectiva.
Mejorarás la tracción en curva al hacer el cambio mucho más rápido y suave, sobre todo con suelos resbaladizos, cuando las brusquedades son especialmente peligrosas.
A mayores, con esta técnica de conducción deportiva evitaremos un desgaste prematuro de los componentes de la transmisión, aunque esto nos cueste un ligero aumento del consumo. ¡No se puede tener todo!
Doble embrague
Se trata de una técnica de conducción deportiva parecida a la de punta-tacón pero un poco menos exigente. El fin es un poco parecido, pero no la forma de hacerlo.
Con el mismo fin de equilibrar las revoluciones de motor con las de la caja de cambios, esta técnica para reducir de marcha de forma más efectiva consiste en realizar un ligero toque de acelerador en el momento en el que la palanca de cambios está en posición neutra y justo después engranas la marcha inferior.
Con ese toque de acelerador con la caja desacoplada mientras continuamos pisando el pedal del freno, conseguimos igualar la velocidad de giro del motor con la de la nueva marcha que vamos a engranar y con ello también evitamos la brusquedad de la reducción de marcha.
Al pisar embrague, cuando circulamos por ejemplo a 90 km/h en quinta velocidad para meter tercera, el motor baja a un régimen de giro mínimo, mientras que los engranajes de la caja de cambios siguen girando rápidamente.
Esto provoca una sincronización más suave y precisas, y no fuerzas los piñones, ya que el disco del embrague entra de manera mucho más suave, si lo pruebas lo sentirás claramente.
Si realizáramos esta técnica cada vez que hacemos una reducción contundente, como pasar de quinta a tercera para perder velocidad lo antes posible, alargaríamos notablemente la vida útil de la transmisión y el embrague.